El presidente de la firma estatal aseguró que se investigará hasta conocer las causas de la catástrofe, la mayor en más un siglo de actividad petrolera en Venezuela, y negó las acusaciones de falta de mantenimiento en la planta.
Paraguana, Venezuela. La magnitud de la tragedia en la mayor refinería de Venezuela, donde una explosión mató a 48 personas y dejó centenares de familias afectadas, obliga a una profunda revisión en Petróleos de Venezuela (Pdvsa), dijo el presidente de la firma estatal que tiene un largo historial de accidentes.
En una entrevista, Rafael Ramírez, aseguró este martes que se investigará hasta conocer las causas de la catástrofe, la mayor en más un siglo de actividad petrolera en Venezuela, al tiempo que negó las acusaciones de falta de mantenimiento en la planta.
"Tenemos un profundo dolor por lo que ha pasado (...) Esto nos obliga a hacer una revisión profunda. ¿Qué paso?", se preguntó el funcionario, uno de los pesos pesados del gobierno del presidente Hugo Chávez, quien está en plena campaña para una nueva reelección y ha supervisado las tareas de extinción.
Dijo que esperará los resultados de las investigaciones, que tardarán aproximadamente un mes, para conocer "las deficiencias y reconstruir las normativas de seguridad".
Garantizó también que el seguro cubrirá las pérdidas de la refinería Amuay, a menos que se trate de un sabotaje. "No descartamos ninguna hipótesis", advirtió.
El funcionario asegura que Pdvsa ha destinado casi 5.000 millones en los últimos cinco años en mantenimiento en las refinerías Amuay y Cardón, que conforman el Centro Refinador Paraguaná (CRP), segundo mayor del mundo con capacidad para procesar casi un millón de barriles por día (bpd).
Pero este sábado se produjo una fuga de gas que hizo ignición en la zona de los tanques de combustible, generando un incendio de enormes magnitudes que afectó a nueve depósitos, estaciones de válvulas y tuberías, pero no a las unidades vitales de la planta.
"La inspección ocurrió a las 12 de la noche y el evento ocurrió a la 1, es posible que la nube se conformara en menos de una hora. Pero, ¿cómo se hizo tan extensa y compacta?", relató Ramírez, quien espera tener más respuestas cuando se determine el origen de la fuga y su hubo fallas mecánicas.
La brutal onda expansiva destruyó un cuartel militar cercano en el que murieron al menos 18 guardias nacionales. Arrasó además las comunidades vecinas dejando un reguero de dolor, destrucción y caos.
"Lo próximo por hacer es reconstruir (la zona). Vamos a evaluar las localizaciones de algunas comunidades que han crecido mucho y anárquicamente (cerca de la planta)", aseguró el funcionario y confesó que esta crisis ha sido una de las más difíciles que le ha tocado atender.
Héroes en la tragedia. El gobierno reconoce que la catástrofe podría haber sido aún mayor de no ser por un grupo de trabajadores veteranos que actuaron rápidamente al detectar la fuga de gas, pese a que no se pudo evitar la detonación.
"Gracias a ellos se pudieron tomar algunas acciones que evitaron más muertes", dijo Ramírez, en momentos en que sectores de la oposición lo señalan como responsable del accidente y han insistido en su separación del cargo y hasta un juicio penal.
Los rivales políticos de Chávez suelen decir que los problemas en Pdvsa, mayor empresa nacional y principal fuente de divisas del país, comenzaron cuando el mandatario despidió a unos 20.000 trabajadores por secundar un paro petrolero en el 2002 que buscaba forzar la renuncia del líder socialista.
En esta masiva salida de capital humano se perdieron experimentados gerentes e ingenieros, muchos de ellos mandos intermedios encargados de la operación del día a día.
En los últimos años, el circuito refinador nacional ha experimentado recurrentes fallas, accidentes y paradas de mantenimiento no programadas que han afectado la producción y los planes de expansión de la industria en el país miembro de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP).
Ramírez dijo que Pdvsa está sumiendo su responsabilidad y tomando las medidas adecuadas para subsanar el sufrimiento de la población, donde decenas de familias perdieron sus casas y centenares quedaron afectadas por el suceso.
"Ya estamos levantando un censo de la situación de cada una de las familias afectadas, por parte de los consejos comunales", dijo el ministro recordando que el presidente ya ha asignado un fondo de US$23 millones por la tragedia.
"Estamos en la disposición de asumir la afectación", concluyó.