La petrolera estatal de Venezuela PDVSA informó que trabajadores de una planta de producción de gas en el oriente del país contrarrestaron una acción de sabotaje, dirigida por un grupo armado no identificado.
La petrolera informó que el "comando", conformado por un número de personas no precisado, irrumpió en las instalaciones del Centro Operativo el Tejero, en la División Ejecutiva de Producción Oriente, en el estado oriental de Monagas, y sometió a los operadores de producción, provocando un desborde de crudo y gas, en su intento de afectar el sistema eléctrico. Dijo que el grupo violentó las puertas eléctricas con equipos de soldaduras en la madrugada del viernes. Agregó que los intrusos cortaron y sustrajeron los cables de alimentación del sistema de bombeo de crudo de la estación, generando el desbordamiento de los tanques de almacenamiento, por lo cual se procedió al cierre de 80.000 barriles de petróleo y 1.200 millones de pies cúbicos de gas.
"El impacto de este acto de sabotaje a la industria petrolera fue contrarrestado gracias a la activación del plan de contingencia y a la acción de los trabajadores patriotas, quienes lograron restablecer en tiempo record el sistema de bombeo. Esto permitió normalizar las operaciones de producción de crudo y gas en el oriente del país", explicó PDVSA en un comunicado, que no informa de heridos ni de la suerte de los integrantes del grupo armado.
"Terrorismo contra nuestra industria". "De no haberse actuado a tiempo, siendo esta área la fuente de gas más importante en el país, ha podido ocurrir un serio impacto en la generación eléctrica a gas", señala la empresa. "Las autoridades se encuentran investigando esta acción que no dudamos en calificar como terrorismo contra nuestra industria, para dar con los culpables de este sabotaje contra instalaciones petroleras del país, además se tomarán las medidas necesarias para que este tipo de hechos no vuelvan a ocurrir", explicó. PDVSA llamó a los trabajadores de la industria a seguir repudiando "cualquier acto de sabotaje que afecte la economía de nuestra patria".
La última denuncia de sabotaje en PDVSA se refirió al gran incendio que en agosto de 2012 afectó la refinería de Amuay (noroeste), la más grande del país, un hecho que se calificó como provocado y que dejó 47 muertos, más de un centenar de heridos y cuantiosas pérdidas materiales. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo un año después de ese suceso que una investigación internacional confirmó que se trató de un sabotaje perpetrado por "sectores desesperados" de la oposición política. Dirigentes de la oposición a Maduro mostraron entonces un informe en el cual una serie de expertos atribuyeron lo sucedido en Amuay a una "negligencia gerencial" derivada de la supuesta falta de inversión y mantenimiento, lo cual fue negado por el Gobierno.