En un complicado caso de oferta y demanda, el dedo acusador apunta en la misma dirección: de Irán a China, pasando por Medio Oriente, y de Washington a Wall Street.
Universia Knowledge Wharton. El verano todavía no ha llegado al hemisferio norte y los precios de la gasolina ya están subiendo. En las gasolineras, los precios han subido 52 céntimos este año, y la gasolina cuesta ahora, de media, US$3,81 el galón, superando los US$ 4 en varios Estados a un ritmo que se acerca de manera incómoda al récord histórico de US$ 4,11 registrado en julio de 2008.
Los especialistas creen que el precio de la gasolina debería llegar a US$5 el galón antes de finales de año. La frustración y el coste del petróleo crecen mientras los americanos buscan alguien a quién culpar.
El dedo acusador apunta en la misma dirección: de Irán a China, de Washington a Wall Street. En una reciente investigación nacional de Pew Research Center y de The Washington Post, cuando a los entrevistados se les preguntó sobre los motivos del aumento del precio de la gasolina: un 18% de los americanos lo atribuyeron a las tensiones con Irán o a la amenaza de guerra o de revueltas en Oriente Medio; un 4% lo atribuyeron a la especulación o al exceso de maniobras de Wall Street.
No existe una causa única para el aumento de los precios, dicen los profesores de Wharton y los especialistas en energía.
En general, las fluctuaciones de los precios del petróleo tienen que ver con los movimientos de la oferta y la demanda. El mundo "presiona las reservas de petróleo disponibles", dice Robert Ready, profesor de Finanzas de la Escuela de Negocios Simon, de la Universidad de Rochester, especializado en fluctuaciones bruscas de la oferta en el sector del petróleo. A medida que la explotación del petróleo se vuelve más cara, y el mundo exige más petróleo, hay una presión creciente sobre la oferta disponible, observa Ready. Eso significa que un único evento inesperado —una agitación cualquiera en Oriente Medio, la explosión de un oleoducto o un huracán en el Golfo— puede perjudicar la oferta y presionar una subida aún mayor de los precios. "Hay muchos factores imprevisibles", dice.
Hace cerca de un año, una insurrección en Libia desencadenó un aumento súbito de los precios del petróleo. Este año, toda la atención está centrada en Irán, que está bajo presión de EE.UU., Israel y Europa para que interrumpa su programa de investigación nuclear. En febrero, en una actitud desafiante, los iraníes amenazaron con bloquear el estrecho de Ormuz, que permite el acceso al Golfo Pérsico por donde circula un 20% del petróleo que abastece al mundo.
"Hay un temor generalizado de que Oriente Medio pueda explotar en cualquier momento", observa Howard Pack, profesor de Negocios y políticas públicas de Wharton y uno de los autores de Las economías árabes en un mundo en transformación.
Oriente Medio produce cerca de un 30% de todo el petróleo del mundo, por lo tanto la inestabilidad en la región puede impactar la oferta y aumentar los precios en todo el mundo. El programa nuclear de Irán es sólo uno de los problemas en cuestión. Hay quien acusa a Irán de incentivar la oposición chiita al Gobierno de Bahrein y de animar a los chiitas a que se subleven en el Este de Arabia Saudí. "Es evidente que todos los países árabes de mayoría sunita están muy preocupados por Irán", dice Pack. "Creo que nadie duda de que los iraníes estén intentando desarrollar armas nucleares".
Precios estacionales: verano frente a inverno. Irán, sin embargo, no es la "única explicación" del aumento de los precios, según Pack. "En especial", dice, "tenemos también el crecimiento acelerado de China [...] India también continúa creciendo". Según Bloomberg News, China está construyendo cuatro reservas de emergencia de petróleo y planea acumular un volumen mayor para ayudar a reducir las fluctuaciones locales de precios. Esas economías en crecimiento alimentarán aún más la demanda y "con seguridad, tendrán un impacto sobre los precios del petróleo", dice Pack.
Eso, sin lugar a dudas, significa que la gasolina va a ser más cara para el consumidor. Es necesario cerca de dos semanas para que los precios del petróleo crudo lleguen al flujo de distribución, observa Avery Ash, gerente de asuntos regulatorios de la AAA, empresa sin fines de lucro de Heathrow, en Florida, especializada en el segmento de viajes y asistencia a usuarios de carreteras. Por cada aumento de US$1 en el precio del petróleo crudo, el consumidor debe esperar un aumento de cerca de 2,5 céntimos del galón de gasolina.
El precio en la gasolinera no siempre corresponde directamente al de un barril de petróleo. Algunos aumentos son estacionales, resalta Ash. En EEUU, por ejemplo, los precios de la gasolina aumentan en verano debido a la mezcla diferente del combustible usada en esa época para disminuir la contaminación del aire.
La Agencia de Protección Medioambiental exige que toda gasolina vendida después del 1 de junio sea del tipo de verano, una mezcla que contiene más aditivos y menos butano que la gasolina comercializada en invierno. Debido a sus ingredientes diferentes, la producción de la gasolina comercializada en invierno cuesta 6 céntimos menos que la gasolina producida en verano, dice Ash.
El verano pasado, un rápido aumento en la producción del petróleo crudo en el Estado de Dakota del Norte y en Canadá produjo una acumulación en las unidades de almacenamiento de petróleo en Cushing, Oklahoma, de donde sale buena parte del petróleo crudo del país en dirección a las refinerías de la costa del Golfo. El número reducido de oleoductos que conecta Cushing a las refinerías del Golfo provocó la acumulación, informó a Reuters.
Durante algún tiempo, el exceso de petróleo local empujó el precio del petróleo crudo del tipo West Texas Intermediate (WTI), parámetro del petróleo crudo utilizado en EEUU, hasta niveles récords por debajo del petróleo crudo del tipo Brent, utilizado para regular los precios del petróleo en Europa, Oriente Medio y buena parte de África. El tipo Brent depende del petróleo del Mar del Norte y es refinado, principalmente, en el noroeste de Europa. La diferencia entre los dos parámetros llegó a casi US$30 el barril.
Aunque los dos parámetros estén mucho más próximos actualmente, las disparidades regionales de los precios de la gasolina persisten de un Estado a otro. Las refinerías que proveen a los Estados del oeste, Colorado y Wyoming, por ejemplo, tienen acceso al petróleo crudo más barato que las refinerías del nordeste, "por lo tanto, pueden producir gasolina a precios mucho más económicos", observa Ash. "Por eso el tipo crudo se vende en el centro del país a precios muy bajos".
Actualmente, Denver tiene el precio medio más bajo de todo el país, US$ 3,36, según Lundberg Survey, de Camarillo, en California, empresa que monitoriza los precios de los combustibles en las gasolineras de todo el país. El precio más alto lo registró Los Ángeles: US$4,35. Los precios de la gasolina en California son más elevados que en otras partes del país debido a la carga tributaria más alta y las regulaciones medioambientales más severas.
El aumento de la oferta de petróleo no va tener lugar de la noche a la mañana. Se han descubierto nuevas reservas en las arenas bituminosas de Canadá, hay petróleo de esquisto en EEUU y reservas en aguas profundas de Brasil, cuya extracción, sin embargo, puede llevar tiempo. "Tenemos todos los tipos de nuevas reservas disponibles, pero hará falta muchos años para que lleguen al mercado", observa Witold Henisz, profesor de Gestión de Wharton.
"El coste de extracción de las reservas que estamos descubriendo ahora es mucho más alto, y no son reservas tan grandes [...] La explotación tiene lugar en lugares de acceso más difícil [...] Aún tendremos que lidiar con la escasez a corto plazo".
Si el precio de la gasolina sube demasiado, puede afectar la recuperación de la economía, dice Henisz. En comparación con otros productos, dice, "la demanda de gasolina es relativamente inelástica". Las personas no pueden dejar de llenar el tanque de gasolina porque necesitan trabajar, así como llevar y recoger a los niños del colegio. Pero cuando el precio pasa una "frontera simbólica", la demanda comienza a disminuir, porque el consumidor comienza a ahorrar. "Las personas no están quitando la calefacción; están cambiando la temperatura". La gente empieza a compartir auto, añade Henisz, y los restaurantes "sienten las consecuencias del cambio. Son decisiones que van sumándose".
La "frontera" para apretarse el cinturón solía situarse entre US$2 y US$3. Hoy, el número mágico tal vez sea US$ 5. De media, los americanos dicen que la gasolina a US$5,30 o US$5,35 el galón los llevaría a recortar gastos, según datos de una investigación de Gallup hecha en marzo. En esa misma investigación, un 85% de los entrevistados dijeron que el presidente del Congreso debería "tomar medidas inmediatas para intentar controlar la subida de los precios de la gasolina", aunque solo para un 65% de ellos el Gobierno estaría en condiciones de impedir el aumento de los precios.
Política, como siempre. La discusión ha estado adquiriendo tintes cada vez más políticos por la proximidad de las elecciones de noviembre. Los republicanos dicen que los precios de la gasolina están altos porque el Gobierno Obama ha dañado la industria energética al bloquear o impedir la explotación de nuevos proyectos del sector, como el oleoducto Keystone XL de la Transcanada Corporation. La Casa Blanca contesta diciendo que la producción doméstica de petróleo crudo es la mayor de los últimos ocho años, al mismo tiempo que las importaciones de petróleo cayeron desde la toma de posesión de Obama. El presidente pidió lo cancelación de US$ 4.000 millones en subsidios anuales del Gobierno destinados a la industria del petróleo para impedir que los especuladores distorsionen los precios.
El 5 de marzo, 23 senadores y 47 miembros de la Cámara enviaron una carta a la Comisión de Transacción de Futuros de Commodities diciendo que los órganos reguladores necesitaban tomar medidas más rigurosas para impedir que los traders de Wall Street dominen el mercado de petróleo. "El exceso de especulación en el sector aumenta de forma significativa los precios del petróleo y de la gasolina", dice la carta. "Los especuladores controlan ahora más del 80% del mercado de futuros de energía; ese porcentaje se ha duplicado con creces en el transcurso de la década pasada".
Joseph R. Mason, presidente del sector bancario de la Facultad de Negocios E. J. Ourso de la Universidad Provincial de Louisiana e investigador de Wharton en el Wharton Financial Institutions Center, dice que el cambio en la regulación podrá ayudar. "Sin lugar a dudas, la política monetaria de la Fed continuará causando incertidumbres, incentivando a los inversores a buscar medios de colocar sus activos en futuros de petróleo", dijo Marson en un reciente artículo del U.S. News & World Report titulado What Obama and Ben Bernanke Should Do about Gas Prices (Lo que Obama y Ben Bernanke deben hacer respecto a los precios de la gasolina).
Las bajas tasas de interés dificultan la generación de retornos para los inversores, lo que los lleva a buscar retornos más altos en el sector de commodities, como es el caso del petróleo, dice Mason. "Hay oportunidades de inversión muy valiosas en el sector del petróleo", dice. Esto significa que las personas están poniendo su dinero allí, en vez de construir fábricas y crear empleos.
El aumento de las tasas de interés también podría contribuir a reducir la volatilidad de los precios de la gasolina en EEUU incentivando el aumento de la producción doméstica, lo que reduciría los precios en las gasolineras, dice Mason. "Un mayor grado de estabilidad en los precios del petróleo puede incluso significar algunos aumentos de precios [...] pero lo hace menos sujeto a las subidas bruscas de precios y a la volatilidad", dijo Mason en una entrevista concedida a Knowledge@Wharton. "La estabilidad no puede atenuar del todo la subida brusca de precios, pero ayuda".
¿Para hacia dónde van los precios del petróleo a partir de ahora? Depende de lo que suceda en el Golfo Pérsico, dice Bernard Baumohl, economista jefe global del Economic Outlook Group, de Princeton, Nueva Jersey, y autor de Los secretos de los indicadores económicos: pistas ocultas de tendencias económicas futuras y oportunidades de inversiones. "Si hubiera un enfrentamiento militar con Irán, los precios mundiales del WIT llegarían a US$130 el barril", dijo. (El miércoles, el WTI Spot cotizaba a US$106,07 el barril). Un conflicto más prolongado podría elevar los precios hasta US$ 150 o incluso US$ 200. Es imposible predecirlo con certeza. "Hay tantas cosas que no sabemos", dice.
Obama podría decidir explorar la Reserva Estratégica de Petróleo si el precio medio de la gasolina subiera por encima de US$ 4 el galón, dice Baumohl. En agosto y enero de 2011, Obama autorizó la venta de 30,64 millones de barriles de la reserva en respuesta a distorsiones en la oferta debido a los disturbios en Libia. Con una capacidad de 727 millones de barriles, y disponiendo actualmente de 659,9 millones, la Reserva Estratégica de Petróleo del Gobierno americano es el mayor stock de petróleo crudo del mundo.
Si persiste, el aumento de los costes del combustible "va, sin duda alguna, a frenar los gastos del consumidor", dice Baumohl. "Por cada subida de un céntimo en la gasolinera, los americanos gastan US$ 4 millones más al día" en gasolina, dijo. Ese valor suma cerca de US$ 1.500 millones al año.
El aumento de los precios del petróleo tarda de uno a tres meses en repercutir en todos los sectores de la economía: aumenta el coste del transporte y de los productos derivados del petróleo, como los peines de plástico. "Menos del 5% del salario neto es realmente gasto en gasolina", señala Baumohl, "sin embargo los precios de la gasolina tienen un impacto psicológico mayor sobre el consumidor porque él está en contacto diario con los aumentos. Se pueden ver en numerosas carteles". El aumento de los precios, por lo tanto, tiene un "impacto palpable" sobre el consumidor, dice Baumohl.
En muchos sentidos, el aumento de los precios de la gasolina este año guarda cierto parecido con el año pasado, cuando la Primavera Árabe suscitó temores de inestabilidad en Oriente Medio. "La única diferencia es que hay un conflicto hoy mucho más peligroso que el año pasado, es decir, la posibilidad de que estalle una guerra en el Golfo Pérsico", dice Baumohl. "Es posible que haya una subida brusca de precios, y como estamos más cerca de un enfrentamiento, el año 2012 adquiere tintes más sombríos que 2011".