La medida de fuerza seguiría a una huelga que realizan obreros aceiteros desde hace casi tres semanas y que ha provocado, sin grandes consecuencias, la paralización de los puertos del sur de Rosario.
Buenos Aires. Una poderosa central sindical de la región exportadora clave de Argentina anunció el jueves que hará una huelga indefinida desde el 1 de junio por reclamos salariales, amenazando con bloquear la molienda y los embarques de uno de los mayores proveedores mundiales de granos.
La medida de fuerza seguiría a una huelga que realizan obreros aceiteros desde hace casi tres semanas y que ha provocado, sin grandes consecuencias, la paralización de los puertos del sur de Rosario, desde donde se exportan cantidades pequeñas de productos agrícolas.
La Confederación General del Trabajo (CGT) de San Lorenzo, que representa a estibadores, recibidores de granos y varios otros gremios, planea acompañar la huelga con bloqueos de caminos y puertos en esa región del norte de Rosario, desde donde sale cerca del 80 por ciento de los envíos agrícolas de Argentina, el mayor proveedor global de harina y aceite de soja.
"No vamos a permitir el ingreso de camiones, no van a entrar ferrocarril con granos a las terminales portuarias y tampoco van a entrar ni salir buques", dijo a Reuters Edgardo Quiroga, secretario general de la sede de San Lorenzo de la CGT.
Estos conflictos representan un golpe en pleno auge de la temporada, ya que los agricultores argentinos están terminando la recolección de una cosecha récord de soja que llegaría a 60 millones de toneladas.
Mercado casi paralizado. El mercado de granos en Argentina ya viene sufriendo las consecuencias de la huelga de los obreros aceiteros y, a pesar de que el Gobierno está mediando en la búsqueda de una solución, no ha logrado acercar posiciones sobre la exigencia de los trabajadores de un aumento de más de un 40%.
Los líderes de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso estaban reunidos en la tarde del jueves con cámaras empresariales en búsqueda de un acuerdo salarial que ponga fin a su extensa huelga.
Trabajadores de ese gremio, junto a otros de la CGT San Lorenzo, bloquearon el lunes el acceso de camiones de granos en el sur de Rosario, avivando temores a que la situación pudiera agravarse.
"La disputa está fuera de control y ha derivado en la imposibilidad de concretar entregas de granos de productores en plena época de cosecha, generando enormes problemas logísticos, que disparan costos", dijo la Bolsa de Comercio de Rosario en una nota en la que califica de "gravísimas" las consecuencias de la huelga.
La mayor plaza de granos de Argentina cerró con ínfimos negocios de soja el jueves, por cuarto día consecutivo, ya que la mayoría de los procesadores y exportadores dejó de comprar la oleaginosa ante la larga huelga de los obreros aceiteros.
"El mensaje que baja informalmente desde las mesas comerciales de los exportadores es que las compras serán mínimas hasta que el Gobierno no tome reales cartas en el asunto de las huelgas aceiteras", dijo a Reuters un corredor de granos de Rosario que trata diariamente con firmas agroexportadoras.
La huelga afecta directamente a los gigantes Cargill y Dreyfus, que tienen plantas procesadoras y terminales en los puertos de Alvear y Lagos, en el sur del polo agroindustrial de Rosario.
"Lo que pasa es que las demás empresas en solidaridad se suman (dejando de comprar soja). Es una forma de presionar", dijo otro operador de Rosario que pidió no revelar su identidad. Agregó que en la sesión del jueves solamente la firma Archer Daniels Midland (ADM) estaba comprando soja disponible.
En Argentina, el tercer exportador de soja a nivel global, los conflictos laborales por demandas salariales son habituales debido a que el alto nivel de inflación corroe año a año el poder adquisitivo de los trabajadores.
Economistas privados calculan que la inflación en Argentina superó el 30% en 2014, mientras que el ente estatal de estadísticas estimó que fue del 23,9%.