El otrora pueblo de pescadores de José Ignacio, unos 50 kilómetros al este de Punta del Este, es el nuevo punto de atracción para millonarias inversiones y personajes del jet set internacional.
Montevideo. El verano austral devuelve cada año brillo y glamour a Punta del Este, el diamante de la costa uruguaya preferido por muchos famosos del continente que se destaca por sus playas y vida nocturna.
Un hito de la temporada lo marcó el DJ francés, David Guetta, quien llenó de música electrónica la pista de un aeropuerto abandonado con un espectáculo que deleitó a 11.000 personas.
La llegada de millonarios trajo como trago amargo los robos de joyas, que golpearon nuevamente con precisión quirúrgica.
La península. Ubicada 140 kilómetros al este de Montevideo, Punta del Este es el eje de una formidable cadena de playas de unos 70 kilómetros.
El centro turístico de arenas blancas y agua fría, ofrece lujosas torres de edificios que recuerdan a la estadunidense Miami y, al mismo tiempo, zonas naturales.
Para muchos es la opción ideal que permite alternar el apacible descanso en áreas retiradas con una agitada vida nocturna.
La pequeña península puntaesteña sirve de frontera imaginaria entre el Río de la Plata y el océano Atlántico.
En la avenida Gorlero, su principal arteria comercial, suelen escucharse diferentes acentos regionales del español, el portugués, el inglés y distintos idiomas europeos.
El otrora pueblo de pescadores de José Ignacio, unos 50 kilómetros al este de Punta del Este, es el nuevo punto de atracción para millonarias inversiones y personajes del jet set internacional.
La noche. Con una presentación que incluyó a sus principales éxitos, Guetta hizo vibrar el sábado con su música a los asistentes al festival en el ex aeropuerto El Jaguel.
"Son el mejor público, y las chicas son las más sexys que he visto en una fiesta como ésta", dijo el artista en un momento de la noche.
En los primeros lugares de la platea estaban el futbolista Diego Forlán, el tenista argentino David Nalbandian y su compatriota, el conductor y empresario televisivo, Marcelo Tinelli, entre otros.
Otro afamado DJ francés, Martin Solveig, también deleitó a los amantes de la música electrónica al inaugurar una discoteca en el hotel Conrad, un gigante del juego y el entretenimiento de la península.
Para Solveig, "sin dudas, Punta del Este es uno de los lugares obligados en el verano del sur".
"Uruguay es un país pequeño y muy exótico, donde se pueden disfrutar excelentes y hermosos paisajes, playas, en definitiva, buenas vacaciones", comentó el pinchadiscos.
Las jornadas de Navidad y Fin de Año están pautadas por el turismo brasileño, que llega para disfrutar lo que en ese país se conoce como Réveillon, el periodo que va del 26 de diciembre al 6 de enero.
Luego es el turno de los argentinos, los más fieles visitantes del balneario.
Temporada. Los empresarios hoteleros expresaron preocupación porque la ocupación del sector alcanza solo al 85%, una cifra baja que hace presagiar una temporada pobre, según advierten.
"No cambiamos la percepción de que podemos tener una temporada similar a la pasada", dijo días atrás la ministra de Turismo, Liliam Kechichian.
A lo largo de 2012, Uruguay recibió 2,8 millones de turistas que aportaron US$2.000 millones a su economía, de acuerdo con cifras oficiales. De ese total, 1,5 millones fueron argentinos y 400.000 brasileños.
Como punto negativo de la temporada se cuenta el robo de joyas. El más sonado lo sufrió el chalet "Camelot" del barrio Parque del Golf donde se llevaron un collar, dos pendientes y otras alhajas con un valor de US$100.000. Así lo valuó el propietario argentino, reveló el diario local "El País".
La desaceleración del sector construcción en el balneario no impide que se mantenga en pie el proyecto del millonario estadunidense Donald Trump de construir un lujoso edificio en Punta del Este con una inversión de US$100 millones.
A pocos metros de la Playa Brava, sobre el oceáno Atlántico, Trump erigirá un edificio de 125 apartamentos con vistas panorámicas de 360 grados y un costo del metro cuadrado estimado en US$6.000.
Uno de los hijos de Trump, Eric, llegó este verano para promocionar el emprendimiento. "En nuestra posición, tenemos muchas ofertas que podemos darnos el lujo de rechazar. Sólo elegimos los proyectos con altos estándares de calidad y lujo", dijo Eric Trump.