En Holanda y Francia dos parlamentarios están promoviendo esta iniciativa para reducir las emisiones de dióxido de carbono. De aprobarse, el vuelo entre Ámsterdam y Bruselas sería el primero prohibido.
Suzanne Kröger es holandesa. Desde 2017 es parlamentaria en su país por el partido GroenLinks, que en español significa “Izquierda Verde”. Fue fundado en la década del 90 y promueve principios como ecologismo, la tolerancia y la justicia social. (Lea Registran el primer caso de chimpancés comiendo cangrejos)
Kröger acaba de cumplir 43 años y entre sus propuestas hay una que ha empezado a cobrar fuerza en Holanda: prohibir vuelos de corta duración como una estrategia para luchar contra el cambio climático.
Lo que sugiere la parlamentaria es simple: que los viajes que puedan realizarse en tres horas o menos en tren, reemplacen a los viajes en avión.
El primer trayecto que Kröger solicita suprimir es el de Ámsterdam-Bruselas. Un vuelo entre ambas ciudades dura 45 minutos, mientras que hacer ese recorrido en un tren de alta velocidad puede tardar una hora y 50 minutos. Es una diferencia que no es muy amplia si se tiene en cuenta el impacto ambiental de cada medio de transporte.
En cifras eso quiere decir lo siguiente: al recorrer los 174 kilómetros que hay entre esos dos puntos, un avión emite entre 26 kilos y 50 kilos de dióxido de carbono. Un tren, por el contrario, emite, máximo, 2 kilos.
Para promover su iniciativa, Kröger ha intentado expandir la etiqueta #meertreinenmindervliegen (más trenes, menos vuelos) en redes sociales. Con ésta también solicita un tema crucial: que bajen los precios de los tiquetes de tren, muchas veces más altos que los de avión.
Su propuesta no es la única en Europa. En Francia se ha estado cocinando una idea similar. El diputado de izquierda François Ruffin (del partido La Francia Insumisa) también ha pedido que se cambien los vuelos entre París y Marsella por trayectos en tren. Son las dos ciudades más pobladas de ese país y un avión tan solo tarda una hora y 20 minutos para conectarlas, pero genera entre 69 kilos y 104 kilos de CO2. Un tren demora un poco más de tres horas y tan solo emite entre 6,4 y 9,6 kilos de CO2.