Al cierre de 2009 la brasileña había incrementado sus activos y mantuvo sus ingresos por sobre US$100.000 millones.
Caracas. Mientras la brasileña Petrobras se prepara para dominar el juego de las grandes petroleras estatales de América Latina, sus pares de Venezuela y México continúan demorando inversiones necesarias para reanimar su producción ante la presión para financiar el gasto público.
Al cierre de 2009 Petrobras incrementó apreciablemente sus activos y, aun con débiles precios del crudo y un limitado volumen de exportaciones, mantuvo sus ingresos por encima de US$100.000 millones, apuntando a duplicar su extracción en la próxima década.
Los datos sobre su desempeño la aproximan a las grandes petroleras globales.
En contraposición, las estatales Pemex y Petróleos de Venezuela (Pdvsa) siguen lidiando con crecientes exigencias del estado, que las obligan a elevar sus pasivos -especialmente la deuda financiera- y a limitar las inversiones que les permitirían revertir su declinante bombeo de crudo.
Un síntoma de esto es el alza desproporcionada de la nómina, que Pemex llevó a 145.461 trabajadores y Pdvsa a 102.750 personas en 2009, versus los 76.919 de Petrobras.
El aumento de la plantilla se dio mientras la producción de crudo declinaba y las deudas se elevaban en ambos casos, lo cual ha comenzado a encender alarmas sobre su productividad.
Papa estado. Mientras las acciones de la brasileña Petrobras cotizan en bolsa, lo que la expone al escrutinio privado, Pemex y Pdvsa son manejadas completamente por los gobiernos, que dependen ampliamente de sus recursos.
Esto ha llevado a la extrema politización de Pdvsa, motor financiero de la revolución socialista del presidente Hugo Chávez, y a la paralización de las cruciales reformas legislativas que necesita Pemex para recuperar su operación.
La posición de la mexicana es dramática, ya que el gigantesco campo Cantarell se está agotando y la firma sigue sin encontrar reservas para reemplazarlo. Expertos creen que el futuro del monopolio, que ha arrojado sucesivas pérdidas en los últimos trimestres, está en peligro.
El pobre rendimiento operacional y las sucesivas pérdidas de Pemex están acentuando las presiones para que se relaje el marco jurídico de la industria petrolera de México, que este año intenta salir de una aguda recesión, para permitir participación privada.
Venezuela está en vías de ser el país con mayores reservas de crudo del mundo y por esa razón Pdvsa está calificada como la cuarta mayor petrolera mundial por la publicación Petroleum Intelligence Weekly, que tiene en cuenta el volumen de reservas probadas, producción y refinación.
Sin embargo, el desempeño financiero y operacional de la compañía ha sufrido severamente por la crisis económica global, mostrando la poca flexibilidad que tiene para lidiar con las exigencias del gobierno en tiempos de precios bajos.