La nota del consorcio subraya que "sin una solución inmediata" las partes se "enfrentarán a años de disputas ante los tribunales sobre los pasos que han llevado el proyecto al borde del fracaso".
Madrid. El Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que lideran la española Sacyr y la italiana Impregilo, ha comunicado este miércoles que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha roto las negociaciones, aunque añade que el consorcio "sigue buscando una solución de financiación" para terminar las obras de ampliación de la vía en 2015.
La ruptura de las negociaciones pone "en riesgo inminente" la expansión del Canal de Panamá y hasta 10.000 puestos de trabajo, añade la nota del consorcio, que subraya que "sin una solución inmediata" las partes se "enfrentarán a años de disputas ante los tribunales sobre los pasos que han llevado el proyecto al borde del fracaso".
El comunicado remitido por Sacyr a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se produce después de que expirase en la noche del martes el plazo que se dieron ambas partes para llegar a un acuerdo que permitiese continuar con los trabajos y a pesar de las declaraciones realizadas el pasado lunes por el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, que anunció que estaban cerca de llegar a "una feliz conclusión".
Este revés se ha trasladado con carácter inmediato a la cotización de Sacyr, que después de dispararse ayer en bolsa 6,19%, pasadas las 10.00 horas se dejaba cerca de 6%.
El consorcio añade que ha estado haciendo propuestas a la ACP de manera continua y casi diaria y que ayer mismo mandó la última propuesta para alcanzar un acuerdo y permitir que se complete el proyecto -ya ejecutado al 70- en el menor tiempo posible.
Estas propuestas, añaden, se han acompañado de cartas al administrador de ACP, Jorge Quijano, invitando al organismo "a abandonar su posición injustificadamente rígida", así como reclamando una factura de 50 millones de dólares "para permitir los pagos a las subcontratistas y a los trabajadores y cubrir así las nóminas".
Antes de conocerse el fracaso de las negociaciones, el embajador de panameño en España, Roberto Eduardo Arango, aseguró el martes en Madrid que el Canal de Panamá y sus administradores "tienen que tener opciones claras sobre la mesa" que pasarían por un "Plan B".
Aunque no habido respuesta, subraya el consorcio, se sigue buscando "una solución integral" y se invita "de nuevo" a la colaboración para la resolución del conflicto.
Todo ello en medio de los rumores que apuntan a contactos entre las autoridades del Canal de Panamá y la constructora americana Bechtel, que perdió el contrato frente a Sacyr.
Las propuestas para buscar una solución pasaban por una aportación de US$100 millones y otro nuevo aporte de 400 millones que se financiarían, mientras que la autoridad del canal desembolsaría otros 100 millones y aprobaría una moratoria de la devolución de 785 millones en pagos anticipados.
Con respecto a los más de US$1.625 millones de sobrecostes, el consorcio reitera que "es una carga de tal magnitud que ningún contratista o empresa privada puede soportarla por sí misma", defienden.
"Un acuerdo entre ACP y GUPC ofrece el único camino para terminar el Canal con prontitud y eficiencia con el menor impacto sobre los trabajadores y sus familias, subcontratistas, proveedores y todos los afectados por el abandono de las negociaciones", concluye el comunicado.
La Autoridad del Canal no reconoce esa cifra de costes extraordinarios, que tilda de "desproporcionada", y exige que el asunto sea dirimido por las instancias internacionales previstas en el contrato firmado en 2009 sin que haya paralización de por medio.
El proyecto del tercer juego de esclusas debía estar listo en octubre de este año, según el contrato, pero ya en el 2013 el GUPC anunció un retraso hasta junio 2015.