El promedio diario de nuevos contagios por millón de habitantes en Costa Rica superó la semana pasada a Brasil e India, entre los más castigados por la pandemia. Aunque debido a la falta de pruebas suficientes, las cifras reales podrían ser incluso peores.
San José. Una reciente escalada de contagios de COVID-19 amenaza con generar un nuevo año de dolor al vital sector turístico de Costa Rica, que apostaba por una gradual recuperación de viajeros a medida que avanza la vacunación global.
En medio de un veloz incremento de casos, la disponibilidad de camas hospitalarias comenzó a escasear. El promedio diario de nuevos contagios por millón de habitantes superó la semana pasada a Brasil e India, entre los más castigados por la pandemia, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Aunque debido a la falta de pruebas suficientes, las cifras reales podrían ser incluso peores en el pequeño país centroamericano, conocido mundialmente por sus playas vírgenes y su vibrante vida salvaje.
Los hoteleros de Costa Rica y otras empresas de viajes esperaban que la inmunización trajera cada vez más turistas de los principales mercados de Norteamérica y Europa, suministrando una inyección de efectivo a la industria después de la caída de visitantes del año pasado, pero eso ya no parece probable.
"Estamos previendo un año mucho peor que el 2020", dijo Shirley Calvo, directora de la Cámara Nacional de Turismo. "Es dramático. Si no hay ayuda estatal tendremos un cementerio de empresas al final del año".
El banco central pronostica que menos de 800.000 turistas extranjeros visitarán Costa Rica este año, lo que marcaría una caída de más del 20% con respecto al año pasado, cuando sólo registró una tercera parte de los visitantes internacionales que recibió en 2019.
Antes de la llegada del coronavirus, el sector turístico del país se calculaba en alrededor de US$5.000 millones, o alrededor de un 8,5% del Producto Interno Bruto local.
Altos niveles de infecciones. El ministro de Turismo, Gustavo Segura, reconoció que el escenario es poco alentador. "Confiamos en poder controlar pronto la situación por nuestra población y porque no podemos negar que algunas personas decidirán postergar su viaje", dijo.
En una entrevista con Reuters, el funcionario argumentó que el famoso ecoturismo del país tropical promueve el distanciamiento social al aire libre y que los servicios que ofrece el sector cumplen con altos estándares de sanidad.
Afirmó que en los primeros meses del año, menos de un 1% de los viajeros han dado positivo en la prueba de COVID-19 al regresar a sus países.
Aun así, Estados Unidos emitió una alerta de viaje para Costa Rica el 20 de abril, citando un "nivel muy alto" de infecciones.
Las autoridades locales respondieron ordenando nuevas restricciones a las actividades y algunos negocios durante la primera semana de mayo, pero al mismo tiempo eximieron a los hoteles, las playas y la mayoría de los parques nacionales con la esperanza de incitar a los viajeros más reacios.
Pero aún está por verse que la estrategia ayude al golpeado sector, que se calcula que se encuentra disminuido a un tercio en empleos y recepción de divisas.
"Cuatro grupos de entre 20 y 30 personas de Estados Unidos iban a venir en junio y ya nos cancelaron el viaje", dijo Rolando Campos, gerente de ventas de la agencia turística Swiss Travel y propietario de un hotel boutique en las montañas de Naranjo, a unos 50 kilómetros al noroeste de la capital.
"Y sé de otras empresas que pospusieron (los viajes) por precaución", se lamentó.