El empresario espera que la recuperación de la economía norteamericana genere mayor demanda mundial y ello impacte en la minería.
-¿Cómo ve usted el panorama internacional para la minería?
-Hay una mejoría en la economía norteamericana. Esta recuperación arrastraría positivamente a China, su gran proveedor, y el gigante asiático a su vez demandaría más minerales…
Si en algo hay vasos comunicantes es en la economía mundial. El fuerte crecimiento de la economía norteamericana en el último trimestre de hecho debe entusiasmarnos. Y si bien China es un exportador hacia EE.UU., también lo son Alemania, Francia y otros países. No por nada la economía norteamericana es la más grande del mundo. Es un síntoma de que la economía mundial marcha positivamente. Lógicamente, esto generará demanda de metales básicos como cobre, plomo, zinc, estaño, lo cual es bueno para la minería. Pero por otro lado, también hay inestabilidad en el mundo.
-Se dice que la paz mundial tiene una precariedad similar a la que hubo antes de la Primera Guerra Mundial.
-Es preocupante lo que sucede en Ucrania y en Medio Oriente. El brutal bombardeo de Gaza por parte de Israel, todo eso genera inestabilidad en el mundo.
-Las guerras generan mayor demanda de metales. Ocurrió en la Segunda Guerra Mundial para fabricar aviones, barcos, submarinos, armas, etc. Así se han consolidado varios países mineros…
-En el caso del Perú especialmente en la Guerra de Corea en los años 50. Pero antes de eso hubo también mucha demanda. Es una realidad que no podemos dejar de ver.
-¿Qué señales observa de lo que podría ocurrir en los próximos meses con los precios de los metales?
-Lo que conversamos al comienzo: la recuperación económica norteamericana hará que aumente la demanda por metales básicos industriales. El caso del oro es distinto porque no refleja solamente oferta y demanda sino otros factores como el refugio y la especulación.
-Hablemos de otra guerra, la que el gobierno le ha declarado a la minería ilegal. ¿Está usted de acuerdo con las acciones de interdicción, destruyendo dragas, quemando las instalaciones de los mineros informales?
-No creo que sea la solución. Hay que fiscalizar, ciertamente. Pero pensemos un poco y preguntémonos: ¿cuál es el principal insumo con que cuentan los mineros ilegales? Obviamente, es el petróleo. ¿Y cuántas carreteras hay de acceso a Puerto Maldonado? Muy pocas, ¿verdad? Lo lógico sería instalar unas garitas de control para fiscalizar el ingreso de petróleo a la zona. No puede ser que ingrese a una ciudad una cantidad de combustible mucho mayor al que consume normalmente. Hay que fiscalizar ese excedente.
¿Qué hace más daño a nuestra economía? ¿El narcotráfico, la minería informal, la informalidad en su conjunto? Yo creo que todos estos fenómenos hay que enfrentar y atacar decididamente. Es un tema del que venimos hablando hace años pero ante el cual poco se ha hecho.
Ajustando las correas
-Ante la caída de los precios de los metales, las mineras se ajustan. Buenaventura disminuyó costos en US$60 millones. Otras empresas han cerrado unidades. ¿Cómo ve la manera en que afrontan la situación las compañías peruanas?
-No es distinta a la forma como las compañías de otros países afrontan la situación. Y es por varias razones. Una podría ser la inflación sectorial (altos precios de proveedores), otra podría ser el tipo de cambio, etc. Pero la razón principal está en la permisología. Yo entiendo que hay que cuidar el medio ambiente, que se debe evitar que la actividad minera impacte negativamente en el ecosistema. Pero también deben entender que en materia de permisos hay que evitar tanto burocratismo.
-¿Las mineras seguirán ajustándose? ¿Habrá más cierres de unidades? ¿Seguirán disminuyendo sus costos operativos?
-Yo espero que no. Más bien espero que la actividad minera aumente, y esto de la mano con nuevos yacimientos en operación. Acaban de darle la autorización a Tía María, un proyecto que debió estar en operación hace dos o tres años. Del mismo modo esperamos que salgan adelante Toromocho, y todos los proyectos que se encuentran estancados. Es la única forma como vamos a levantar la actividad minera. No hay otra.
Chantaje minero
-Estamos en un año electoral. Se decía que en provincias se exacerbaría el sentimiento antiminero. ¿Es así?
-Recientemente estuve en Cajamarca y no noté ese sentimiento antiminero. Ahora ocurre que la gente de las comunidades asume que todas las minas serán grandes y que generarán una riqueza enorme y por tanto les pueden pedir de todo. Pero deben saber que hay proyectos más marginales y otros menos. Lo que hay que hacer es poner en valor los proyectos, hacerlos producir, y que las comunidades entiendan que se beneficiarán del trabajo a crear. Deben de dejar de chantajear a las empresas mineras. Porque esa es la palabra: chantaje. Hay comunidades que dicen a las mineras que no van a permitir su operación si no les dan a cambio determinados beneficios que están lejos del alcance de las empresas.
-¿Esta actitud es generalizada o está focalizada?
-La encontramos en muchos lugares. Chantajean a las empresas al punto que las comprometen a realizar obras que luego no podrán pagar o que finalmente disminuirán la rentabilidad del proyecto. Esto ahuyenta a los inversionistas. Y sin inversión no habrá nuevos proyectos, no habrá empleo para los pobladores. ¡Ellos mismos se disparan a los pies!
Destrabar las inversiones
-¿Qué podría comentar del reciente mensaje del presidente Humala por Fiestas Patrias?
-Casi no mencionó a la minería. Como dice mi amigo César Campos, los discursos más importantes nunca son aquellos en los que se hacen recuentos de una gestión o de lo que se hará en adelante. Ni en el Perú ni en otra parte del mundo. Los discursos que mayor valor tienen son aquellos en los que se hace una evaluación de la situación económica del país, en los que se definen medidas concretas a tomar. En ese sentido me parece que está faltando generar un poco más de confianza y de entusiasmo en la economía.
-El gobierno se ha comprometido a impulsar la diversificación productiva que implica, entre otros aspectos, la generación de clusters entre la minería y la industria manufacturera. ¿Cómo lo ve usted?
-Los clústers mineroindustriales ya existen. En Arequipa hay una fábrica de Metso, de metalmecánica. En La Joya, en la misma provincia, hay una fábrica de camiones de alto tonelaje. Si vemos esto decimos: aquí existe realmente un clúster. Es la industria que se está organizando para proveer a los grandes proyectos como la ampliación de Cerro Verde, la construcción de Las Bambas y de Constanza. La mayor planta de mezclado de concreto en el Perú es de Cementos Yura y está en la mina Cerro Verde. El mayor vaciado de concreto en la historia del Perú se ha dado en la megaplanta concentradora de Cerro Verde.
Cuatro millones de onzas de plata son vendidas a la joyería peruana. Hace 20 años era solamente un millón. Ciertamente, seguimos produciendo 110 millones de onzas de plata y 4 millones es menos de 4%, pero hace 20 años era menos de 1%. ¡Estamos avanzando! Igualmente se ha incrementado la comercialización interna de zinc para fines industriales. Y si vemos cuánto del cobre se está industrializando en el Perú, también hemos avanzado, con la producción de alambres, planchas, etc.
¡No caigamos en el fatalismo! No se puede pretender de un día a otro pasar al 100% de industrialización. No es solamente la transformación del metal lo que agrega valor. Para que una mina pueda funcionar se construyen carreteras, infraestructura energética, se mejoran puertos para embarcar los minerales, además de las inversiones sociales como escuelas, bibliotecas, apoyo productivo, etc. Todo esto genera valor, da empleo y dinamiza las economías locales y regionales.
Del total de la industria de generación eléctrica en el Perú, el 52% es minera. ¿Eso no es valor agregado?
-¿El Plan Nacional de Diversificación Productiva contribuirá a que ese impacto sea mayor?
-Es un esfuerzo interesante aunque no todo lo realista que yo quisiera. Si se van a desarrollar más actividades industriales, enhorabuena. Pero lo fundamental es destrabar la inversión para que haya más actividad económica. ¿Qué diversificación productiva habrá si todo está trabado? En las ciudades, los permisos para construir edificios toman un largo período de tiempo. Lo mismo ocurre en la minería. Las trabas se encuentran en las municipalidades, en el gobierno central, en las regiones o en los ministerios. ¡Hay que destrabar las inversiones!
-En Chile, disminuyen las leyes de metal rojo. Perú registra leyes más altas en sus yacimientos. ¿Se aprovecha este ventaja competitiva?
-La única manera de aumentar la producción es haciendo más exploraciones. En Chile lo están haciendo. Porque sin exploraciones no habrá descubrimientos, y sin descubrimientos no habrá producción minera.
En Cerro Verde teníamos una planta de 120.000 toneladas por día y producíamos 300.000 toneladas de cobre al año. Ahora, con la ampliación, vamos a procesar 360.000 toneladas, esto es tres veces más; y se va a producir 600.000 toneladas, es decir, dos veces más. La ley está bajando, pero la producción aumentará porque tendremos una planta tres veces más grande para producir el doble. Es así como afrontamos el desafío de producir más en forma económicamente viable.