Durante el 2011 se alcanzaron precios internacionales récord, superiores a los US$6.500 la tonelada.
Los productores de carne ovina pueden ver un horizonte de mercado promisorio, teniendo en cuenta que durante el 2011 se alcanzaron precios internacionales récord, superiores a los US$6.500 la tonelada.
La carne ovina cotiza por encima del promedio de la carne bovina (aproximadamente US$4.400 la tonelada), al promediar los US$4.870.
Además, la perspectiva es de una producción insuficiente con relación a la demanda.
Los analistas de mercado prevén que tiene por delante un techo importante para seguir creciendo en materia de valorización.
Las exportaciones de carne ovina alcanzaron el año pasado un volumen de 17.301 toneladas. Los principales mercados fueron la Unión Europea (UE) en valor, con una cuota de 5.000 toneladas, y Brasil en volumen.
Los precios de importación de la UE aumentaron 29% el año pasado, lo que permitió obtener más divisas, pero el volumen de colocaciones cayó el 10%.
Escenario externo. Si bien en los últimos 40 años la oferta de carne ovina en el mundo aumentó 200%, en 2011 se cerró el quinto año consecutivo de estancamiento de la producción, aunque el sostenido descenso llegó al piso de las existencias ovinas en Oceanía y Estados Unidos, según datos recopilados de distintos informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En ese contexto, se han generado fuertes pérdidas por mortandad de ovinos debido a las lluvias insuficientes en África, en tanto que en Asia las inundaciones provocaron serios problemas sanitarios en las majadas, lo que afectó la producción ovina.
En la competencia entre los distinos tipos de carnes, mientras la producción de la vacuna, la de pollo y la de cerdo aumentaron, la ovina descendió durante el año pasado el 2,8%, comercializándose en el mercado mundial 824.000 toneladas, según datos de la FAO.
Los analistas de ese organismo consideraron que la caída de la producción de los principales exportadores, como Australia y Nueva Zelanda, es la primera causa de esa reducción registrada en las exportaciones mundiales de carne ovina.
A pesar del aumento registrado en las últimas décadas, los expertos de FAO señalaron que las tendencias mundiales no son uniformes.
Por un lado, en muchas zonas del mundo no aumentó la producción, al tiempo que no creció el consumo de proteína animal "en las comunidades pobres y vulnerables".
Por otro, la producción se incrementó rápidamente en Asia oriental y sudoriental, en América Latina y el Caribe, aunque en el África subsahariana el crecimiento ha sido lento, según los reportes de la FAO.
Además existe el convencimiento que en el mundo en desarrollo, el ganado y los productos pecuarios pueden hacer una contribución decisiva a la seguridad económica de los hogares, a la seguridad alimentaria y la nutrición.
Pero la carne ovina sigue siendo un producto caro en comparación con las demás fuentes de proteínas, más en momentos de buena demanda y altos precios.