A la protesta contra los envíos de gas en la región cusqueña de La Convención, a unos 460 kilómetros al sureste de Lima, se suma otra de cocaleros que reclaman un cese de la erradicación de sus cultivos en el este del país y que ya dejó un muerto en la víspera.
Lima. Cientos de pobladores que rechazan la exportaciónde gas tomaron dos instalaciones de una empresa gasífera de capitalextranjero en Perú, en medio de protestas sociales en el país andinoque amenazan con ensombrecer el último año del gobierno del presidenteAlan García.
A la protesta contra los envíos degas en la región cusqueña de La Convención, a unos 460 kilómetros alsureste de Lima, se suma otra de cocaleros que reclaman un cese de laerradicación de sus cultivos en el este del país y que ya dejó unmuerto en la víspera.
Los manifestantes de Cuscotemen que el incipiente negocio de exportación de gas produzca undesabastecimiento del combustible en el mercado local.
Peroel gobierno afirma que las protestas tienen un trasfondo político decara a las elecciones regionales de octubre, la antesala del comiciopresidencial del 2011. El presidente García también ha dicho que enPerú hay gas suficiente para el consumo local y externo.
Elalcalde de La Convención dijo a Reuters que los pobladores amenazaroncon "radicalizar" su protesta y que rechazaban un llamado al diálogopresentado por el primer ministro Javier Velásquez.
"Loscampesinos y nativos han tomado dos campamentos de la TgP (...) hantomado la determinación de radicalizar la medida", dijo el alcaldeMarco Chalco, quien no detalló qué medidas tomarían los pobladores.
Medioslocales informaron que los manifestantes tomaron como rehenes a dosempleados de seguridad de Transportadora de Gas del Perú (TgP), en laque participan la argentina Pluspetrol y la estadounidense Hunt Oil.
"Estamospreocupados porque nos hemos quedado desabastecidos, no haycombustible, no hay salida hacia Cusco, no hay movimiento", agregóChalco.
Un dolor de cabeza. Laprotesta se podría convertir en un nuevo dolor de cabeza para el gobierno peruano, en el último año de mandato del presidente AlanGarcía, un ferviente promotor de la inversión extranjera.
Además se teme que derive en mayor violencia.
Enabril, seis personas murieron cuando miles de mineros artesanales seatrincheraron en una carretera del sur del país reclamando laderogatoria de varias leyes que argumentaban afectaban su sustento.
Asimismo,cruentas protestas en contra de la explotación de la riqueza natural dePerú dejaron el año pasado más de 30 muertos entre policías y nativosen una zona selvática y se tornaron el peor problema del segundomandato de García.
El gobierno afirma que las protestas tienen un trasfondo político ante la cercanía de los comicios regionales.
"Estaparalización es parte de una estrategia electoral, algunos estánvinculados al Partido Nacionalista", liderado por la voz más visible dela oposición, Ollanta Humala, dijo el premier Velásquez a periodistas.
Elprimer ministro acusó a "dirigentes politizados" de impedir un diálogoentre los pobladores y el gobierno y los responsabilizó por "cualquierdesenlace fatal".
Perú inauguró en junio laprimera planta de licuefacción de gas natural de Sudamérica, desde lacual la española Repsol-YPF exportará el combustible hacia Norteaméricay Europa.