Argentina es el mayor vendedor de carne fresca a Europa, pero a nivel mundial su posición en el ranking ha bajado, ubicándose por debajo de Brasil, Paraguay y Uruguay.
La imagen del presidente de Brasil, Michel Temer, comiendo carne junto a los embajadores de China y Angola, intentó ser una muestra de que las autoridades locales confían en la producción nacional tras el escándalo por el descubrimiento de una mafia que, saltándose todas las normas sanitarias, vendía carne podrida "maquillada” con químicos para volver a ser puesta a la venta. Además, se cambiaban las fechas de vencimiento, se mezclaba con cartón, entre otras irregularidades. Todo eso sin que los inspectores hicieran los controles.
Un fallido acto de publicidad que se ha visto opacado por las sospechas publicadas por la prensa, que advierten que el restaurante Steak Bull que visitó Temer en Brasilia vende también carne australiana y que, por lo tanto, el mandatario pudo haber hecho publicidad a su país consumiendo productos extranjeros, y porque tuvo nulo efecto internacional: China, Corea del Sur y Chile anunciaron que no comprarán más carne brasileña hasta que se aclare el llamado caso "Carne mala”, y la Unión Europea advirtió que está vigilando la situación.
Esto puede significar un duro lastre para los tímidos signos de recuperación que mostraba la economía brasileña, y así lo ha entendido el Gobierno. Además, puede abrir las puertas para que sus competidores saquen ventaja. Así al menos lo cree Anna Ayuso, investigadora del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB). "Si Argentina y Paraguay son capaces de reaccionar, yo creo que van a salir ganando. Es una oportunidad para recuperarse, en el caso argentino”, dijo a DW la especialista.
Caída y nuevos horizontes
El eventual cierre de mercados a Brasil puede beneficiar directamente a los otros tres grandes exportadores de carne bovina de la región: Paraguay, Uruguay y Argentina. Y si bien sus principales compradores son Rusia, China, Japón y Estados Unidos, el volumen de negocios que tiene la Unión Europea con los países productores de carne es lo suficientemente alto como para convertirse en un objetivo a conquistar si es que Bruselas decide, finalmente, cerrar las puertas a la producción brasilera.
Según cifras de la Comisión Europea, en 2015 la UE en su conjunto compró casi 360 millones de euros en carne fresca a Argentina, 210 millones a Uruguay y solamente 11 millones a Paraguay, que se ha centrado más en vender su producción a Rusia y Chile o realizando convenios con empresas como Qatar Airways, que sirve en sus vuelos lomitos de origen paraguayo. Dentro de la UE, los principales destinos de la carne producida por esos tres países son Alemania, Holanda, Italia y Reino Unido.
Y aunque Argentina es el mayor vendedor de carne fresca a Europa, a nivel mundial su posición en el ranking ha bajado, ubicándose por debajo de Brasil, Paraguay y Uruguay. "Argentina ha tenido incluso problemas de abastecimiento interno en los últimos años, por una mala gestión del gobierno que prohibió las exportaciones y, con ello, perdió fuerza en el mercado internacional”, piensa Ayuso. Por eso, esta ventana abierta por la crisis en Brasil puede ser muy importante.
Crisis sistémica
Las exportaciones de carne argentina, de hecho, ya habían mostrado un incremento del 177% en enero de 2017, en comparación con el año anterior, gracias al empuje de las compras de los mercados chino, israelí y europeo. Y este nuevo escenario internacional abre más expectativas. El director ejecutivo de la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne, Daniel Urcía, lo explicó al diario cordobés Día a Día: "Lo que puede pasar es que, si se concreta el cierre de las compras de China y la Unión Europea a Brasil, se generará un faltante de carne en esos importadores y seguramente van a recurrir a otros vendedores. Eso representa una posibilidad para Argentina”.
Uruguay, en tanto, ya antes de la crisis trabajaba para afianzar su participación en el mercado europeo. El próximo 29 de marzo las autoridades de ese país se reunirán en Bruselas con representantes de la UE para abordar la posibilidad de mantener un cupo especial de exportación de carne con 0% de aranceles. Paraguay, por su parte, apuesta a abrir sus mercados con el fin de ser el quinto exportador del mundo, y para ello participará en ferias alimentarias en Dubái, Israel, Taiwán, Moscú y Alemania. Si antes de la crisis brasileña todo iba viento en popa, ahora el abanico se amplía aún más para los productores de ese país.
Sin embargo, más allá de estas cuentas alegres para los competidores directos de Brasil en el mercado cárnico, Ayuso advierte de un efecto negativo: "Este escándalo deteriora la imagen de Brasil y lo debilita no solo para negociar con la Unión Europea en el marco de las reuniones para el acuerdo comercial Mercosur-UE, sino también como país líder de América Latina. Yo creo, sin embargo, que esto de la carne va a pasar. Más grave es la crisis política, que habla de un problema sistémico en Brasil, porque si esto ocurrió fue porque no se respetaron los controles. La carne es un síntoma más de lo que está pasando en ese país”.