El presidente ejecutivo de Minera Salar Blanco (MSB), Cristóbal García-Huidobro, detalló que la empresa está en conversaciones con autoridades para establecer la forma en que el Estado permitiría su operación, considerando que ya cuenta con el permiso del regulador de energía nuclear.
Santiago.- El proyecto de litio Blanco espera iniciar su construcción a inicios del 2020 en el norte de Chile, una vez que se apruebe su permiso ambiental y defina con el Gobierno el esquema bajo el cual explotará el mineral, calificado como reserva estratégica del Estado.
La iniciativa, que prevé una inversión de US$527 millones, inició este mes el trámite de su permiso ambiental, que espera obtener visto bueno a fines del próximo año.
El presidente ejecutivo de Minera Salar Blanco (MSB), Cristóbal García-Huidobro, detalló que la empresa está en conversaciones con autoridades para establecer la forma en que el Estado permitiría su operación, considerando que ya cuenta con el permiso del regulador de energía nuclear.
"Estamos trabajando muy de cerca con el Ministerio de Minería con el fin de poder definir cuál va a ser la mejor estructura a utilizar", comentó el ejecutivo a Reuters.
"Hay más de una opción contemplada en la Constitución y la idea es poder definir aquella estructura óptima", agregó.
Situado a unos 740 kilómetros al noreste de la capital y a 3.756 metros sobre el nivel del mar, el salar de Maricunga, donde se encuentra el proyecto Blanco, es uno de los apetecidos depósitos del triángulo del litio, que concentra las mayores reservas del mineral entre Argentina, Bolivia y Chile.
El litio es clave para fabricar baterías utilizadas en productos que van desde dispositivos móviles hasta vehículos eléctricos.
MSB -que asocia a la australiana Lithium Power International y a la canadiense Bearing Lithium con capital local-, firmó a inicios de año un contrato con la alemana GEA para la construcción de su planta de carbonato de litio.
El ejecutivo explicó que la minera tiene los derechos de agua necesarios para todo el proyecto y que en su estudio incluyó modelos de interacción de la salmuera con el agua dulce, en medio de las preocupaciones por el escaso recurso en el país.
Blanco prevé extraer 209 litros por segundo de salmuera de pozos al norte del salar para producir 20.000 toneladas anuales de carbonato de litio y 58.000 toneladas de cloruro de potasio.
Potencial de expansión.- En Maricunga, MSB ha identificado recursos por 2,15 millones de toneladas de carbonato de litio, considerando sólo una profundidad de 200 metros, mientras que el salar tiene más de 600 metros, detalló.
"Tenemos recursos que probablemente más que triplican el tamaño de proyecto, por lo tanto, las capacidades de crecimiento futuro de este proyecto van a ir dependiendo de cómo se desarrolle el mercado", apuntó García-Huidobro.
En julio, la firma desistió de una demanda contra Chile por una disputa contra la estatal cuprífera Codelco por los derechos para desarrollar operaciones en el salar.
García-Huidobro atribuyó la decisión al buen ánimo del Gobierno de centroderecha de Sebastián Piñera para fomentar inversiones destinadas apuntalar el crecimiento de la economía de Chile, el mayor productor mundial de cobre.
Blanco "es uno de los pocos proyectos que podrían ser inaugurados bajo este Gobierno", subrayó.
Sobre el financiamiento, dijo que aunque no se ha definido, se evaluarán opciones con entidades financieras, pero además se "incluye la posible entrada de un socio estratégico en el futuro".
La empresa dialoga con la china Sichuam Fulin Industrial Group, que delinea la construcción de una planta de materiales de cátodos de litio en Chile con una inversión de US$100 millones en su primera fase.
"Las conversaciones entre Fulin y MSB apuntan tanto a que Fulin ingrese a la propiedad de MSB, como que MSB pueda participar como socio desarrollador y operador de esta futura planta", afirmó.
Fulin, junto con otras firmas, se vio favorecida en una licitación estatal para desarrollar inversiones vinculadas al litio como parte de un acuerdo con los productores locales SQM y Albemarle, a fin de ofrecer un precio preferencial a las empresas de valor agregado que operen en el país.
García-Huidobro destacó que, considerando que las mayores empresas automotrices tienen plantas en América Latina, ahora vuelve a tener sentido elaborar baterías o materiales de cátodos en la región.