El grupo español pone muchas de sus fichas en el ‘nuevo continente’ desde Alaska hasta Buenos Aires con una particular estrategia digital bajo el brazo. AméricaEconomía conversó con su presidente, Francisco González, sobre sus planes y su visión global.
Lunes en Múnich, martes en Nueva York, miércoles otra vez en Madrid. Así de agitadas son la mayor parte de las semanas del español Francisco González. Con 69 años encima, 18 de ellos como chairman en Argentaria y luego el BBVA, la vida de este banquero obsesionado con el mundo digital no se detiene nunca. “Me apasiona el golf y pasar el tiempo en familia, principalmente por mis nietos”, dice durante la entrevista que se realiza en el piso 44 de la sede del BBVA en Nueva York. El fútbol es otro de sus hobbies, pero solo lo ve por TV. “No voy porque mi tiempo es escaso. Me invitaron a Lisboa para la final de la Champions, pero significaba perder dos días de mi vida por un partido de fútbol. Para mí lo más importante es tener tiempo libre y ni una final ni un mundial de fútbol me lo pueden quitar”. Eso los fines de semana. De lunes a viernes trata de ser el primero en llegar a su centro de operaciones en Madrid. Su gran objetivo: posicionar al BBVA en el mundo digital.
-¿Cuánto prevé que crezca la economía global este año?
-Entre 3% y 4%. Por lo tanto está razonablemente bien en general. Lógicamente eso es por China y su 7% y por Europa en lo suyo. No hay ningún drama importante. Lógicamente vemos una desaceleración en China, algunas tensiones locales en algunos países y luego el tema del tapering, pero all in all ningún problema.
-¿Cómo ve a España?
-Mucho mejor. Hace dos años todo el mundo apostaba a que el euro iba a colapsar. El colapso del euro significaba que España o Italia no pagara su deuda. Yo mantuve una posición muy fuerte diciendo no apuesten a los mercados contra el euro porque van a perder, y perdieron porque el euro está allí, y muy fuerte, y Europa justamente sale de esta crisis mucho más fuerte que antes, pues tenemos la unión bancaria y una serie de cosas que antes no existían. Y España se ha beneficiado de esto. Por un lado el gobierno ha hecho su trabajo en muy bien estos dos años y, por lo tanto, hoy estamos fuera de la recesión y mejor.
-¿Se puede cantar victoria? En España la deuda total, sumando la deuda estatal, la bancaria y de las empresas y deudores hipotecarios, es el 366% del PIB.
-Cantar victoria no, pero hemos mejorado en forma radical. Hace cuatro años, España tenía el déficit más grande del mundo en términos relativos (10% del PIB) y el segundo en términos absolutos después de Estados Unidos, y eso ha cambiado hasta tener prácticamente déficit cero en la balanza de cuenta corriente, y eso es un gran logro. Falta trabajar en la liberación de algunos servicios, en el mundo de la energía que es muy cara en España, hay que definir qué tipo de administración de Estado necesita realmente el país y probablemente haya que trabajar en seguir liberalizando el mercado de trabajo, pero en general la cosa está mucho mejor. Seguro.
-¿EE.UU. viene haciendo las cosas bien? Tiene un déficit grande, una deuda enorme, un sistema de seguridad social insostenible y van a bajar las tasas de interés para impulsar el consumo.
-Se trata de un país tan grande y variopinto que no es fácil dar una opinión. Tiene cosas muy buenas y otras que no están a la altura, pero en general es una economía muy flexible. Es un país que se está apalancando en la tecnología. Está liderando la tecnología a nivel global para aumentar la productividad en todos los sectores. Por lo tanto, mi opinión en general sobre EE.UU. es muy positiva. Está creciendo bien. Claro que puede crecer más. Hay una serie de problemas, pero este país es muy vibrante e irá resolviéndolos de seguro.
-En 2010 dijo que su prioridad era consolidarse en EE.UU. ¿Cómo va el proceso?
-Compramos cinco bancos en los últimos años y los fusionamos en el BBVA Compass (un holding financiero que tiene presencia en el sureste y suroeste de EE.UU., contando con US$ 65.000 millones en activos. Esta compañía se encuentra entre los 25 mayores bancos de EE.UU.) y nos va muy bien, con lo cual la primera parte del trabajo ya está hecha. Además hemos trabajado en las plataformas tecnológicas para preparar al banco hacia el mundo digital. Ahora estamos en una segunda etapa: pasar de un banco analógico a uno digital aprovechando las plataformas que tenemos y ya trabajando sobre los procesos y productos. Ese es el gran reto de BBVA Compass de cara al futuro. EE.UU. es el mercado más importante para nosotros en cuanto a desarrollo en los últimos tiempos porque es una de las sociedades más digitalizadas del mundo desarrollado, y tiene uno de los sectores financieros, –hablo del retail–, que no están a la altura de esa sociedad y, por lo tanto, hay un gap muy grande que hay que llenar. El BBVA Compass y el BBVA a nivel global han trabajado en el mundo digital durante mucho tiempo y, por lo tanto, tenemos una oportunidad única.
-¿Cómo les va en Asia?
-Realizamos una inversión muy grande con la compra del 15% del Citic Bank, el sexto banco más grande de China, y luego la redujimos a menos del 10% por razones regulatorias. Las cosas en Asia tienen un ritmo distinto al mundo occidental. Hay que tener una visión de muy largo plazo, y por el momento somos socios financieros de una entidad grande. Tenemos otros planes para crecer, y cualquier cosa importante que hagamos en Asia sin duda va a estar muy ligado al mundo digital.
-¿Cómo afectó la crisis al BBVA y cuál fue su estrategia?
-Empezamos a ver la crisis entre 2004 y 2005. Concretamente en España desde 2001 pasamos de 18% de cuota de mercado a 11% en 2009. Le aseguro que ver mes a mes cómo uno va perdiendo cuota y cómo otros la van ganando genera mucha presión, pero estábamos convencidos de que todo ese crecimiento iba a devenir en un problema enorme, como así fue. Por lo tanto salimos de la crisis con una alta reputación, pues no tuvimos ningún problema y ya empezamos a ganar cuota de mercado desde 2009, y hoy estamos en el 12% y pico, y llegaremos al 20% en los próximos años.
Desde el punto de vista global no estuvimos inmersos en ningún problema de los que se han visto, como las hipotecas basura, y ese tipo de cosas. ¡Hombre, nos ha golpeado la crisis como es lógico porque somos un banco muy grande!, pero la hemos vadeado. La hemos pasado sin ningún tipo de asistencia pública, pagando nuestros dividendos, aumentando nuestros colaboradores e invirtiendo muchísimo en tecnología. Hemos estado atendiendo la regulación de la crisis, pero al mismo tiempo seguimos invirtiendo igual, y por eso hoy tenemos un posicionamiento digital importante. Por lo tanto, salimos de esta crisis con una reputación muy alta y un banco mucho más fuerte, sin duda.
-La reputación de las instituciones financieras quedó muy afectada en los últimos años.
-Creemos en las buenas prácticas y no solamente porque nos gusta, sino porque son muy rentables al fin del trayecto. Ahora vemos lo que pasa con esa multas multimillonarias en EE.UU. a entidades europeas o americanas o banqueros que están ante un juez. No tenemos ningún tema parecido. Eso es fruto de trabajar con principios muy claros. Primero que todo lo que hagamos sea legal. Ello significa estar del lado de la ley no buscando loop holes, es decir, contratando a abogados famosos que digan “vente por aquí para pagar menos impuestos”. Segundo, que seamos moralmente aceptados por la sociedad, es decir que el grado de riesgo que llevan nuestros productos sea entendido por los clientes. En general los problemas en las entidades han venido porque han buscado loop holes o no han sido moralmente aceptables por la sociedad y se han vendido productos con riesgo absolutamente incomprensible y excesivo para el profile de sus clientes.
-Usted no estuvo de acuerdo con el rescate de los bancos. Incluso exigió que se reestructuraran y sean vendidos.
-Uno de los grandes problemas de esta crisis ha sido que los estados han intervenido. Tenían que hacerlo, pero algunos de esos bancos debieron ser liquidados una vez intervenidos y no fue así, sino que fueron otra vez traídos al sector privado, aunque muchos de ellos todavía con capital público. Eso deja un mal mensaje porque los contribuyentes han tenido que pagar toda esa factura, y no hemos visto realmente culpables. La asignatura pendiente es explicar a los ciudadanos qué ha pasado y quiénes han sido realmente los culpables de esta crisis.
La estrategia digital
-Denos más detalles sobre la estrategia digital del banco.
-El mundo digital va a ser el gran movimiento disruptivo en muchos sectores. Ya lo fue en muchos, como la fotografía, la música, los media. El próximo en la fila es la banca, pues nos permite hacer cosas que hacemos ahora de forma mucho más eficiente tanto en costos como en experiencia del cliente, y podemos ampliar la cartera de productos y pasar paulatinamente a no solo ofrecer productos financieros sino también productos no financieros basados en la información. Se está configurando una nueva liga de competición que va a estar formada por bancos como el nuestro que se han transformado, y la mayor parte no lo van a hacer y van a desaparecer en el tiempo, y otros nuevos que vienen de la red, y allí estarán los Google o quienes tengan que estar, y serán nuevos jugadores.
-¿Cómo se traduce ello en la experiencia del cliente?
-De la siguiente forma: el cliente puede entrar en el banco en cualquier momento, desde cualquier lugar, utilizando cualquier canal, sea la oficina que tendrá un rol distinto, o sean los canales virtuales, como el smartphone, la tablet o cualquier tipo de device, y van a tener una respuesta inmediata sobre su saldo o obtener una hipoteca instantánea o cualquier tipo de experiencia. Ese es el mundo digital, y eso es donde el BBVA ha tomado una delantera tremenda y tenemos probablemente un par de años por delante para ser percibidos a nivel global como el banco que está encabezando este movimiento.
El rol de América Latina
-¿América Latina aprovechó la crisis? Me refiero a capitalizar inversiones y crecer más.
-Lo ha hecho muy bien. Estamos en la región hace 18 años, y hemos visto cómo en general todos los países han progresado en términos de democracia, en términos institucionales y en términos macros. Hay una excepción [Venezuela], pero han progresado. Ahora hay un pequeño enfriamiento sobre todo porque China no está creciendo a los niveles anteriores, pero nada preocupante.
-¿Ve señales de recalentamiento de los mercados inmobiliarios en la región? Me refiero a señales de burbuja y posible estallido, como el que vivieron en España.
-¡Hombre, como en España no creo! Allí el estallido fue tremendo, y hay que atribuirlo a una disfunción del mercado como consecuencia de la existencia de cajas de ahorros que no tenían el control del mercado y que hicieron cosas fuera de cualquier planteamiento normal, en que la unión mala entre empresarios, gestores y cajas dio lugar a esquemas de corrupción absolutamente inaceptables. No es el caso de América Latina. Lo que ocurre es que fruto del desarrollo que vive la región existe mayor demanda por el acceso a la vivienda que está presionando a la estructura de precios, pero en absoluto estamos viendo burbujas.
-A pesar del crecimiento regional en la última década, la tasa de bancarizacion en muchos países es baja. En algunos esto se explica por tasas de interés demasiado altas para los créditos, pero también hay desconfianza en el sistema financiero y poca cultura bancaria, sobre todo en las clases medias emergentes, un mercado que muchos están tratando de conquistar. ¿Cuál es la estrategia del BBVA?
-Por un lado intentamos ser un buen banco convencional. Claramente tener buenas prácticas dentro de lo que es la estrategia del banco definida hace muchos años y que se basa en tres pilares: principios, personas e innovación. Principios tiene que ver con buenas prácticas, es decir, tener relaciones de largo plazo con los clientes, explicarles bien lo que hacemos y tener una creación mutua de valor. El mundo digital que proponemos será una enorme oportunidad para ayudar a que muchas personas puedan ser bancarizadas.
También es verdad que nosotros podemos hacer parte del trabajo, pero no todo. La economía informal es parte de la explicación y tiene que haber una acción coordinada por parte de los bancos y los gobiernos que deben trabajar desde el punto de vista fiscal.
La otra forma que tenemos de trabajar aparte es la Fundación de Microfinanzas BBVA, a la que hemos dotado con € 200 millones desde hace seis años, y que es una institución sin ánimo de lucro que trabaja en el mundo de las microfinanzas de verdad destinando pequeños créditos a personas, de las cuales el 59% son mujeres, para que puedan montar un negocio. Tenemos 1,5 millones de clientes.
-¿Qué piensa de la exposición de las empresas privadas de la región en deuda en moneda extranjera? ¿No ve un peligro sistémico para los mercados financieros como los de Brasil y México?
-En México no veo ningún problema. Hace unos días estuve allí, y me parece que es un país vibrante con una estabilidad enorme desde el punto de vista macro, con un gran liderazgo político en este momento y con reformas ya hechas, aunque hay que implementarlas, pero ya hechas y que son importantísimas. Quizás la más visible de energía sea la más visible, pero la de tributación y la educativa son muy importantes. La reforma fiscal con todas sus críticas es un paso también importante. Por lo tanto, México no tiene ningún problema de endeudamiento o divisa externa. En el caso de Brasil y los demás países de América Latina tampoco vemos problema. Con el crecimiento de los mercados financieros se han ido desarrollando los mercados de capitales locales, y eso significa que cada vez más empresas pueden encontrar más recursos en sus propias monedas. El ejemplo del Perú con el mercado hipotecario es tremendo. Hace diez años el 100% de las hipotecas se otorgaban en dólares, y hoy es solo del 40%. El sol está tomando cada vez más protagonismo y esa realidad es la que estamos viendo en todos los países de América del Sur. Además, las empresas de la región han respondido bastante bien al rally que acaba de tener el dólar frente a todas las monedas latinoamericanas desde setiembre de 2013. No vemos que haya algún tipo de riesgo. Todo lo contrario. El mercado se va a ir desarrollando y las empresas van a tener menos necesidad de recurrir a dólares para desarrollarse.
-A nivel de deuda soberana, vemos que países como Bolivia y Ecuador emiten o planean emitir bonos a tasas relativamente aceptables. ¿Hasta cuándo piensa que durará este periodo de liquidez?
-Esa es la gran pregunta. ¡Quién sabe! El famoso tapering está allí, y claramente hay una liquidez tremenda en el mercado a nivel global y unos tipos históricamente bajísimos e inflaciones muy bajas incluso con amenaza de deflación en algunos mercados. No tengo una respuesta clara. Creo que poco a poco los tipos de interés a largo plazo deberían subir. Creo que puede haber, y se escribe mucho sobre esto últimamente, una cierta burbuja –digamos– en los bonos en general, sobre todo en los de largo plazo, pues los tipos son realmente muy bajos.
-¿Cuál es la apuesta del BBVA en los próximos años para crecer?
-Estamos demostrando con hechos que estamos interesados en América Latina y EE.UU. En América Latina estamos invirtiendo US$ 6.000 millones. De ellos, US$ 3.500 millones en México en cuatro años en el periodo 2013-2016 y US$ 2.500 millones en Colombia y el Perú. Eso es mucho dinero. En EE.UU. hemos invertido cerca de US$ 12.000 millones en los últimos años y hemos comprado Simple, una pequeña compañía [de servicios bancarios], con US$ 117 millones. Con ello quiero decirles que estamos dispuestos a seguir invirtiendo en la región en general y particularmente en aquellos países donde vemos un gran futuro. Por lo tanto no tenemos ningún problema de capital, de liquidez, y creemos que América desde el norte hasta Buenos Aires tiene un gran futuro.
“El Perú lo hace muy bien”
-¿Cómo ve al Perú?
-Francamente, bien. Creo que el presidente Ollanta está haciendo un trabajo muy bueno. Llegó al poder hace tres años y lo que ha hecho su gobierno es convertir al Perú en un país muy bien percibido desde el punto de vista del inversor, y así nuevamente el país ha crecido mucho. Es un tema de ver alternativas. Cuando uno está cerca de la realidad y del mercado y el Estado regula el mercado bien para que no haya abusos, etc., pues tiene muy buenos resultados; pero cuando uno se olvida del mercado y quiere hacer una política populista, pues ya sabemos lo que pasa. El presidente Humala ha sido muy realista y ha llevado a su país de una forma muy pragmática y los resultados están allí.
-¿El constante ruido político no afecta su percepción sobre el país?
-Cuando uno ve las cosas desde el punto de vista local, y eso nos pasa a nosotros en España o EE.UU., todo es noticia; cuando uno mira las cosas desde fuera lo que ve es la gran película, the big picture. ¿Qué vemos nosotros en el Perú? A un país con un régimen político que entiende bien cómo funciona el mundo, y así progresa y crece. Punto. Ya a partir de allí podemos meter el zoom y me puede decir usted lo que quiera, pero eso es lo que yo veo como inversor. Estuve en México y oí a la gente decir que el país no crece, pero ¿qué vemos los inversores? Un país estabilizado desde el punto de vista macro, un gobierno con liderazgo y que está haciendo reformas. Punto. Ya vendrá el crecimiento. Nosotros somos muy prácticos y tenemos una visión de largo plazo. Mientras que veamos que el Perú está administrado por regímenes que entienden la realidad y que no viven en la utopía o en el populismo, pues seguiremos invirtiendo. Cuando veamos que no es así, pues dejaremos de hacerlo.
-Brasil es un mercado al que estén mirando actualmente?
-No tenemos planes específicos en Brasil porque en los últimos 15 años no hemos podido tener una oportunidad real allí. Ahora, miramos todo el mundo, pero para ser prácticos, nuestra visión sobre Brasil o sobre países como la India, que son mercados donde no estamos en este momento, y que son importantes, es que nuestra presencia va a ir unida al mundo digital.
-¿Qué retos tiene la banca en América Latina?
-El reto general es la digitalización, el pasar a modelos de negocios más eficientes, a ampliar la relación con los clientes de forma más conveniente y eso lo da el mundo digital. Eso aplica a cualquier país. Quizá poniendo el zoom en América Latina tengamos que trabajar más en la inclusión financiera. Intentar atraer a más clientes que están fuera del mundo bancario, y estar fuera del mundo bancario significa estar fuera de muchas oportunidades. Muchas veces parece que trabajando en la economía informal es lo mejor porque se pagan menos impuestos, pero eso al final no va en beneficio de nadie. Cuanta más gente se incorpore el sistema bancario hay más transparencia y posibilidades para todo el mundo. Ese es el gran trabajo que tenemos que hacer todos en la región.