Así lo estima el presidente de la empresa AES Panamá, Miguel Bolinaga, quien apunta a un esquema para futuras interconexiones en la región y con la vecina Colombia.
Panamá. El proyecto para la construcción en la isla Telfers en el Caribe panameño, en los próximos años, del que será el primer complejo de energía a base de gas natural en América Central, con capacidad para la generación de cerca de 400 megavatios, propone en opinión del presidente de la empresa AES Panamá, Miguel Bolinaga, un replanteamiento del esquema para futuras y posibles interconexiones en la región y con la vecina Colombia.
El ejecutivo, quien asumió el 1 de mayo de 2013 su responsabilidad en la filial de la compañía originaria de Estados Unidos, y la cual tiene ahora presencia en 18 países, vaticinó en entrevista con Xinhua en su oficina en el elegante sector de Costa del Este en la capital panameña que la estructura contribuirá para que no sólo se pueda recibir energía desde Panamá, sino también enviarla a través de iniciativas como la interconexión con Colombia o con los vecinos países de América Central, entre otras posibilidades.
La elección del responsable de la obra se dio el primero de agosto de 2015 con la participación de más de 27 proponentes con siete tipos de energía, y a través de Etesa (Empresa de Transmisión Eléctrica S. A.), con lo que, según Bolinaga, se prevé una inversión de entre US$800 y US$900 millones, de cual la empresa reconoce que hay mucho interés de bancos y de organismos multilaterales (como e IFC o el BID -Banco Interamericano de Desarrollo-) para el financiamiento de alrededor de 75% del proyecto, lo que se espera que esté cerrado o definido por tarde en marzo próximo.
La estructura, abierta en el contrato respectivo a 350 megavatios, se espera según el entrevistado que se desarrolle en unas 20 hectáreas en la norteña provincia de Colón, por parte de la multinacional con presencia en 18 países, incluyendo a Estados Unidos, México, El Salvador, República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Colombia, Brasil, Chile y Argentina, y que durante su construcción se emplee a entre 1.500 y 2.000 personas, con la expectativa de opere hacia mayo 2018.
Luego de Estados Unidos el segundo país en que estuvo la compañía fue Argentina, y la compañía estuvo también en Venezuela, pero decidió salir de ese mercado. La presencia de la multinacional en Panamá comenzó hace alrededor de 16 años con la privatización del antes estatal Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE), según un recuento hecho por el titular de AES Panamá, que estimó en unos US$1.300 millones la inversión de la empresa en territorio panameño, y que agregó ha permitidos entregarle al fisco panameño cerca de US$500 millones, entre dividendos y el pago de impuestos.
El presidente de AES Panamá reconoció que la inclinación de la matriz energética de Panamá hacia el uso del agua o de fósiles derivados del petróleo, y que se considera es una matriz inmadura, y sujeta al precio del crudo y a dificultades en los últimos años con el recurso hídrico, incidió en la decisión de AES Panamá al participar en la licitación para construir el complejo.
Identificó también entre los factores determinantes la experiencia de la compañía en el manejo del gas natural, y con el propósito de inyectarle a la matriz una posibilidad diferente.
Sustentó la importancia de la diversificación señalando que la matriz energética de Panamá viene creciendo entre siete y nueve por ciento, y que se dice inclusive que creció dos dígitos entre setiembre del año pasado y septiembre e este año, y que es necesario que alcance la mayor madurez lograda en países como Brasil o Chile.
Tras recordar Bolinaga que la compañía cuenta con 11 plantas con gas natural, aseguró que con motivo de esa licitación la empresa vio la posibilidad de traer gas tanto a Panamá como a Centroamérica, y tuvo en cuenta además el tema ambiental, además del lugar para instalar la planta.
El presidente de AES Panamá precisó que hay una licitación que ganó el grupo hace año y medio en El Salador para la construcción de una planta de energía a base de gas natural, pero cuya estructura no ha empezado a construirse.
"Este (el de Panamá) sería un proyecto emblemático p ara el país y Centroamérica, y que es importante porque: es gas natural, porque contempla no solo la construcción de la planta, sino también la posibilidad de convertir el gas natural que viene líquido nuevamente en gas", y además de venir "acompañado de un muelle".
Bolinaga reconoció también como factores a favor de este tipo de proyecto que países como Japón están cambiando todo su esquema de generación nuclear a la generación tipo en base a gas, y que se sabe también sobre la contaminación que existe a nivel mundial a causa de los buques, por lo que está de moda cambiar el combustible que usan los buques, como el búnker o e diesel por el gas natural.
El presidente de AES Panamá expuso que la generación a gas tiene la ventaja de ser "en firme", o de generar una cantidad determinada de energía sin altibajos, a diferencia de lo que puede suceder con otro tipo de energía, y a precios competitivos.
Reconoció también el potencial para surtir de gas a otros países, aunque reconoció que hay antes otros tipos de usos que se puede tener con este recurso en territorio panameño, además del potencial para el transporte de gas con la ampliación del Canal de Panamá, cuya nueva estructura se espera que esté lista en los primeros meses de 2016.
Datos aportados durante la entrevista previeron que para 2020 Panamá contará con un capacidad de 43% de energía hidráulica, con un 16% de energía a base de gas, con un 13% a base de bunker, un trece por ciento a base de energía eólica y con un cinco por ciento solar, sin especificar otros datos.