El peligro del repunte en la demanda de yuca es que no existe músculo agroindustrial del rubro.
Ante la escasez de papas fritas en restaurantes y locales de comida rápida, a un grupo de productores de yuca les está yendo bien. Reyna Albornoz produce y empaca actualmente 2.500 kilos de palitos de yuca al mes para una reconocida franquicia local. En diciembre, le tocó la puerta una gran empresa de alimentos solicitándole 20.000 kilogramos de yuca mensuales. Otro más, le requirió 15.000 kilos y uno más le preguntó si podía entregar 7.000 kilos de yuca listas para freír.
“A todos los coloqué en cola, y los tengo en stand by ”, reconoce Albornoz. “Es demasiada la demanda para la cantidad que logramos producir”, lamenta.
Así como Reyna Albornoz, que solo tiene una firma personal y su negocio es familiar, hay un conjunto de productores, empaquetadores y distribuidores de yuca para freír que han aprovechado la oportunidad para crecer como microempresarios. Su limitación es una sola, no tienen capacidad física ni financiera para cubrir el boom de la demanda.
“Necesitamos ayuda, dice Albornoz, una máquina formadora dependiendo del tamaño está entre los $5.000 y $10.000, también necesitamos una empaquetadora, pero lo que más necesitamos es la primera, porque todo lo estamos haciendo artesanalmente”.
El grupo familiar de Albornoz trabaja a diario para el negocio, pues todos están desempleados. “Somos un grupo de 10 empleados, todos familiares. A cada quien le toca picar yuca, congelar y empacar”.
Susana Palma es otra microempresaria que trabaja produciendo yuca para freír. Al mes entrega en promedio 2.000 kilogramos a restaurantes y comedores.
“Nos enteramos del déficit de papas fritas hace tiempo, y comenzamos a ofrecer a nuestros clientes dedos de yuca y la fuimos colocando en comedores y restaurantes. La verdad es que aunque la papa es más comercial, la yuca ha ido gustando de hace un año para acá y nos está yendo bien”.
La yuca congelada se ofrecen no solo en restaurantes y franquicias de comida rápida, también se están viendo en comedores, supermercados y abastos.
Palma comenta que además de los comedores y restaurantes una parte de su producción la entregan a distribuidores de Valencia e incluso ofrece yuca ya empacada en portales de venta en línea locales.
El dilema de producir yuca. El temor de los productores de yuca y microempresarios del rubro es que su ciclo de cultivo alcanza hasta los siete meses, y además no tienen el sostén agroindustrial como por ejemplo lo tiene la papa u otras hortalizas.
La mayoría de los productores de este tubérculo están en Portuguesa, Barinas, Mérida y Táchira, son trabajadores con pequeñas o medianas parcelas de yuca.
José Suárez, productor del estado Lara, explica que el problema que se avecina en la producción de yuca es que no existe en el país una cadena que establezca la capacidad de procesamiento y distribución del rubro.
“No sé que van a hacer (el mercado) cuando la yuca escaseé. En Venezuela la cultura de la yuca es para parrilla y las polleras, por eso no hay una agroindustria fuerte de este rubro, no hay una cadena de producción como la de la papa. Lo más peligroso es que se genere una demanda ficticia”, alertó Suárez.