La compañía aseguró en un comunicado que "el modelo prevé la creación de dos filiales: una reuniendo activos de la región noreste y otra reuniendo activos de la región sur. Petrobras pretende vender el 60% de su participación accionaria en cada una de estas nuevas sociedades".
Río de Janeiro. La petrolera estatal brasileña Petrobras anunció este viernes la apertura de un proceso para vender la participación que tiene en activos de refinería y logística en el noreste y el sur de Brasil.
La compañía aseguró en un comunicado que "el modelo prevé la creación de dos filiales: una reuniendo activos de la región noreste y otra reuniendo activos de la región sur. Petrobras pretende vender el 60% de su participación accionaria en cada una de estas nuevas sociedades".
Según la petrolera, las asociaciones con otras empresas para la venta de activos incluirían a las refinerías de Abreu y Lima, y la de Landulpho Alves, ambas en el noreste de Brasil, y la de Alberto Pasqualini y Presidente Getúlio Vargas, en el sur.
Petrobras informó que inició la etapa de divulgación de las dos oportunidades de desinversión, con un modelo que prevé la creación de dos filiales para reunir los activos que serán vendidos en estas regiones, y que incluyen refinerías, conductos, terminales integrados y terminales marítimas.
La petrolera anunció la semana pasada su intención de reducir la participación que tiene en el mercado de refinación de petróleo con asociaciones o venta del control de cuatro refinerías en el sur y el noreste del país, pero manteniendo la operación en la región sureste, donde se concentran la mayoría de unidades de refinación de Petrobras.
Según Petrobras, la filial del noreste incluirá las refinerías de Landulpho Alves (RLAM), en el estado de Bahía, y de Abreu y Lima (RNEST), en Pernambuco, así como activos de logística (conductos y terminales) operados por su filial Transpetro e integrados a estas refinerías.
Por su parte, la filial del sur comprenderá las refinerías de Alberto Pasqualini (REFAP), en el estado de Río Grande do Sul, y Presidente Getúlio Vargas (REPAR), en Paraná, así como activos de logística (conductos y terminales) operados por Transpetro e integrados a estas refinerías.
Para Petrobras la propuesta para deshacerse de su área de refinería forma parte de su política de desinversiones que pretende reducir la millonaria deuda que tiene la empresa.
De acuerdo con su comunicado, la petrolera estatal considera que la asociación en el sector de refinería es necesaria ante la creciente demanda interna por el consumo de derivados de petróleo, lo que demandaría altas inversiones.
La estatal brasileña espera recaudar hasta US$21.000 millones con la venta de activos entre 2017 y 2018.
En 2017, Petrobras registró pérdidas de 446 millones de reales (US$137 millones), con lo que encadenó el cuarto año seguido en números rojos.
El año pasado, la petrolera estatal redujo su deuda líquida hasta los 84.871 millones de reales (US$26.115 millones), el menor valor desde 2012, y aumentó el plazo medio de vencimiento de 7,46 a 8,61 años.
Petrobras, la mayor empresa de Brasil, busca recuperarse de la gran red de corrupción descubierta en su interior, y que desvió miles de millones de dólares entre 2003 y 2013. El entramado de corrupción era formado por políticos, altos cargos de la petrolera y empresarios, que amañaban y se repartían los contratos.