Daniel Fernández, vicepresidente ejecutivo del proyecto que ha tenido una férrea oposición ambientalista, considera que no hay "argumentos de altura" para evitar que se construyan las centrales hidroeléctricas.
Santiago. La sociedad que impulsa el polémico megaproyecto hidroeléctrico en Chile HydroAysén espera que las autoridades aprueben en mayo su estudio de impacto ambiental, lo que les permitiría iniciar la construcción de las centrales en unos tres años.
Así lo aseguró este viernes el vicepresidente ejecutivo de HydroAysén, Daniel Fernández, quien consideró además que no hay "argumentos de altura" en contra del proyecto, que ha tenido una férrea oposición de ambientalistas, que aseguran que las centrales tendrán impacto negativo en la patagonia chilena.
En el Foro de Reuters de Inversión en América Latina, Fernández, explicó que la empresa evaluará en el 2014 si avanza en la edificación de cinco centrales hidroeléctricas y definirá si incorpora socios al proyecto, considerado por sus defensores como clave para la deficitaria matriz energética del país.
"Estamos cediendo en muchas cosas, acogiendo otras, no vemos que haya ninguna razón para un rechazo (...). Uno está preparado anímicamente para todo, pero la verdad es que no existen muchos argumentos de altura (en contra), se han ido despejando todos los temas", afirmó el ejecutivo.
Fernández explicó que la compañía ha avanzado en resolver la mayor parte de las observaciones hechas por las autoridades, inicialmente 3.000, y que antes del 15 de abril responderá a los 199 interrogantes planteadas en el tercer y último proceso de consulta.
HidroAysén, que generará 2.750 megavatios y que contempla una inversión en torno a los US$3.500 millones, es una asociación entre las generadoras Colbún y Endesa Chile.
El ejecutivo explicó que tras recibir las respuestas, las autoridades tienen 24 días "para calificar favorablemente, rechazar o calificar con condiciones (el proyecto)", lo que se espera ocurra durante mayo.
Una vez que reciban luz verde para edificar las plantas, entregarán en diciembre de 2011 el estudio de impacto ambiental de la línea de transmisión que llevará la energía desde el sur del país a la capital.
Fernández prevé que todo el proceso termine a mediados de 2014.
Bajo un escenario positivo, las primeras obras podrían empezar a fines del 2014. "Si ese fuera ese el programa, podríamos entregar una primera central de operación en 2019, y la quinta en 2025", sostuvo.
Consideró que el proyecto es viable sólo si se construyen las cinco centrales.
DESCARTAN IR POR ARGENTINA
La firma descartó que parte de su línea de transmisión pueda pasar por Argentina, debido a problemas estratégicos referidos a permisos y riesgo país de la nación vecina.
"No tenemos ningún interés en ir por Argentina, hay factores de costo, de tramitación ambiental, de riesgo estratégico, de costo financiero por el riesgo país", comentó.
En tanto, confirmó que buscan sinergias con un proyecto energético similar de la minera Xstrata Copper, para apoyarse en el trazado de la línea de transmisión y reducir costos en la construcción, aunque cada una tendría su propio tendido.
Pese al largo proceso, el ejecutivo de HidroAysén considera que, dada la magnitud del proyecto, se justifican los 200 millones de dólares gastados para estudios en la etapa previa y agregó que es seguro invertir en el rubro en Chile, pese a que algunas normas retrasan el trámite de proyectos.
El proyecto ha sido fuertemente cuestionado, sobre todo ante requerimientos de sectores ambientalistas, que consideran que los caudalosos ríos, la vegetación y el atractivo turístico de la zona de Aysén, en el sur chileno, se verían afectados con la instalación de las plantas.
Esa posición se contrasta con la necesidad que tiene Chile de aprovechar sus recursos hídricos como un aporte para duplicar su matriz energética en los próximos diez años y seguir con su ritmo de crecimiento económico.
Fernández admitió que incluso la puesta en marcha de HidroAysén y otras iniciativas hidroeléctricas no será suficiente para suplir las necesidades del país.
"En Chile hay un potencial de hidroelectricidad grande todavía pero no es suficiente para duplicar la matriz en estos 20 años. Hay que recurrir a otras formas de energía", apuntó.