En un comunicado enviado a la bolsa de Sao Paulo, Petrobras "no confirma" las cifras publicadas en la víspera por el diario O Globo, que sostuvo que la compañía descontaría de su balance del tercer trimestre de 2014 el total de unos US$3.850 millones.
La petrolera estatal brasileña Petrobras informó de que aún está calculando la dimensión de las pérdidas que ha sufrido por la corrupción y el tamaño de los cortes en las inversiones que realizará por sus problemas financieros.
En un comunicado enviado a la bolsa de Sao Paulo, Petrobras "no confirma" las cifras publicadas en la víspera por el diario O Globo, que citando una fuente del Gobierno, sostuvo que la compañía descontaría de su balance del tercer trimestre de 2014 el total de 10.000 millones de reales (unos US$3.850 millones).
Ese importe es la cifra de fondos desviados en la última década, que habrían sido dedicados a financiar a partidos políticos, legisladores y empresarios, conforme a los cálculos de la Policía Federal de Brasil.
Según O Globo, la compañía también prevé cortar sus inversiones previstas en un 30 %, porcentaje que Petrobras tampoco confirmó, aunque reiteró que está revisando su planificación para 2015.
La petrolera indicó que está adoptado medidas para "hacer viables" sus proyectos sin la necesidad de tomar nuevos créditos en el mercado, lo que incluye la "reducción del ritmo de inversiones", la "revisión" de estrategias de precios y productos y la reducción de costes operacionales.
Petrobras debería haber publicado su balance del tercer trimestre hasta el pasado noviembre, pero pospuso la divulgación por el escándalo de corrupción.
La compañía prevé divulgar el balance el próximo día 27, aunque posteriormente los números serán revisados por una auditora externa contratada para tal fin.
El escándalo se refiere al pago de sobornos a partidos políticos y legisladores con fondos de la petrolera y procedente de contratistas que inflaban los precios artificialmente con costo a las arcas públicas.
Hasta ahora la fiscalía ha acusado a 36 personas por las corruptelas, entre las que se incluyen tres ejecutivos de Petrobras y los directores de seis de las mayores constructoras de Brasil.