El Vicepresidente Corporativo de Infraestructura de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina llegó a La Paz para entregar al Ejecutivo los últimos resultados de un estudio que evidencia que en el país no es necesaria la implementación de proyectos de generación de energía con agua en áreas protegidas.
El brasileño Antonio Pinheiro presentó el 19 de junio a representantes del Gobierno en La Paz los resultados de la segunda fase del Estudio del Potencial Hidroeléctrico de Bolivia, cuyo objetivo inicial era identificar al menos 100 proyectos nuevos para el sector susceptibles de ser explotados y obtener una estimación del potencial técnico aprovechable del país en el rubro.
— ¿Qué resultados lanzó la primera etapa del estudio y cómo se dio continuidad a este trabajo en la segunda fase?
— El estudio es muy importante para hacer un mapeo de la potencialidad hidroeléctrica de Bolivia y va a (permitir) componer como un cuadro de todas las acciones posibles en el área de energía. Por su puesto, hoy existe en todos los países un esfuerzo muy grande en dirección a lo que llamamos el modelo renovable, las nuevas fuentes de energía, como la eólica, y la solar; pero la hidroeléctrica continúa siendo uno de los sectores principales para mantener lo que llamamos energía de base, que es de generación continuada y que permite una estabilidad en los sistemas eléctricos. Entonces, el mapeo hecho es muy importante, se identificó una potencialidad de casi 38.000 megavatios (MW) fuera de las áreas de preservación. Hasta ayer (martes) fue el mapeo de las principales iniciativas que podrían ser hechas sin grandes impactos ambientales o interferencias en áreas de preservación permanente (...) y por supuesto interesa mucho a CAF seguir con la conversación que iniciamos con el Gobierno para hacer una priorización de proyectos para el futuro y para garantizar el aprovisionamiento a largo plazo de energía en Bolivia.
— ¿Se tenía cuantificado un potencial preliminar en la primera fase de la pesquisa?
— Era una cuenta más larga, sí, llegaba a los 60.000 MW, pero aplicamos los filtros porque muchos de éstos estaban identificados solo por mapas y satélites, y había que verificar dónde se podía empezar con los impactos mínimos.
— ¿Estos 38.000 MW son entonces el potencial del país excluyendo las áreas protegidas?
— Sí.
— ¿Y a cuánto asciende ese volumen si se incluye el potencial de las áreas protegidas?
— A 60.000 MW o un poco más.
— Y de esa cantidad, ¿cuánto es recuperable y técnica y económicamente factible?
— Tenemos que profundizar los estudios para tener idea de los costos de implementación. Ahora hicimos el mapeo y una investigación preliminar de las intervenciones más factibles, pero para tener una mayor idea del costo y la eficiencia es necesario profundizar y tener —por supuesto junto con el Gobierno— una priorización.
— ¿Este potencial es mayor al de otros países de la región?
— En términos de la demanda interna, del equilibrio entre oferta y demanda, Bolivia es ya hoy y puede seguir siendo un exportador de energía. Y esa es una cosa muy importante, no solamente desde el punto de vista de la economía boliviana sino también de la integración sudamericana.