Casos de corrupción sacuden una y otra vez las economías del mundo e incluso ponen en peligro a Gobiernos. ¿Qué dicen los directores de empresas? La consultora Ernst & Young se los preguntó… con sorprendentes resultados.
Petrobras en Brasil, el caso Noós en España, la FIFA en todo el mundo: la corrupción campea en el planeta. Muchos casos se descubren, pero ¿son solo la punta del iceberg? El 39% -es decir dos de cada cinco- de los gerentes encuestados entre octubre de 2015 y enero de 2016 por la consultora Ernst&Young dijeron que en su país la corrupción es algo común y corriente.
Particularmente dramática es la situación en Brasil, donde nueve de cada diez gerentes afirman que los sobornos forman parte casi normal de los negocios. En Ucrania opina lo mismo el 88% de los directivos empresariales; en Tailandia y Nigeria, el 86%. Positiva, por el contrario, es la situación en los países escandinavos y en Arabia Saudí.
Mientras que, según los gerentes encuestados, en Eslovaquia, Turquía e Indonesia las empresas son bastante inmunes a la corrupción, en Ucrania sucede todo lo contrario: una de cada dos empresas está envuelta en casos de sobornos y corrupción; en Kenia lo está el 36% y en Sudáfrica, el 26%.
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Remordimientos brillan por su ausencia. Tal el resultado de un estudio de Ernst&Young (EY), una de las cuatro mayores consultoras empresariales del mundo. EY realizó un sondeo entre gerentes de más de 2.800 empresas en 62 países. ¿Remordimientos? Brillan por su ausencia. La disposición a impulsar los propios negocios con regalos o pagos en efectivo está bastante extendida en el mundo. Más de una de cada tres empresas recurrirían a esos medios en caso de poder acceder así a pedidos, sobre todo en caso de crisis económicas.
Eso no es todo: la cifra de casos sin descubrir puede ser también alta en muchos países, dice Stefan Heissner, de EY. “Para gerentes en países con sistemas judiciales que funcionan, eso es frustrante”, agrega. ¿Es el honesto al final el tonto? No, opina Heissner: “El soborno y la corrupción se transforman muy a menudo en un bumerán. Además es un medio inadecuado: la corrupción compensa a menudo un déficit de innovaciones”.
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Alemania: medidas surten efecto. En Alemania, la percepción de los directivos de empresas es que la corrupción no está muy extendida en el país. Heissner: “Luego de algunos casos de corrupción en el pasado, muchas empresas abordaron seriamente el tema e impusieron como filosofía interna la compliance, es decir, la conformidad con las reglas y leyes”. Solo el 6 por ciento de los gerentes alemanes cree que el soborno y la corrupción son medios utilizados en el país.
En los últimos dos años, solo en una de cada siete empresas alemanas se descubrió un caso relevante de engaño o corrupción. En 2014, una de cada cuatro estuvo en el foco de ese tipo de casos. En Alemania, el 98% de las empresas alemanas poseen actualmente directivas internas contra el soborno y la corrupción; a nivel mundial es el 84%. Las medidas parecen haber tener efecto: un rayo de esperanza.