La agencia de noticias informó que el buque había sido llevado al puerto de Bander Abbas, después de decir que el petrolero había estado involucrado en un accidente.
Londres.- El ministro británico de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, dijo este sábado que le preocupaba que Irán hubiera tomado un "camino peligroso" después que este viernes se apoderara de un petrolero con bandera británica en el Estrecho de Ormuz.
La agencia de noticias Fars de Irán informó que el Stena Impero había sido llevado al puerto de Bander Abbas, que se encuentra frente al estrecho, después de decir que el petrolero había estado involucrado en un accidente con un buque pesquero iraní.
"La acción de ayer en el Golfo muestra señales preocupantes de que Irán podría estar eligiendo un camino peligroso de comportamiento ilegal y desestabilizador después de la detención legal en Gibraltar de un petróleo con destino a Siria", dijo Hunt en Twitter.
"Como dije ayer nuestra reacción será considerada pero robusta. Hemos estado tratando de encontrar una forma de resolver el problema de Grace1, que garantizará la seguridad de nuestros envíos", añadió.
La marina británica se apoderó del petrolero Grace 1 de Irán en Gibraltar el 4 de julio bajo sospecha de contrabando de petróleo a Siria, en violación de las sanciones de la Unión Europea.
Hunt también dijo que estaba muy preocupado por la pérdida de contacto entre la cooperante británico-iraní encarcelada Nazanin Zaghari-Ratcliffe y su familia después de que fuera trasladada de una prisión en Teherán a una sala psiquiátrica en un hospital.
"Esperábamos que esto significara que estaba recibiendo el tratamiento médico que necesita, pero el hecho de que se le haya cortado el contacto con su familia nos está preocupando enormemente", dijo en Twitter.
Zaghari-Ratcliffe, directora de proyectos de la Fundación Thomson Reuters, fue detenida en 2016 en un aeropuerto de Teherán cuando regresaba al Reino Unido con su hija tras una visita familiar. Fue condenada por conspirar para derrocar el sistema clerical iraní y sentenciada a cinco años de cárcel.
Su familia y la Fundación, una organización benéfica que opera independientemente de Thomson Reuters y Reuters News, niegan la acusación.