David Cameron pide claridad sobre el tema ya que el precio de las acciones de Inglaterra de la energía operaba a mínimos de 14 años.
Miami. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, deberían hablar el sábado sobre BP Plc y el derrame de crudo en el Golfo de México, mientras una tormenta plantea temores de que las operaciones de limpieza sean interrumpidas.
El derrame de crudo, el peor en la historia de Estados Unidos, está opacando la primera reunión entre Obama y Cameron desde que el primer ministro asumió el cargo el mes pasado, la que ocurrirá en actividades suplementarias a la cumbre del G8 y G20 en Canadá.
El precio de las acciones del gigante británico de la energía operaba a mínimos de 14 años luego de caer fuertemente el viernes, cuando Cameron pronunció sus comentarios más duros sobre el tema.
"Creo que también está en nuestros intereses a largo plazo que haya cierta claridad y finalidad en todo esto, para que no veamos al mismo tiempo la destrucción de una empresa que es importante para todos nuestros intereses", dijo Cameron a la cadena de televisión canadiense CBC.
"Esta es una compañía vital para nuestros intereses. La opinión que tengo es que BP quiere sellar el pozo y limpiar el derrame para compensar a los que sufrieron daños", agregó.
Obama ha sido muy crítico de BP, mientras su aprobación en los sondeos ha caído, en parte debido a la percepción de que su manejo de la crisis ha sido demasiado lento.
En tanto, Negocios británicos y grupos de accionistas han elogiado a Cameron por su defensa de la firma.
Pero Cameron insistió el viernes que cree que el tema requiere de delicada persuasión.
"Este no es un tema entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Esto es sobre BP haciendo lo que debería, pero también siendo tratado de manera que le permita avanzar", declaró a periodistas.
Lejos de las negociaciones de alto nivel, aquellos involucrados en los esfuerzos de limpieza y contención estaban ansiosos sobre la formación el viernes de la primera depresión tropical de la temporada 2010 de huracanes del Atlántico en la región occidental del Caribe.
La tormenta se ubicaba a 460 kilómetros al este-sudeste de Chetuman, México, y avanzaba hacia el oeste-noreste a 15 kilómetros por hora en un curso que posiblemente lo llevaría al Golfo de México, donde trabajadores luchan por contener el derrame, aunque era demasiado pronto para decir si afectará a sus operaciones.
Cifra creciente. En el Golfo de México, BP dijo que sus sistemas de captura reunieron o quemaron 23.725 barriles de crudo el jueves.
El almirante de la Guardia Costera, Thad Allen, quien supervisa los esfuerzos del Gobierno para contener el derrame, dijo que la firma de BP planea más que duplicar su capacidad de captura la próxima semana, si el clima lo permite.
El desastre está cobrando una cifra creciente a las industria de la pesca y el turismo en el Golfo de México y amenaza con provocar caos de gran escala en ecosistemas litorales y en su vida salvaje.
La pérdida en acciones de BP desde que comenzó el derrame el 20 de abril alcanza los 100.000 millones de dólares, reduciendo a menos de la mitad su valor de mercado respecto a antes del desastre, mientras inversores discuten sobre los potenciales costos, que incluyen -pero no se limitan a- el fondo de compensación de 20.000 millones de dólares BP ha agregado 5.000 millones de dólares a su crédito disponible para garantizar que tiene suficiente dinero para cubrir los costos del derrame, según una historia publicada el sábado en el sitio de internet del Wall Street Journal.
Las acciones de BP cayeron más de un 6 por ciento en Londres y Nueva York y su rendimiento anteriormente en la semana podría depender sobre lo que tengan que decir Obama y Cameron de sus negociaciones.