Ricardo Roa Barragán manifiesta que no fue notificado de su destitución. Tampoco descarta la desaparición de la Empresa de Movilidad de Bogotá creada por Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá.
La Junta Directiva de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) nombró a Astrid Álvarez como nueva presidenta de la compañía. Ricardo Roa Barragán participó en esa reunión hasta que llegaron al punto de cambios en la presidencia y nunca fue notificado de su destitución, se enteró por un comunicado de prensa. Sin embargo, reconoce que ese proceso es legal y la nueva administración tiene el derecho de remover al presidente.
A su salida, dio unas puntadas sobre el futuro de la EEB. Dice que la venta de la participación en Isagén es una decisión estratégica que aumenta el flujo de caja de la firma y deja en remojo la creación de una holding en Brasil, donde hoy tiene como su socio principal a Furnas, una de las principales en el negocio de transmisión en el vecino país.
- ¿Por qué lo sacaron?
- Es una decisión de voluntad política, quien gobierna tiene la potestad de elegir un equipo a su criterio. Lógicamente el proceso está establecido en las normas de la compañía, se puede remover al presidente.
- ¿Cómo le fue estos últimos meses a la empresa con la coyuntura de Fenómeno del Niño, que ha influido negativamente en el sistema eléctrico?
- Tenemos dos aspectos para revisar, uno de ellos era garantizar que la disponibilidad de nuestras redes y el sistema de transmisión estuviera habilitada para atender la demanda. No tenemos activos de generación, los maneja Emgesa. Nos corresponde mirar la confiabilidad del sistema, la operatividad del área, donde tenemos unos requerimientos mínimos de 1400 megavatios y de hasta 3174 megavatios para atender una demanda de más de 2600 megavatios.
- ¿Qué tanto creció la demanda de energía?
- La demanda la atiende Codensa y nosotros somos accionistas pero el país venía mostrando un crecimiento del orden del 4,5% y 5% y la región centro, el mercado que tiene Codensa, tuvo un crecimiento de entre 2% y 3%. La demanda de energía eléctrica ha crecido en menor proporción a la del resto del país, eso se explica sobretodo porque las oleadas de calor hacen que se utilice más mecanismos de refrigeración en otras regiones.
- ¿Cuáles fueron las inversiones estratégicas?
- Hemos logrado un portafolio importante de cerca de US$800 millones, principalmente representados en siete proyectos que nos hemos ganados para la expansión del sistema de transmisión nacional, cinco por convocatorias UPME y dos para conectar a dos privados: Ecopetrol y Drummond. Esos proyectos comprometen recursos del orden de US$518 millones. Importante la inversión que se hizo en Brasil donde adquirimos el 51% de cuatro concesiones de transmisiones de electricidad en conjunto con Furnas. Esta transacción nos generó dividendos de más de US$9 millones.
- Un grupo consultor que participó en el balance de su gestión sugiere continuar con las inversiones fuera del país, ¿Cuáles son los mercados y proyectos a los que hay que seguir apostándole?
- Hay una recomendación muy importante en la línea de deshacernos de unos activos no estratégicos, uno de ellos es la participación del 2,5% que tenemos en Isagén. Esto le representaría a la empresa unos ingresos del orden de US$90 millones para pagar deuda o apalancar inversión. El consultor nos pone una meta de US$2.200 millones de EBITDA, eso quiere decir que el Grupo de Energía de Bogotá con sus filiales debe hacer inversiones de entre US$6 mil millones y US$7 millones.
Hay proyectos que se han evaluado para la entrada a México, sobretodo en el transporte de gas. Está Brasil, en donde recibimos una solicitud de Furnas para crear una holding e invertir de manera conjunta en las expansiones del sistema eléctrico de ese país, al que llegamos y es uno de los grandes logros de mi gestión.
- ¿Cuál era el nivel de endeudamiento de la empresa cuando llegó y cuál es el de ahora?
- La deuda de la empresa es del orden de los US$3 billones. Eso no ha cambiado mucho porque es una deuda de largo plazo. Las inversiones que se hicieron en Brasil, el 33% fue capital propio, es decir cerca de US$50 millones. De manera que el nivel de deuda es el mismo, en este periodo se está evaluando hacer una reemisión de los bonos para mejorar el perfil de la deuda.
- ¿Cómo está golpeando esta coyuntura económica la actividad de la EEB?
- El impacto de la caída de los precios de petróleo se refleja en la reducción de la demanda por servicios de energía y bienes que tienen las empresas de ese sector, afectando nuestros ingresos. La devaluación del peso también nos afecta porque nuestra deuda en dólares cuesta más. Hay que tener presente que los principales negocios de la empresa— transmisión de electricidad, el transporte de gas y la distribución de gas en Perú— son todos con tarifas dolarizadas eso indica que más o menos el 75% de nuestras actividades tienen una cobertura frente a la tasa de cambio.
- ¿En qué va el proyecto de ‘Bogotá Eléctrica’?
- Todos esos proyectos fueron suspendidos, la Empresa de Energía de Bogotá creó una filial que se llama Empresa de Movilidad de Bogotá con la cual se estaban analizando los estudios de proyectos como el tren de cercanías, las fases I y II de Transmilenio y su conversión a movilidad eléctrica, pero son proyectos que quedan a la administración Distrital.
- ¿Y en que se había avanzado con el tema del Metro?
- Teníamos un convenio con la Financiera de Desarrollo Nacional y la EEB pero quedaron suspendidos por decisión de los Gobiernos Nacional y municipal.
- Pero si no se hacen esos proyectos la filial tendría que desaparecer.
- Hasta ahora ha servido para llevar a cabo los estudios de bancas de inversión, viabilidad técnica y económica, hay un gerente pero el destino depende de la nueva administración.
- Sin embargo, si no van a hacer esos proyectos pues no tiene sentido mantenerla.
- La empresa ha venido creciendo y no ha habido una revisión de la estructura de acuerdo con la nueva estrategia y crecimiento desbordado. Por eso plantee una nueva estructura organizacional.