El rompimiento de una gigantesca presa de residuos mineros en Mariana, en el estado brasileño de Minas Gerais, ocurrida el 5 de noviembre de 2015, vertió 60 millones de metros cúbicos de residuos mineros.
Río de Janeiro. La fundación Renova, creada por la minera Samarco para gestionar las acciones destinadas a remediar los daños causados por la ruptura de una represa de residuos mineros en Brasil, se comprometió a reforestar otras 40 mil hectáreas, sumando un total de 42 mil hectáreas, en una zona que se extiende más allá de la región dañada.
El rompimiento de una gigantesca presa de residuos mineros en Mariana, en el estado brasileño de Minas Gerais (sureste de Brasil), ocurrida el 5 de noviembre de 2015, se convirtió en la mayor tragedia ambiental del país, al verter 60 millones de metros cúbicos de residuos mineros.
El incidente de la ruptura de los diques de contención causó, entre otras pérdidas, la destrucción de 2 mil hectáreas de vegetación ubicada en áreas cercanas a la presa, que pertenece empresa minera Samarco.
Para la reforestación, Renova utilizará hasta 20 millones de plantones nativos, provenientes principalmente de la Mata Atlántica, según informó la fundación en un comunicado.
En el marco del proyecto de reforestación se llevará a cabo este mes un estudio de los viveros de plantones existentes a lo largo de la cuenca del río Doce. El plan de restauración forestal incluye la siembra directa de 10 mil hectáreas.
En las 30 mil hectáreas restantes, se inducirá la regeneración natural. El proyecto también cubrirá 5 mil manantiales, en cuyos alrededores se plantarán árboles.
Además de devastar la vegetación nativa, el barro contaminó la cuenca del río Doce, destruyó comunidades enteras y causó la muerte de 19 personas. Los daños no se limitaron a la zona de Mariana, pero también se extendieron a varios municipios cercanos.
La Fundación Renova estima que los gastos con la compra de plantones pueden llegar a US$16 millones. La identificación de los viveros se hará en dos etapas. En la primera, se recogerán datos como la ubicación de los viveros, el tiempo de actuación y listas de las especies producidas.
En la segunda, los especialistas serán consultados no solo sobre detalles técnicos como también sobre la capacidad de producción para satisfacer la demanda de reforestación.