El gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski había flexibilizado en junio los estándares ambientales para atraer inversores, que consideraban rígidas las reglas de calidad del aire y agua.

Perú declaró este jueves desierta por falta de postores la subasta del complejo metalúrgico de La Oroya, en la primera ronda de tres ofertas de venta con las que busca que la planta vuelva a operar tras haber paralizado hace años por millonarias deudas.

El gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski había flexibilizado en junio los estándares ambientales para atraer inversores, que consideraban rígidas las reglas de calidad del aire y agua.

Sin embargo, ninguna de las firmas que habían comprado las bases para la subasta presentó una oferta por la planta metalúrgica La Oroya y su pequeña mina de cobre, que tenían como precio base US$271,27 millones, dijeron representantes del proceso.

Pablo Peschiera, director general de la firma Dirige, encargada de encontrar un nuevo operador para La Oroya, dijo a periodistas que hay interés de inversionistas en la venta del complejo, pero se excusó de identificar a las empresas.

El ejecutivo dijo que se ha programado para el 17 de julio una segunda subasta del complejo. Si ésta fracasa, se realizará otra subasta el 26 de julio. En cada caso se reducirá el precio base en un 15%, añadió Peschiera.

La fundición de cobre, zinc y plomo La Oroya, de casi un siglo de antigüedad, fue controlada durante la década pasada por Doe Run Perú, una filial de Renco Group de Estados Unidos. El complejo fue cerrado en el 2009 cuando Doe Run Perú se quedó sin dinero para operar y completar la modernización de la planta.

Revivir el complejo es un asunto sensible porque es el único sustento económico en una ciudad andina que es considerada como una de las más contaminadas del mundo. En 2015, una marcha en La Oroya para pedir al Gobierno que ayude a que la planta vuelva a operar terminó con un muerto y unos 50 heridos tras enfrentamientos con la policía.

Perú es uno de los mayores productores de cobre del mundo y las ventas de la minería equivalen al 60% de sus exportaciones.