El presidente del Comité Textil de la SNI consideró que el país no puede darse el lujo de basar todo el desarrollo de su industria textil en estas pequeñas unidades de producción, por lo que el Estado debería formalizarlos y ayudarlos a crecer.
Lima. Alrededor del 90% de la producción algodonera en Perú se concentra en pequeños campesinos con parcelas muy pequeñas, sin acceso a tecnología y capacitación, según el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), informó la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
En ese sentido, el presidente del Comité Textil de la SNI, Enrique Falcone, consideró que Perú no puede darse el lujo de basar todo el desarrollo de su industria textil en estas pequeñas unidades de producción, por lo que el Estado debería formalizarlos y ayudarlos a crecer dándoles apoyo en tecnología y capacitación.
“Lamentablemente la mala situación del cultivo del algodón ha empeorado a raíz del programa de financiamiento que con muy mala asesoría implementó el gobierno anterior, el cual ha terminado por fomentar la informalidad en la compraventa de algodón”, indicó.
Agregó que a la vez ha puesto al Ministerio de Agricultura (Minag) y al Banco Agropecuario (Agrobanco) en un serio problema pues está en riesgo gran parte de los cerca de 78 millones de nuevos soles (US$29,1 millones) invertidos en el indicado programa por la existencia de empresas fantasma y de testaferros.
Opinó que se debe aplicar medidas agresivas para promover la formalidad en el campo, especialmente en la comercialización interna.
Además, indicó que la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) tiene un rol muy importante, por ello el Comité Textil ha saludado las acciones anunciadas por esta institución.
Sin embargo, recordó que el Comité Textil ha advertido que la Sunat no debería esperar hasta octubre para actuar pues la campaña de cosecha ya se inició y el problema es muy grave.
“Las empresas informales deben saber que la Sunat iniciará tarde o temprano una campaña mediante la cual reclamará las detracciones a las hilanderías en su calidad de responsables solidarios de los comerciantes”, explicó.
Consideró muy importante que el Estado restituya el mecanismo de incentivo a la formalización en el campo, pero que al mismo tiempo implemente un sistema de trazabilidad efectivo, más allá del simple requisito de presentar la hoja de liquidación de las desmotadoras.
“Estas últimas deberían entregar a la Sunat su relación de clientes con copia de las respectivas guías y facturas o boletas de venta”, manifestó.
Recordó que recientemente el Instituto Peruano del Algodón (IPA) puso la voz de alerta sobre la peligrosa extensión del comercio ilegal e informal en el sector algodonero peruano que pone en riesgo la subsistencia de la rama algodonera formal, lo que todos deben evitar.
En ese sentido, han propuesto que se declare de interés nacional a toda la cadena formal del sector algodonero, textil y confecciones.
Falcone dijo que el Comité Textil que concuerda plenamente con esta preocupación pues lamentablemente se ve que estas malas prácticas se extienden peligrosamente en varias actividades económicas.
Explicó que en el caso del algodón el problema es bastante complejo pues la informalidad está presente no sólo en la comercialización sino también en la producción misma.
En tanto, subrayó la reciente iniciativa del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) que ha conformado un grupo de trabajo integrado por todos los actores de la cadena, desde el agro hasta la comercialización de prendas de vestir, incluyendo a los importadores de hilados de algodón.
El propósito es unir a todos los eslabones de la cadena de tal forma que, sin bloquear los legítimos derechos de cada eslabón, se pueda obtener resultados que beneficien a todas las partes y se logre que la cancha esté pareja para todos.
Finalmente, señaló que esta iniciativa no debe quedar en buenas intenciones por lo que es importante empezar por generar confianza en cada eslabón.
