Pemex está obligado a darles el mismo costo tanto a distribuidores mayoristas como a los minoristas; a riesgo de que pierda a 30 de sus mejores compradores.
Ciudad de México. Más de 30 distribuidores de Petróleos Mexicanos en el país perderán los beneficios de hacer compras de combustible en grandes volúmenes pues, tras la liberación de precios, Pemex está obligado a tratar a todos por igual y ofrecer las mismas tarifas, tanto a mayoristas como a minoristas.
Con ello, los clientes estarán en libertad de irse con la competencia o importar ellos mismos el combustible.
Tampoco Pemex podrá asumir cargos extra por flete y peaje, como ocurría hasta el pasado 29 de noviembre, cuando si había faltante de producto en algunas de sus terminales, reembolsaba a sus clientes los gastos que generaban al recorrer otros puntos de venta para conseguirlo, lo que también influiría en la posible pérdida de sus mejores clientes.
Por otro lado, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aseguró ayer en Querétaro que entre enero y octubre de 2017, 18 empresas importaron gasolinas al menos una vez, mientras que 46 compañías y una persona física, han traído diesel.
La mayor parte ha sido para autoconsumo de empresas papeleras, mineras, cementeras y automotrices.
Gasolineros pierden privilegios de Pemex. Tras la liberación de precios de los combustibles, Pemex corre el riesgo de que sus mejores clientes, que suman más de 30 empresas, evalúen irse con la competencia o pongan fin a los intermediarios para importar por sí mismas el diesel y la gasolina.
Ahora, con este cambio en el mercado de los combustibles, estos clientes perderán los beneficios de comprar grandes volúmenes a la institución estatal, porque Pemex tendrá la obligación de tratar a todos por igual y ofrecer las mismas tarifas tanto a mayoristas como a minoristas, de acuerdo con fuentes de la propia empresa.
No sólo Pemex puede perder a sus mejores clientes por dejar de ofrecerles precios preferenciales por mayoreo, sino que ya no podrá continuar asumiendo los cargos extra por flete y por peaje como sucedía hasta el 29 de noviembre, cuando si había faltante de producto en algunas de sus terminales, reembolsaba a sus clientes los gastos que generaban al recorrer otros puntos de venta para conseguirlo.
Ahora si alguno de sus clientes pretende comprar gasolina en las terminales de Pemex y el producto no se encuentra en existencia, deberá valorar si está dispuesto a pagar los costos de transportación extra hacia el punto de venta alterno o si adquiere el combustible con la competencia.
Ante la interrogante de algunos de los clientes Pemex de si habría pagos por la transportación extra en caso de que les cambiaran el centro de distribución, les explicaron que sólo si no había disponibilidad de productos en los puntos de venta cercanos ni en los alternos, acordados por ambas partes. Ésa sería la única manera de reconocer pagos por fletes y peajes.
Pemex facturó, según cifras oficiales, 539 mil 969 millones de pesos por las ventas internas de gasolina y diésel entre enero y octubre de 2017. Entre sus mejores clientes estuvieron Grupos Energéticos Internacionales; Grupo Energéticos Centrifugados del Norte; Grupo Lodemo, Combustibles del Sureste; Grupo Comercial de México, Grupo Energéticos de la Sierra; Fomentadora Regional y Energex.
Mercado. Durante los primeros siete meses de este año, la empresa petrolera vendió sólo a 31 empresas tres mil 501 millones de litros de diesel y gasolina.
Entre los clientes que ya dejaron de adquirir parte de su producto con Pemex y comenzó a importar su combustible fue Energex.
Las empresas internacionales que representarían mayor competencia para Pemex y que podrían comenzar a cautivar a sus clientes son Tesoro de la Costa Oeste de Estados Unidos, Valero en Texas y Vitol con sede en Suiza.
Vitol ya se llevó a sus filas a un empleado que pertenecía a Pemex, al actuario Luis Ignacio Islas, quien era el subdirector de Abasto de la empresa estatal, de acuerdo con fuentes de la petrolera.
Excélsior consultó a diversos clientes de Pemex, quienes confirmaron su preocupación ante los nuevos cambios en el mercado de los combustibles, pues temen que aumenten los costos de sus servicios y que éstos sean trasladados a los usuarios.