ANCAP sabe que no podrá cobrar porque el producido de la venta de los aviones no alcanza para todos los acreedores.
Pluna Ente Autónomo piensa pagar la cuota que se vence el 15 de febrero ante el Scotiabank por el crédito de los siete aviones Bombardier, y luego, reclamar ante la Justicia concursal se ejecute la hipoteca a su favor. Así, según calculan en el gobierno, el organismo aeronáutico tendría prioridad para cobrar en la cola de acreedores.
Por lo tanto, no habrá dinero suficiente para que cobren todos los que tienen deudas pendientes con la compañía cerrada en julio de 2012 por insolvencia financiera. La prioridad será definida por la jueza del concurso, Teresita Rodríguez Mascardi.
Tan así es el panorama, que la petrolera estatal ANCAP ya decidió pasar a pérdida la deuda que mantenía la aerolínea por suministro de combustible, cercana a los US$30 millones.
“Va a pasar que el dinero que recoja el concurso de los aviones no alcance para todo el mundo. Nosotros el monto de la deuda de Pluna ya lo incluimos como una pérdida en el balance de ANCAP del año pasado”, dijo a El País el presidente del ente, José Coya.
Esa deuda de Pluna con ANCAP se generó durante la gestión de Leadgate, que comandaba Matías Campiani. El argentino entregaba cheques a 180 días para cancelar los vencimientos de la deuda, algo que estaba expresamente prohibido en un acuerdo entre las dos empresas. Pero en la oficina de servicios financieros igual tomaban los cheques. Por esa maniobra fue castigada la gerente María Giraldez con días de suspensión y sumario. El jefe directo de Giraldez en ese momento era José Coya, quien preside ANCAP desde fines del año pasado, cuando renunció Raúl Sendic.
Coya dijo también a El País que no iniciará demanda civil a Campiani y sus socios para reclamar por esa deuda, ahora que fueron procesados con prisión por estaba muy especialmente agravada.