Según fuentes del mercado, la empresa no se irá del país de forma total por una cuestión política, por la buena relación bilateral que existe entre ambos países.
Sala de Inversión. Tal vez por las últimas protestas que han realizado los movimientos sociales en la Argentina, y que han restado el índice de aprobación del gobierno, así como las dudas sobre las cifras macroeconómicas del país, son factores que llevan a desconfiar del pais y por consiguiente de realizar inversiones ahí.
En este sentido la política de desinversión que está realizando la petrolera brasileña Petrobras (PBR) en ese país, se ha profundizado en las últimas semanas, lo que ha incrementado la incertidumbre entre los inversores de su filial local, Petrobras Argentina (PZE), con respecto a cuáles serán las perspectivas para la compañía y qué pasará con sus acciones.
Según fuentes del mercado, la empresa no se irá del país de forma total por una cuestión política, por la buena relación bilateral que existe entre ambos países, aunque de acuerdo a la prensa, sigue negociando con varios grupos una asociación o la venta del resto de los activos que aún le quedan en su cartera.
Al menos, por ahora, la salida no será total: a la compañía brasileña le importa focalizarse en los negocios de exploración y explotación y, por eso, contrató al Scotiabank Brasil para que busque un interesado en sus unidades de refinación y venta.
“La idea de Petrobras de desinversión no significa que vayan a desmontar todos sus negocios en la Argentina: se van a enfocar principalmente en el yacimiento de Vaca Muerta para explorar petróleo no convencional”, resalta una fuente del mercado.
En tanto, Juan José Vázquez, analista de Bull Market Brokers, indica que “hay una verdad: la empresa no da pérdidas; si se va, la tiene que regalar y no sería una buena señal política”.
La semana pasada, Petrobras vendió sus unidades Petrobras Electricidad de Argentina (Pedasa) y Petrobras Finance Bermuda (PFB) en 35 millones de dólares. Estas dos firmas poseen una participación del 48,50% en la sociedad Distrilec, que controla a la distribuidora de electricidad Edesur.
A esto, se le suma que ya se había desprendido meses atrás de su participación en Transener, de un nuevo tramo de su red de estaciones de servicios y de la refinería San Lorenzo, estas últimas adquiridas por el empresario kirchnerista Cristóbal López. La petrolera brasileña ya le había vendido en otra operación 360 estaciones de servicio y una refinería al grupo Indalo, también de López.
“Petrobras está en una continua política de desinversión. Está desinvirtiendo en todo el mundo para financiar inversiones para aumentar su producción de petróleo”, señala Vázquez. De esta política de desinversión “quedaría afuera, su participación en los prometedores yacimientos en Vaca Muerta y en el Golfo de San Jorge”, apunta Gastón Sempere, desde Puente.
Del lado de los inversores de su filial argentina, la expectativa es qué hará la petrolera con el dinero ya que “tendría que distribuir dividendos por la venta de los activos”, dispara Vázquez. El problema es que no se sabe si lo hará, ni cuándo, ni cómo. “No es algo bueno, salvo que puedas vender activos a buen precio”, agrega el analista.
En tanto, Lucas Agrello, de RavaOnline, señala que “con paciencia y a largo, sirve tener posiciones en Petrobras Argentina: en algún momento, van a hacer negocios”. A su vez, este analista cree que, en realidad, todo el sector energético es rentable “porque está infravalorado”. De hecho, la firma aparece en la parte baja de la tabla de valuaciones de este tipo de empresas de América Latina, con una capitalización bursátil de 1,649 millones de dólares.
En la actualidad, cuenta con participaciones en 16 firmas en el país, como Atalaya Energy, Canadian Hunter Argentina, Eg3 Red, Enecor, Petrobras Energía Internacional, Petrolera Entre Lomas, World Energy Business, Cía. de Inversiones de Energía, Transportadora de Gas del Sur, Ternoeléctrica Manuel Belgrano, Ternoeléctrica José de San Martín, Oleoductos del Valle, Refinería del Norte, Propyme y Uruguaí. A esto hay que sumarle que la filial argentina controla y tiene inversiones en empresas en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Austria, Islas Cayman, México, España, Uruguay y Brasil.
La compañía obtuvo ganancias de un millón de pesos argentinos en el cuarto trimestre de 2012, frente a las pérdidas de 110 millones del mismo período anterior. Sin embargo, sus beneficios cayeron el 11,90% hasta los 615 millones de pesos el año pasado en comparación con los 698 millones que había obtenido en 2011.
Por otro lado, la compañía reportó un EBITDA de 180 millones de dólares en el cuarto trimestre del año, con una caída del 3,2% anual, debido a que los mayores costos operativos no fueron totalmente trasladados a los precios, aunque estos últimos subieron en la mayoría de sus segmentos de negocios.
Las ganancias brutas de los segmentos de exploración y refinación cayeron 7,70% y 48,70% en forma interanual, respectivamente, durante el mismo período.
Los inversores tendrán que esperar para ver si la empresa es más rentable o si tendrá mayores costos a partir de las desinversiones realizadas. Pero a largo plazo, tiene un potencial importante, asegura una fuente.
A todo esto, la presidenta ejecutiva de Petrobras, María das Graças Foster, dijo ayer que el aumento de precios en los combustibles en 2012 “no fue suficiente para eliminar el desfase con el mercado internacional y tampoco lo serán las alzas del 2013”, según informó la agencia Reuters.
Con todo, en Ruarte’s Report son optimistas respecto a la acción de Petrobras Argentina, ya que se muestra retrasada respecto de la recuperación mostrada en el resto de los papeles locales. El analista técnico de mercados financieros Julián Yosovitch explica que “la salida solapada y trabada desde los mínimos de 3,45 dólares hasta los máximos previos de 5,40 y el reconocimiento de resistencias, nos coloca en un estado más bien de cautela y consideramos clave la superación de los 5,40 dólares para poder habilitar alzas mayores como parte de una recuperación mayor hacia los 6,00 dólares primero y los 6,65 dólares más tarde, junto al 61,8% de toda la caída desde los 8,60 dólares de 2011”.
Mientras los máximos de 5,40 no sean efectivamente superados, en Ruarte's permanecen cautelosos ante recortes mayores, y encuentran como soporte la zona de 4,80 y potencialmente 4,40 dólares. Desde esos niveles, esperan "un regreso de las subas". Caso contrario, ven "que los mínimos de 3,70-3,40 dólares son los soportes de mayor peso en el corto y mediano plazo", completa Yosovitch.