Las grandes empresas apuestan por ofrecer espacios de trabajo que se adapten a sus culturas y a las necesidades de sus colaboradores con espacios flexibles y colaborativos que ayudan a mejorar la eficiencia y productividad.
Cerrar unas horas la transitada avenida Javier Prado, en el distrito de La Molina, para –con una grúa- instalar un antiguo camión repartidor de bebidas de la empresa Arca Continental Lindley en el piso 10 del edificio Park Office no fue un simple capricho de diseño de sus nuevas oficinas. Tras cumplir cien años de fundación, el fabricante de Inca Kola decidió trasladar gran parte de su personal administrativo de la planta ubicada en el tradicional distrito del Rímac a la zona corporativa al este de la ciudad.
“En el Rímac los colaboradores trabajaban en una especie de vecindad, la planta es un edificio antiguo y el cambio fue total. Las nuevas oficinas son modernas y abiertas, por lo que era importante traer el camión repartidor, que es parte de la identidad de la empresa y que los ha acompañado por tantos años”, dice Juan Carlos Checa, director comercial de Contract Workplaces Perú, compañía de conceptualización, diseño y construcción de espacios de trabajo encargada del proyecto. “La oficina es la materialización de la identidad de marca, los valores y la cultura de una organización. Cuando se comienza a desarrollar un espacio de trabajo, es imprescindible estudiar tanto sus procesos y planeamiento estratégico, como a las personas que integran la organización para entender sus hábitos y cultura. El objetivo es lograr que el diseño refuerce la identidad de la compañía”.
A más de un año de la mudanza, no cabe duda de que la decisión fue la mejor. “Necesitábamos un espacio más abierto y flexible para crear un ambiente más colaborativo y espacios para reunirnos”, dice Douglas Marrache, gerente de Talento y Desarrollo de Arca Continental Lindley, mientras recorre los dos pisos de oficinas llenas de color y espacios que sirven de sedes de mini reuniones.
Así, la creación o rediseño de espacios de trabajo se ha convertido en una necesidad, dado el cambio de las formas de trabajo y la flexibilidad de las culturas organizacionales. “El impacto será positivo si elegimos el espacio adecuado para cada tipo de negocio. Será necesario más open space cuanto más horizontal queramos que sea nuestra cultura, y más de despachos privados cuanto más verticalidad queramos transmitir entre jefe y empleado”, dice Ignacio Hernández de la Torre, director ejecutivo de Michael Page Perú.
Asimismo, Hernández de la Torre destaca que otros efectos de esta nueva tendencia de rediseño de espacios son la generación de mayor compromiso por parte de los empleados y una menor rotación de los mismos. “Esto a su vez generará mejores resultados y crecimiento más rápido”, dice. Además, agrega que los colaboradores valoran mucho la ubicación de la oficina y el hecho de que la empresa invierta en materiales y acabados de calidad.
“Una organización que se preocupa por la salud, el confort y el bienestar de su personal tendrá una mejor imagen. Brindar a los empleados espacios confortables, ergonómicos y saludables influye sobre la percepción que tienen sobre los valores de la empresa y alimenta el círculo virtuoso de la reputación institucional”, dice Juan Carlos Checa.
En construcción. Remodelar la oficina requiere de una inversión de entre US$ 700 y US$ 800 el m2, según Contract Workplaces Perú, empresa de origen argentino y con presencia en 10 países en la región. Las áreas de remodelación, de acuerdo con datos de la compañía, van desde 250 m2 hasta 2.000 m2. El promedio de proyecto u obra realizado durante 2016 en el Perú fue de 750 m2.
No obstante, no son solo las grandes empresas las que están dando este paso. “Cada vez más empresas pequeñas, familiares o startups se están mudando a oficinas en zonas más céntricas o estratégicas. Ello debido a que existe una sobreoferta en el mercado de edificios corporativos de oficinas”, dice Juan Carlos Checa. “Hay demasiados m2 de oficinas y poca absorción de esto. El año pasado el mercado de oficinas cerró con una vacancia de 30% y un área de 130.000 m2 de oficinas libres. Eso es un indicador muy duro, pero es una oportunidad para que empresas medianas y pequeñas se muden a distritos como Surco y Magdalena, donde la vacancia es mayor”.
Ante esta oportunidad, Contract Workplaces Perú estima crecer 15% este año. En 2016 facturó US$ 12 millones y diseñó más de 22.000 m2 de oficinas. “Nuestro servicio integral abarca desde el inicio del proceso hasta la etapa de posocupación, y se complementa con las consultorías en workplace strategy y change management”, dice Checa. El espacio por diseñar es vasto. No solo en la capital, sino también en el interior del país, e incluso en empresas u organismos del sector público donde este terreno es casi virgen.