Los grandes mineras se han recuperado de la crisis que afectó las materias primas entre 2015 y 2016, pero Rio Tinto ha surgido con un balance más sólido y una gran cantidad de efectivo, con un dividendo anual de US$2,90 por acción.
Melbourne. Rio Tinto entregó un dividendo récord este miércoles y predijo que el crecimiento mundial de las manufacturas generaría mayores retornos, luego de que unos precios más sólidos de las materias primas ayudaron a la minera a lograr su mayor ganancia anual en tres años.
Los grandes mineras se han recuperado de la crisis que afectó las materias primas entre 2015 y 2016, pero Rio Tinto ha surgido con un balance más sólido y una gran cantidad de efectivo, lo que plantea la pregunta de qué puede hacer la empresa para crecer cuando se han extraído los recursos más evidentes.
Su dividendo anual de US$2,90 por acción, equivalente a aproximadamente US$5.200 millones, aumentó un 70% con respecto al año anterior y reflejó los mayores precios del mineral de hierro, el aluminio, el cobre y el carbón de coque.
Rio, que también anunció una recompra de acciones adicional de US$1.000 millones, reportó un aumento del 69% en sus ganancias estructurales para 2017, a US$8.630 millones, casi en línea con las estimaciones de analistas de 8.740 millones compiladas por Thomson Reuters.
"En general, creemos que podremos generar mucho efectivo este año", dijo a periodistas en una teleconferencia el presidente ejecutivo de la minera, Jean-Sébastien Jacques.
"La fortaleza de nuestro balance general significa que estamos en una posición ideal para enfrentar cualquier volatilidad económica, invertir en un crecimiento de alto valor y mantener la opción de fusiones y adquisiciones inteligentes", añadió.
Rio Tinto, que redujo a menos de la mitad su deuda neta a US$3.800 millones, dijo que los precios más altos de las materias primas contribuyeron a que sus ingresos anuales subieran un 18,3%, a US$40.000 millones.
El dividendo récord se conoce tras la decisión de Rio Tinto de abandonar su política de dividendos progresivos en 2016, cuando los mercados estuvieron mucho más débiles y otras empresas descartaron por completo entregar dividendos.