Las obras se enmarcan dentro de un proyecto de ampliación del aeropuerto que, además de la nueva terminal, también comprende una nueva torre de control y una segunda pista de aterrizaje, lo que supondrá una inversión total de US$ 1.500 millones.
Un consorcio integrado por Sacyr y Cumbra, una empresa local peruana, se ha adjudicado un contrato para diseñar y construir una nueva terminal de pasajeros para el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima, que entrará en operación en 2025.
Las obras se enmarcan dentro de un proyecto de ampliación del aeropuerto que, además de la nueva terminal, también comprende una nueva torre de control y una segunda pista de aterrizaje, lo que supondrá una inversión de US$ 1.500 millones, de los que US$ 695 millones corresponden al proyecto de Sacyr, según prensa local.
Al concurso también acudieron otras empresas españolas como Ferrovial y Acciona, que se asociaron bajo un consorcio con una empresa peruana, y como ACS, que acudía en solitario por medio de sus filiales Dragados y Cobra, así como la italiana Webuild.
La empresa que gestiona el aeropuerto, LAP, señala en un comunicado que el proceso de selección ha contado con "rigurosos criterios de evaluación", entre los que se incluye la experiencia en el sector, la capacidad técnica y constructiva, la robustez financiera de las empresas, sus políticas de compliance y medidas anti-corrupción, el conocimiento del entorno social, el manejo de estrategias de mitigación ambiental y la seguridad ante el Covid-19, entre otros.
"Pese al desafío que ha representado llevar a cabo un proceso de adjudicación internacional y replantear el diseño de la nuevo terminal --adecuándolo al nuevo contexto global, en medio de la pandemia--, estamos muy orgullosos de poder avanzar hacia la etapa de construcción. En 2025 entregaremos a Perú un nuevo aeropuerto Jorge Chávez que se posicionará entre los mejores de Sudamérica", señala el director del proyecto de ampliación, Anton Aramayo.
Este proyecto se financia con una inversión 100% privada asumida por el concesionario, permitiéndole duplicar la capacidad aeroportuaria e impulsando el desarrollo del país.
En la actualidad, el nuevo aeropuerto emplea a más de 2.500 trabajadores y durante los próximos tres años de construcción de la nueva terminal de pasajeros se prevé crear alrededor de 3.500 nuevos puestos de trabajo.