Una elevada edad promedio de los productores, una escasez acuciante de mano de obra dispuesta a trabajar con las exigencias de horario que tiene un tambo y la fuerte competencia por la tierra con la agricultura son algunos de los factores.
Tras dos años de crecimiento frenético, la producción lechera uruguaya ha hecho una pausa. Los desafíos del sector no han quedado atrás. Una elevada edad promedio de los productores, una escasez acuciante de mano de obra dispuesta a trabajar con las exigencias de horario que tiene un tambo y la fuerte competencia por la tierra con la agricultura son algunos de los factores que siguen presentes para contribuir a explicar el freno en el crecimiento que mostró que, en agosto, la producción de leche de los tambos fue la misma del año anterior.
También en ese mes los precios tuvieron un momento de incertidumbre como no habían tenido en los años 2010 y 2011. Las sucesivas bajas en las ventas de Fonterra empezaban a traducirse en reducciones de precios por parte de industrias locales.
Así, en agosto, la producción fue prácticamente la misma que en el mismo mes de 2011.
El crecimiento interanual ha venido disminuyendo y esa baja se hace más notoria, porque venía de diferencias enormes.
En los primeros cuatro meses del año la producción fue más de 20% mayor a la de 2011. Pero luego, esas diferencias se fueron esfumando. La producción de mayo fue 11% mayor; la de junio 9%; en julio el crecimiento fue de 5%; y en agosto la producción fue casi idéntica.
La lechería no puede crecer en hectáreas y difícilmente crezca en cantidad de vacas en ordeñe. Ha crecido en base a una alimentación más intensiva en granos. ¿Puede seguir creciendo? ¿Puede hacerlo con los actuales costos y precios? ¿Las consecuencias de la sequía estadounidense tendrán la fuerza suficiente para que retome la senda del crecimiento?
Durante 2010 y 2011 el sector lechero creció al impulso de un marco estable y una favorable relación insumo/producto entre los granos usados en las raciones y la leche.
Itinerario de precios. El precio no solía pasar los 20 centavos de dólar por litro remitido. En el año 2002 incluso llegó a estar por debajo de los 10 centavos. Con el gradual alza de las proteínas la leche cruzó los 20 centavos en 2006 y se fue por encima de 40 centavos por litro en 2008, un precio que parecía increíble.
La crisis financiera y la sanitaria provocada por la contaminación con melamina en lácteos de China volvieron a llevar el precio de la leche a los 20 centavos en el primer semestre de 2009.
Pero pronto retomaron la tendencia ascendente y el precio de la leche reconquistó los 30 centavos por litro en febrero de 2010, un piso al que no ha vuelto desde entonces y que fue el gran argumento para que el sector diese un gran salto productivo durante 2010, 2011 y el primer semestre de este año. Pero ese salto se ha detenido.
Por un lado, la lechería refleja las señales que recibía en la etapa previa a la sequía de EE.UU. Los precios internacionales iban en baja, Uruguay dependía mucho de las compras de Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez no se sabía si seguiría en el poder o no. Brasil devaluaba su moneda.
Con ese panorama los precios tuvieron ajustes a la baja y fueron de los 45 centavos de julio de 2011 a los 35 centavos de promedio en agosto. Aproximadamente $7,5 por litro paga Conaprole. Pero las empresas que no tienen tanta fuerza en el mercado interno ni tanta escala, no consiguen pagar ese precio.
Ahora el panorama ha cambiado. Chávez sigue, Brasil estabilizó su moneda y los precios internacionales referenciados por los remates de Fonterra tuvieron cuatro sesiones al alza consecutivas y luego se estabilizaron, pero manteniendo la tendencia ascendente en la leche en polvo.
Sin embargo, en un momento de muy alta oferta, en la que la industria tiene que hacer la diferencia para cerrar un buen número en todo el ejercicio y debe aguzar el ingenio para colocar de la mejor manera toda la leche que recibe, no es dable esperar que haya mejoras en las cotizaciones.
El futuro inmediato. Con un precio apenas estable en las actuales cotizaciones, ¿puede seguir creciendo el sector lechero?
Venezuela es una de las cartas fuertes para que eso sea posible. Sin las compras de Chávez –bastante por encima de los precios de mercado– a muchas empresas se les complicaría seguir pagando los actuales precios de la leche. Y bastaría que el precio de la leche bajara un peso más por litro para que se acelerara la salida de tambos. La competencia con la agricultura por la tierra es muy alta. El recambio generacional es muy difícil. Conseguir mano de obra se hace arduo.
La lechería puede obtener márgenes nítidamente superiores a los de la agricultura con mucho más seguridad. Lo ha explicado el ex presidente de INIA y docente de la Facultad de Agronomía, Pablo Chilibroste, en estos días. “En tambos de tamaño mediano –entre 200 y 300 vacas–, con buenos niveles de productividad individual, buenos niveles de carga, manejo y cuya estructura de alimentación mantiene el forraje del 40 al 50% de pastoreo, en los dos últimos años el ingreso neto ha duplicado la renta de la soja”, dijo en un seminario sobre biotipos lecheros que realizó Centro Universitario de Paysandú y la Facultad de Agronomía.
“Eso brinda una idea de las posibilidades de crecimiento que tiene un tambo de base pastoril. Que hay que invertir más, es complejo, lleva mucho trabajo, todo lo que quieras, pero desde el punto de vista económico hoy la rentabilidad es clara”, afirmó.
El contraste es marcado con la agricultura, un negocio más simple, con horarios más flexibles, con fines de semana generalmente disponibles para el ocio y la posibilidad de contratar tareas y comercializar a través de los mercados de futuros.
En este mes se juegan cosas muy importantes para el sector lechero. A nivel internacional, el pico de oferta de lácteos de Oceanía pondrá a prueba la recuperación que se registró en los últimos remates de Fonterra.
Brasil con su moneda estabilizada se mantendrá como un mercado de gran importancia para la leche en polvo. Venezuela se supone que debe continuar dando sostén al mercado de los quesos.
Pero no está claro que los precios puedan volver a los 40 centavos por litro que tuvieron durante buena parte de 2011 y comienzos de 2012. Y, sin esa referencia, será desafiante mantener el crecimiento lechero.
Los productores pequeños finalmente se cansan y abandonan. La producción de gran escala tiene sus números cada vez más ajustados y con una siembra de sorgo que puede ser menor a la del año pasado, el costo de alimentación puede seguir alto.
El mercado internacional va subiendo. Esta semana se supo que el índice de precios de alimentos de la FAO subió 7% en septiembre sobre agosto, lo que representa el aumento mensual más acusado registrado desde enero de 2011.
Los cinco productos lácteos estudiados registraron aumentos de precios, en particular la leche en polvo y la caseína, ambas con aumentos de 12 %. La demanda mundial de productos lácteos se mantiene estable y, en combinación con el incremento de los costos de la alimentación, fue responsable de ese aumento.
La sequía estadounidense se está haciendo sentir. Pero Nueva Zelanda y Australia están logrando otro año de excelente producción y mantienen los precios internacionales en una situación equilibrada. Con los costos uruguayos ese equilibrio resulta desafiante.
Los quesos uruguayos de Hugo Chavez. Cabe suponer que los venezolanos están disfrutando de los quesos uruguayos en abundancia cada vez mayor. El mercado caribeño viene creciendo a un ritmo frenético como comprador del producto uruguayo y por eso seguramente varios empresarios y gerentes de empresas industriales uruguayas habrán suspirado con cierto alivio al conocerse el resultado electoral del pasado domingo.
Venezuela ha acelerado las compras con la llegada de José Mujica a la presidencia. Compró apenas US$5 millones en quesos en el año 2005. En lo que va de este año lleva comprados US$154 millones, por lo que al terminar el año habrá aumentando más de 30 veces las compras de tan solo siete años atrás.
En aquel entonces llevaba 5% de los quesos de Uruguay, ahora es el cliente hegemónico con 73% de los embarques. Es además el que mejor paga por los quesos. En lo que va de este año el precio promedio por tonelada exportada es de US$5.714 según los datos de Aduanas, casi US$1.000 por encima del precio que paga el segundo destino en volumen, que pagó US$4.838 por tonelada.
Un triunfo opositor que quitara preferencias comerciales a Uruguay podría haber significado un golpe duro al sector quesos, de creciente protagonismo en las exportaciones. Y por ende a varias empresas que dependen de esas exportaciones para no alejarse demasiado en el precio que pagan a sus productores de los de Conaprole, mucho más fuerte en el mercado interno y menos expuesta al mercado venezolano.