La firma Biologística es la primera en Chile en proveer plásticos 100% vegetales, extraídos del maíz. La apuesta es crecer y que el producto se conozca.
Hace dos años, el ex gerente del área de Marketing y Nuevas Tecnologías de Microsoft, Antonio Cubillos, y su amigo desde los ocho años, el agrónomo Rodrigo Alfaro, comenzaron a peregrinar por un camino que nadie había recorrido en Chile: el desarrollo de un plástico 100% de origen vegetal. Para ello necesitaron de un empujón, dado por Morgan Impresiones, dueña del 51% de Biologística, empresa que en conjunto levantaron con Cubillos y Alfaro.
Los dos socios lograron algo que nadie había realizado en Chile: introducir productos plásticos –como bolsas, vasos y cubiertos– absolutamente biodegradables. El plástico proviene en un 100% de maíz, y en 180 días se convierte en tierra orgánica si es procesado. Incluso si uno lo deja en el patio de la casa se puede demorar un año en transformarse en tierra de hoja. Algo que está penetrando en la mente de algunos retailers, que ya están comprando sus bolsas.
Para llegar a este punto, los amigos y socios de la compañía realizaron todo un periplo por Estados Unidos y varios países de Europa que ya habían desarrollado esta tecnología. Éstos les dio la base para montar su propia empresa. “Llevamos a Alemania muestras de bolsas supuestamente biodegradables de Chile y nos dijeron que en ese país no podrían por ningún motivo utilizar el término ‘biodegradable’ para ellas, ya que no lo eran”, dice Cubillos, gerente general de Biologística. Así se transformaron en los representantes en Chile de las dos productoras más importantes del rubro a nivel mundial: Natureworks y Novamont. Por el momento importan los productos, pero en el corto plazo la idea es elaborarlos en Chile.
¿Y su precio? Bueno, por ahora, como cualquier nueva tecnología es un poco más cara. Su precio final es entre 20% y 30% más costoso. “Pero con el otro plástico nadie paga por la contaminación que genera”, dice Cubillos.
Con esta tecnología también se fabrican botellas para agua, vasos, cubiertos, bandejas para frutas y carne, films para envolver y bolsas para la basura y el retail. La gracia es que la apuesta promete. Si en septiembre de 2009 facturaron CH$700.000 (US$1.471), en octubre de este año llegaron a los CH$20 millones (US$42.034), gracias a que por el momento son proveedores de Jumbo y Líder. Las perspectivas son amplias si se piensa que en Chile se generan 700.000 toneladas de plástico anualmente, un mercado que mueve US$ 2.500 millones al año, donde el 40% se vincula al empaque.
Además, la producción genera bajas emisiones de CO2. La fabricación del plástico vegetal generaba 2 kilos de CO2 al mes en 2006. En 2009, la cifra bajó a 1,3 kilo y para 2011 se espera que llegue a 0,8. En cambio, para hacer 1 kilo de plástico equivalente de origen de petróleo se emiten 3,5 kilos de CO2. En el fondo, puede llegar a generar 60% menos de CO2 en su producción en comparación con el polímero tradicional. Adicionalmente, el plástico vegetal se procesa a 2/3 de la temperatura requerida por los plásticos convencionales, produciendo un ahorro adicional.
De hecho, la empresa ha aparecida en revistas como Forbes o Bloomberg, como una de las más innovadoras a nivel regional. Pero Cubillos y Alfaro no se obnubilan con estos chispazos de fama. Ellos saben que les queda un largo camino por recorrer. “Ésta es una apuesta a largo plazo y eso lo tenemos claro ambos”, dice Cubillos. Cómo sabe si de acá a un tiempo todas las bolsas que usted utilice vengan de un producto tan simple como el maíz. Cubillos y Alfaro apuestan por ello.