La estructura, diseñada para operar a hasta 12.000 pies de profundidad (3.650 metros), se utilizó para perforar sin éxito tres pozos en el mar cerca de la costa norte y oeste de la isla.
La Habana. La plataforma petrolera Scarabeo 9, que fracasó en los intentos de Cuba por abrir una nueva era en la producción de crudo en su zona del Golfo de México, dejó la isla el miércoles, llevándose consigo las expectativas del gobierno comunista de obtener a corto plazo su independencia energética.
La estructura, diseñada para operar a hasta 12.000 pies de profundidad (3.650 metros), se utilizó para perforar sin éxito tres pozos en el mar cerca de la costa norte y oeste de Cuba.
Cuba tenía la esperanza de aprovechar sus yacimientos marinos en aguas profundas, donde dice que podría tener unos 20.000 millones de barriles de petróleo, y poner fin a la dependencia energética que tiene de Venezuela, un aliado socialista que le envía unos 115.000 barriles de petróleo diarios.
Un consorcio liderado por la petrolera española Repsol, quien contrato a la Scarabeo 9, perforó el primer pozo que resultó seco la pasada primavera boreal. Luego perforaron pozos sin éxito la petrolera malasia Petronas -en colaboración con la rusa Gazprom Neft- y la venezolana Pdvsa.
Repsol y Petronas dijeron que encontraron una superficie de roca muy dura que frenó la perforación y, en el caso de Petronas, se le hizo imposible producir los hidrocarburos que habían encontrado.
La petrolera de Malasia continúa haciendo trabajos sísmicos en 3D para la búsqueda de yacimientos, pero Repsol se va de la isla después de doce años.
Jorge Piñón, experto en petróleo de la Universidad de Texas, dijo que podría pasar una década o más antes de que otra petrolera explora en aguas profundas cubanas.
El especialista dijo que las dificultades geológicas encontradas por Repsol y Petronas son desalentadoras, así como el hecho de que las empresas deben sortear las hostiles relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
El embargo que aplica desde hace medio siglo Estados Unidos a la isla dificulta y hace más costoso el acceso de Cuba a plataformas de perforación petrolera, además de que los aspirantes se enfrentan a las presiones de los opositores estadounidenses al gobierno de la isla.
Ahora la mayor esperanza de Cuba está centrada en la petrolera rusa Zarubezhneft, que pronto comenzará la perforación en aguas poco profundas a alrededor de 200 millas (320 kilómetros) al este de La Habana.