Un 18% de la energía consumida en Argentina sale del giro de las 20 turbinas de Yacyretá, que el año pasado produjo 20.115.000 megavatios hora, según dijo una fuente de la entidad binacional que gestiona la hidroeléctrica.
Asunción. El gobierno de Paraguay comunicó este miércoles a Argentina el inicio de la revisión del tratado de Yacyretá, que rige la gestión de la enorme hidroeléctrica de ese nombre construida en el río Paraná, unas negociaciones en las que tendrá que definirse la deuda paraguaya y la tarifa de venta de la energía.
El acuerdo original establece que la revisión debe hacerse a los 40 años de su entrada en vigor, lo que se cumplirá mañana, jueves.
Un 18% de la energía consumida en Argentina sale del giro de las 20 turbinas de Yacyretá, que el año pasado produjo 20.115.000 megavatios hora, según dijo una fuente de la entidad binacional que gestiona la hidroeléctrica.
El canciller de Paraguay, Eladio Loizaga, entregó este miércoles una nota diplomática al encargado de negocios argentino en Asunción, Luis Niscóvolos, en la que comunica formalmente el comienzo de la revisión.
Aun no hay fecha para el inicio de las conversaciones entre las dos partes, ni un plazo para terminarlas, explicó el ministro a la prensa.
Loizaga dijo estar seguro de que el proceso estará enmarcado "en la relaciones de amistad muy profunda" entre ambos países y que concluirá "en una relación mucho más profunda en beneficio de los dos países".
Por su lado, Niscóvolos, que es el máximo diplomático argentino en Asunción porque no hay un embajador designado, resaltó "el espíritu muy constructivo, positivo para encarar esta cuestión y resolverla satisfactoriamente para ambas partes".
La nota paraguaya "es una formalidad que agradecemos", indicó Niscóvolos, que destacó que el desarrollo energético es "un tema de interés común".
Loizaga dijo que el presidente de Paraguay, Horacio Cartes, decidirá quiénes serán los negociadores de su país y que aun está por definirse el cronograma y metodología para las conversaciones.
Durante la revisión las dos partes deberán determinar cuál es la deuda de Paraguay con Argentina por su aportación de fondos para la construcción de la hidroeléctrica, que se inició en 1983 y que solo alcanzó su potencial previsto en 2011.
El director argentino de la entidad binacional que la gestiona, Oscar Thomas, dijo el pasado 17 de marzo que calcula el coste total de la obra en US$11.000 millones, de los cuales Argentina aportó 6.400 millones y la propia Entidad Binacional Yacyretá puso el resto, gracias a los ingresos por la venta de energía.
Paraguay contribuyó a la construcción con el 80% del terreno anegado.
Esa electricidad debe dividirse a la mitad para cada país, pero Paraguay le vende su excedente a Argentina porque tiene menor consumo y también carece de una línea de trasmisión de alto voltaje para transportarla.
De este modo, el 95% de la electricidad generada por la hidroeléctrica desde su construcción ha acabado en industrias y hogares de Argentina, según Thomas.
El tratado original establecía que la tarifa se debía basar en el coste de producción, pero ese mecanismo nunca se aplicó.
En su lugar en 1992 en una nota "reversal", intercambiada por los Ejecutivos y que el Congreso paraguayo nunca ratificó, se estableció una tarifa fija, de US$0,03 por kilowatio/hora, que debería estar vigente hasta 2048, el término de vida útil de la presa.
Analistas y ex presidentes paraguayos argumentan que si se hubiera aplicado una tarifa variable, Argentina habría pagado mucho más a Paraguay por la energía, por lo que su país no debe reconocer ninguna deuda por el dinero que las autoridades argentinas aportaron a la construcción.
A Argentina también le interesa tratar en la negociación las obras de ampliación de Yacyretá, como la construcción de dos nuevas hidroeléctricas fronterizas, Itatí-Itá Corá y Corpus, y de una tercera, Aña Cuá, que aprovecharía el vertedero actual de la presa en un brazo del río Paraná.
El proyecto también contempla la instalación de otras tres turbinas en el cuerpo central de Yacyretá.
Loizaga tenía previsto viajar ayer a Caracas para participar en la comisión de cancilleres que fomentar el diálogo en Venezuela, pero decidió quedarse en Asunción dado que no había recibido una agenda ampliada de reuniones, como había solicitado, según dijo una fuente de su Ministerio.