De recibir la aprobación de los reguladores mexicanos, la adquisición por 26.557 millones de pesos (US$1.419 millones) sería la más grande del sector bancario mexicano desde 2001, cuando el gigante estadounidense Citigroup compró al local Grupo Financiero Banamex-Accival.
Ciudad de México.- Los principales accionistas extranjeros institucionales del mexicano Grupo Financiero Banorte votaron en contra de la adquisición de su par de menor escala Interacciones, según documentos de la firma de datos Proxy Insight.
De recibir la aprobación de los reguladores mexicanos, la adquisición por 26.557 millones de pesos (US$1.419 millones) sería la más grande del sector bancario mexicano desde 2001, cuando el gigante estadounidense Citigroup compró al local Grupo Financiero Banamex-Accival.
Un 50% de la operación se pagaría en efectivo y el otro 50% con un intercambio de acciones.
Banorte es el mayor banco en manos de inversores mexicanos y su presidente, Carlos Hank González, es miembro de una familia influyente con vínculos con el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Hank González es hijo del presidente de Interacciones, Carlos Hank Rhon, y era el director ejecutivo hasta 2014.
En diciembre, el 71,6% de los accionistas de Banorte con derecho a voto que sufragó apoyó la adquisición.
Sin embargo, un análisis de Proxy Insight, que recopiló y analizó datos de 88 papeletas de accionistas, muestra que aunque muchos inversores extranjeros con posiciones de menor escala apoyaron la adquisición, muchos con posiciones grandes votaron en contra.
Entre los inversores que votaron en contra se encuentran pesos pesados como BlackRock y Aberdeen Standard Investment, según datos de Proxy Insight recopilados para Reuters que no habían sido reportados antes.
BlackRock es el mayor inversor extranjero institucional de Banorte, seguido por Aberdeen, según datos de Thomson Reuters Eikon.
Otros gestores de activos de alto perfil que votaron en contra fueron APG Asset Management y Norges Bank Investment Management, aunque Harding Loevner y The Vanguard Group apoyaron la adquisición, según datos de Proxy Insight. Los dos últimos son el tercero y el cuarto mayor inversor extranjero institucional, según datos de Eikon.
Banorte declinó comentar, pero abordó los conflictos de interés en un documento público relacionado con la adquisición, diciendo que podría agregar valor gradualmente a las bajas ganancias por acción y, al mismo tiempo, mantener los objetivos de preservar la fortaleza y el retorno de capital.
Interacciones, un grupo financiero especializado en créditos a gobiernos, no respondió a solicitudes de comentarios.
La gerente senior de inversiones de Aberdeen, Fiona Manning, dijo que aunque la adquisición estuvo supervisada por miembros independientes del Consejo de Administración, era "innecesaria" y presentaba conflictos de interés debido a los vínculos familiares entre los bancos.
"Cuando Carlos Hank Gonzalez entró al consejo de Banorte, tuvimos varias conversaciones y la empresa dijo públicamente que -como parte relacionada- no habría ninguna transacción entre Banorte e Interacciones," sostuvo Manning en una entrevista.
BlackRock declinó hacer comentarios.
Los Hank poseen un 69,32% de Interacciones, según datos de Eikon. Hank Rhon tiene un 40,67%, Hank González un 19,93% y Graciela Hank Gonzalez un 8,72%.
El fideicomiso Gonzalez Family Trust es propietario de un 10,4% de Banorte, la familia Hank Rhon posee un 2,6% y otras personas un 1,6%, según documentos relacionados con la adquisición.
Banorte dijo que el fideicomiso votaría en línea con la mayoría de los inversores, lo que significa que si bien no influyó en la tendencia, la tasa de aprobación general habría sido menor sin su respaldo.
"Todavía estamos preocupados por el equilibrio entre los dos bancos", agregó Manning. "Banorte tiene una gran oportunidad en el sector de banca minorista y deberían enfocar su energía en crecer esa parte del negocio", agregó.
Otros con posiciones de menor escala también votaron en contra de la adquisición, incluyendo a los gestores de activos Schroders, BMO Global Asset Management (F&C), British Columbia Investment Management Corporation e Indiana Public Retirement System, que declinaron hacer comentarios.
Rolando Rodrigues, analista del gestor de activos británico Sarasin & Partners, dijo que votaron en contra de la adquisición por "la abundancia de cuestiones de gobernanza".
"Esta era una transacción con partes vinculadas con conflictos de interés significativos", dijo en una entrevista.
El regulador antimonopolios de México, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), aún tiene que aprobar la adquisición, y declinó hacer comentarios.
Los bancos tienen menos de una semana para obtener la aprobación del regulador y evitar el periodo de cambio de Gobierno después de la elección presidencial del domingo, en la que el izquierdista Andrés Manuel López aparece como favorito.