El crudo Brent para noviembre caía 60 centavos, a US$102,13 a las 1328 GMT, tras anotar un mínimo intradiario de US$101,53.En tanto, el petróleo estadounidense cedía apenas 13 centavos, a US$79,55 por barril.

Londres. Los precios del petróleo caían el jueves luego de que el Banco Central Europeo dejó estable su tasa de interés referencial, lo que decepcionó a algunos operadores que esperaban un leve recorte.

La decisión del BCE pesó más que datos económicos levemente positivos en Estados Unidos y que la decisión del Banco de Inglaterra de un mayor alivio monetario.

El crudo Brent para noviembre caía 60 centavos, a US$102,13 a las 1328 GMT, tras anotar un mínimo intradiario de US$101,53.

El petróleo estadounidense cedía apenas 13 centavos, a US$79,55 por barril, impulsado por datos positivos de inventarios petroleros de la Administración de Información de Energía (EIA) este miércoles.

Operadores petroleros e inversores reaccionaron con nerviosismo al anuncio del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, de que los riesgos bajistas para el crecimiento económico en la zona euro se han intensificado, por lo que la perspectiva es levemente más sombría que hace un mes.

Pero el BCE dejó estable en un 1,5% su tasa de interés referencial debido al aumento de la inflación el mes pasado, lo que decepcionó a los operadores.

La decisión del banco de reiniciar su programa de compra de bonos tampoco fue recibido con agrado por el mercado petrolero.

"Creo que las perspectivas de un menor crecimiento económico en el segundo semestre son la clave para la caída de precios, junto con la continua agresividad de la inflación", dijo Thorbjorn Bak Jensen, analista de Global Risk Management.

Más temprano, los precios fueron impulsados por un alza menor a la esperada en las solicitudes de beneficios por desempleo de Estados Unidos, que sugirió una cierta mejora en las condiciones del mercado laboral.

El mercado también subió ligeramente después de que el Banco de Inglaterra votó el jueves a favor de adquirir 75.000 millones de libras esterlinas (US$115.000 millones) más en activos para proteger a la economía británica de la crisis de la zona euro y mantener en marcha la debilitada recuperación.