Una fuente dijo anteriormente esta semana a Reuters que Petrobras, que posee un 9% de Sete Brasil, estaba cada vez más incómoda con el plan de reorganización de negocios de la compañía.

Brasilia. La petrolera estatal brasileña Petrobras y otros inversores lograron un acuerdo para aprobar el plan de reestructuración de la firma constructora de plataformas de perforación de crudo Sete Brasil Participações SA, informaron el viernes dos importantes periódicos.

El plan despejaría el camino para refinanciar la deuda por 3.800 millones de dólares de Sete Brasil.

Los accionistas alcanzaron un acuerdo para que Sete opere cinco perforadoras en una empresa conjunta con un socio internacional, reportaron los diarios Valor Económico y Folha de Sao Paulo, sin identificar a las fuentes de la información. Otras 10 perforadoras que están siendo construidas por Sete Brasil serán operadas por otra empresa, dijeron los periódicos.

La oficina de prensa de Petróleo Brasileiro SA, como es conocida formalmente Petrobras, rehusó comentar los reportes. No fue posible contactar inmediatamente a un ejecutivo de Sete para que discutiera la información.

Una fuente dijo anteriormente esta semana a Reuters que Petrobras, que posee un 9 por ciento de Sete Brasil, estaba cada vez más incómoda con el plan de reorganización de negocios de la compañía.

El plan de reorganización es clave para refinanciar la deuda de Sete Brasil con los prestamistas estatales Banco do Brasil SA y Caixa Econômica Federal, así como los privados Itaú Unibanco Holding SA, Banco Bradesco SA y Banco Santander Brasil SA.

Cuando fue fundada en el 2011, Sete Brasil prometió gastar más de 25.000 millones de dólares para construir hasta 28 plataformas de perforación en aguas profundas que serían arrendadas a Petrobras.

Un escándalo de corrupción que involucró a la petrolera estatal y a algunos de sus principales contratistas como firmas de ingeniera y proveedores de equipamiento, ha paralizado las compras de plataformas y otros implementos.

Sete Brasil, con sede en Río de Janeiro y financiada por Petrobras y bancos que incluyen a Grupo BTG Pactual SA, enfrenta una escasez crónica de flujo de caja debido a que Petrobras retrasa los pagos y por un aumento de los costos del endeudamiento.