Las reservas probadas (1P) se redujeron a 13.071.4 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce) en su revisión al 1 de enero del 2015 frente a los 13.438.5 mmbpce del año previo.
Las reservas probadas de hidrocarburos de México bajaron un 3,1% durante el año pasado, debido principalmente a descensos en las reservas de gas y crudo en la región sur, dijo el martes el regulador del sector petrolero.
Las reservas probadas (1P) se redujeron a 13.071.4 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce) en su revisión al 1 de enero del 2015 frente a los 13.438.5 mmbpce del año previo, según la información divulgada por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Las reservas probadas bajaron principalmente por una reducción de las reservas de crudo y gas de la región sur y, en menor medida, por una baja en las de crudo de la región norte, donde se ubica el complejo Chicontepec, en el que la la petrolera estatal Pemex se ha topado con grandes obstáculos para desarrollar sus recursos.
Según los datos difundidos por la CNH, pese a ir en franco declive, el anciano yacimiento Cantarell aún representa el 16,2% de las reservas 1P, y el complejo Ku-Maloob-Zaap (KMZ) sigue siendo el mayor productor de crudo, con el 30 por ciento de las reservas 1P.
Las reservas 1P de crudo se redujeron un 1 por ciento durante el período, a 9,711 millones de barriles, mientras que las reservas probadas de gas cayeron un 7.6 por ciento, a 15,290.5 miles de millones de pies cúbicos.
De acuerdo con las cifras, la tasa de restitución de reservas, que es la capacidad para reponer los hidrocarburos que se producen, bajó ligeramente a un 67.4 por ciento, desde el 67.8 por ciento en que se ubicaba, debido a un crecimiento en la tasa de restitución de crudo que compensó un desplome en la de gas natural.
México trata de elevar su menguante producción de crudo y gas a través de una reforma al sector energético, que abrió la industria al capital privado, que espera aporte millonarias inversiones a través de la Ronda Uno de licitaciones de contratos para desarrollo de proyectos de hidrocarburos.
Las finanzas del Gobierno dependen en gran medida de las ventas mexicanas de petróleo al exterior, cuyos precios en los mercados internacionales tocaron en enero su peor nivel desde el 2009.