Carso Infraestructura y Construcción, que forma parte del Grupo Carso, de Slim, acordó formar un consorcio con Grupo Gia, Promotora y Desarrolladora Mexicana (Prodemex) y Grupo Hermes.
El brazo constructor del magnate mexicano Carlos Slim se asoció con tres firmas locales para participar en una licitación para construir dos pistas del nuevo aeropuerto de Ciudad de México por un valor de 30.000 millones de pesos (US$1.564 millones), según fuentes.
Carso Infraestructura y Construcción, que forma parte del Grupo Carso, de Slim, acordó formar un consorcio con Grupo Gia, Promotora y Desarrolladora Mexicana (Prodemex) y Grupo Hermes, de acuerdo con las cuatro fuentes, que pidieron no ser identificadas.
Las empresas no quisieron hacer comentarios.
El nuevo aeropuerto, el principal proyecto de infraestructura del presidente Enrique Peña Nieto, tiene como objetivo convertir a la Ciudad de México en un importante centro regional que atendería a 50 millones de pasajeros anuales a partir del 2020, cuando está programada su apertura.
El proyecto ha sobrevivido a sucesivos recortes presupuestarios que el gobierno ha anunciado para hacer frente a una caída de los ingresos provenientes de la venta de petróleo, incluyendo la cancelación de dos proyectos de trenes de pasajeros el año pasado.
El gobierno anunció este viernes un nuevo recorte al gasto público para sortear los coletazos por la votación de Gran Bretaña para salir de la Unión Europea.
Según las fuentes, cada empresa tendrá una participación del 25% en el consorcio, el cual presentará sendas propuestas para las dos primeras licitaciones de las tres previstas para las pistas de la terminal aérea. Eventualmente, la capacidad del aeropuerto podría ampliarse a seis pistas.
Otra fuente dijo que se espera que cada pista cueste alrededor de 15.000 millones de pesos.
La convocatoria inicial del proyecto planteaba el 1 de junio como la fecha para recibir las propuestas de los interesados en la licitación mientras que los ganadores serían anunciados el 28 de junio, para iniciar los trabajos el 12 de julio, pero ha habido retrasos.
Un consorcio encabezado por un grupo chino, que incluía a Gia y Prodemex, se adjudicó en 2014 un proyecto ferroviario que fue cancelado tras revelaciones de que otro de los miembros del consorcio, Grupo Higa, era dueño de una mansión que la primera dama estaba en proceso de compra.
México también ha lanzado una convocatoria para licitar la construcción del edificio de la terminal aérea, un proyecto de unos de US$3.500 millones.
Reuters informó el mes pasado que la española Ferrovial evaluaba cancelar una eventual alianza con la endeudada constructora mexicana ICA para licitar por el contrato.