La avería de una de las turbinas de Zona Franca Celsia, en Barranquilla, abre un déficit de cerca del 3 % de la demanda nacional de energía. Siemens, fabricante del dispositivo, dará este martes su veredicto.
Colombia tendrá que suplir durante el próximo mes un nuevo déficit de energía a causa del daño que se presentó el fin de semana en la unidad Flores IV de la termoeléctrica Zona Franca Celsia (Termoflores), en Barranquilla, la segunda más importante del país, con una generación que alcanza los 610 MW.
Si el ministro de Minas, Tomás González, dijo que perder Guatapé —la hidroeléctrica que quedó fuera del sistema por un incendio en el cuarto de máquinas y que generaba el 5% de la demanda nacional— era como perder a James Rodríguez en la semifinal del campeonato, esta pérdida es como si la selección se hubiera quedado para ese mismo partido sin Mario Yepes.
El símil se ajusta porque si Guatapé, de EPM, era una de las hidroeléctricas más importantes para ganar el partido contra El Niño, las generadoras térmicas están diseñadas para evitar que Colombia pierda el encuentro si el agua hace falta. Son el respaldo, están pendientes de que no les hagan goles y de mantener el balón en la mitad de la cancha para generar juego.
En un comunicado de prensa, Celsia explicó que “esta situación afecta la generación de Zona Franca Celsia, ya que de los 610 MW de su capacidad total, quedan indisponibles temporalmente 230 MW, que equivalen a 5,5 GW h/día de aportes al Sistema Interconectado Nacional”. La reparación tardaría por lo menos cuatro semanas.
Según el presidente de Celsia, Ricardo Sierra, el reacondicionamiento de las máquinas para que pudieran operar con combustibles líquidos, dada la poca oferta de gas, tiene un impacto negativo en su funcionamiento. Mientras que la relación de una hora de generación es equivalente a una hora de uso de la máquina cuando funciona con gas, al hacerlo con líquidos el desgaste de la máquina es el doble.
Aunque no fue el caso de Zona Franca Celsia, Sierra reconoció que en el largo plazo, y por el hecho de que las térmicas llevan más de tres meses funcionando a full, las empresas tendrán que hacer mantenimientos antes de tiempo, modificando el cronograma, para evitar un deterioro de esos equipos.
Entre tanto, a la salida de la central de Celsia se suma la entrada en mantenimiento de una de las unidades de Tebsa, lo cual reduce la capacidad en 160 MW (que tienen la posibilidad de abastecer el 10 % de la demanda nacional). Las reparaciones son necesarias y tienen como fin evitar la avería de la maquinaria, pero en todo caso se trata de menos energía para el sistema.
Germán Corredor, director del Observatorio de Energía de la U. Nacional, aseguró que en el fondo el problema es que las generadoras van a consumir mucho más rápidamente los recursos hídricos en aras de satisfacer una demanda que no cede y que en vez de reducir su consumo, lo aumenta. En enero aumentó 5%, según cifras de XM, el gestor del mercado de energía.
“En una situación de alta vulnerabilidad, las líneas y las máquinas están funcionando a su máxima capacidad, por lo tanto se incrementan las posibilidades de que sufran algún daño. Todo es posible, porque todo está en el límite. No quiero decir que ya se viene el racionamiento, sino que estamos en una situación en la que las posibilidades de un racionamiento son mucho más altas que las que teníamos en diciembre”, señaló Corredor.
La sequía hace cada vez más difícil maniobrar. El anuncio hecho la semana pasada por el Gobierno sobre la importación de energía desde Ecuador —7 GW hora/día— había sido la alerta respecto a lo justo que está el sistema. Lo importante era solucionar ese problema como fuera y se logró gracias a un recurso que hasta ahora no había sido necesario utilizar. De hecho, Colombia estaba ayudándole al gobierno ecuatoriano a mantener prendido su país. La gran pregunta ahora es si para esta medida se pensó en nuevas contingencias o se están sumando apenas las “moneditas” para atender la emergencia.
El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), Alejandro Castañeda, manifestó su preocupación, particularmente por la región Caribe: “Se complica la situación, estamos en una situación muy vulnerable”. Un representante del gremio de las generadoras térmicas dijo que las otras seis centrales serán las responsables de que el país no llegue a un apagón (ver recuadro). Se están haciendo esfuerzos, el problema es que el fenómeno de El Niño no da tregua.
A propósito, la superintendente de Servicios Públicos, Patricia Duque, aseguró que “se presentó un daño en las turbinas debido a un mantenimiento que XM ordena no hacer, pero al ver las fallas que se presentan deciden hacerlo. Necesitamos saber cuánto tiempo tardará en funcionar a esa turbina”.
El Ejecutivo sigue revisando la manera de solucionar los problemas que se están presentando con regularidad justo cuando los embalses tocan niveles históricamente bajos. El problema es que el Ministerio de Minas y Energía ya se está quedando sin jugadores en la cantera.