Si como presidente, Juan Manuel Santos es capaz de realizar las reformas estructurales que todavía hacen falta para acelerar el crecimiento, el país nombrado en honor de Cristóforo Colombo puede convertirse en el próximo “milagro económico” del mundo emergente.
Juan Manuel Santos, casi con seguridad el próximo presidente de Colombia, aportó este texto a mi revista “Economía y Sociedad”, una vez finalizado en 1993, con la Ley 100, el proceso de creación del sistema de AFP en Colombia, en el cual colaboramos estrechamente como él mismo lo testimonia ahí.
Les puede interesar, pues demuestra hasta qué grado Santos comprende y comparte el marco conceptual detrás de la revolución liberal chilena iniciada en 1975, la cual no sólo ha sido la transformación más importante en la historia de Chile, sino que además constituye el modelo que puede salvar a todo el continente de la pobreza y el subdesarrollo.
Si como presidente, Santos es capaz de realizar las reformas estructurales que todavía hacen falta para acelerar el crecimiento, el país nombrado en honor de Cristóforo Colombo puede convertirse en el próximo “milagro económico” del mundo emergente. Sería otro gran triunfo para Colombia, para Chile, para América Latina y para la libertad.
Postdata. Comparen el significado de este esperanzador texto del futuro presidente Santos, con el mensaje que se envió durante la ceremonia del bicentenario argentino, en la cual aparecen los presidentes latinoamericanos que son ‘fans’ de los impresentables Kirchner, homenajeando a dos de los más grandes destructores de América Latina, Perón y Allende:
Cómo se creó el sistema de AFP en Colombia
Por Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa del presidente Alvaro Uribe y ex ministro de Industria y Comercio del presidente César Gaviria.
En plena campaña electoral en el Perú para suceder a Alan García, tuvo lugar en Lima, en marzo de 1990, un gran foro liberal organizado por el movimiento Libertad, liderado por el entonces candidato presidencial Mario Vargas Llosa.
Allí tuve mi primer contacto con José Piñera. Me impresionó su recuento sobre la reforma previsional en Chile. Me gustó la lógica de sus planteamientos para enfrentar el problema de la deuda pensional, el cual apenas se empezaba a discutir en Colombia, y eso casi exclusivamente en los medios académicos. Pero sobre todo me llamó la atención la contundencia de los resultados de la reforma chilena que presentó José Piñera.
Los fondos de pensiones eran ya el principal factor de recuperación del ahorro en ese país y le estaban imprimiendo dinamismo a su mercado de capitales.
Pero fue un tiempo después cuando estuve en Chile que tuve la oportunidad de ver por mí mismo el impacto de esta reforma. Los taxistas en Santiago me enseñaban su libreta de AFP y me mostraban orgullosamente el saldo que allí tenían ahorrado para su pensión de retiro. Era algo suyo, y por lo tanto, estaban pendientes del manejo del fondo y de la rentabilidad que obtenía. Pensé en ese momento que si le preguntara a un taxista en Colombia sobre su pensión me llenaría de quejas sobre las filas y las demoras y sobre lo costoso de la cotización. Eso si tenía la suerte de encontrar un taxista que tuviera la posibilidad de acceder a una pensión.
Unos meses después fue electo César Gaviria como presidente de Colombia. Su equipo de colaboradores estaba en febril actividad diseñando las grandes reformas estructurales que pondría en marcha el nuevo presidente. Una de ellas era la reforma laboral, que pretendía flexibilizar el rígido sistema laboral colombiano. En la discusión sobre esta reforma se empezaba a hacer evidente la necesidad de abordar el tema de la seguridad social.
Le hablé a Gaviria de la exposición de José Piñera y le propuse invitarlo a Bogotá. Organicé un foro público para presentar la reforma chilena y poner al mismo tiempo sobre el tapete el debate sobre la necesaria reforma de la seguridad social en Colombia.
El foro tuvo lugar el lunes 11 de junio de 1990 en el Hotel Hilton de Bogotá. A él asistió el presidente electo, varios de sus futuros ministros, y fue un éxito. Los argumentos y resultados presentados por José Piñera causaron una honda impresión entre los conocedores del problema y entre la opinión colombiana.
Más tarde ese mismo día, Piñera se entrevistó con el presidente electo y con su equipo de asesores económicos. Fue una intensa reunión de cinco horas tras las cuales el equipo económico de Gaviria quedó convencido de la necesidad de empujar la reforma y de trabajar alrededor del esquema chileno de fondos privados de pensiones.
El siguiente paso fue una expedición del equipo económico a Chile para conocer de primera mano su sistema de AFP. Viajaron Luis Fernando Ramírez, quien sería el ministro del Trabajo; Santiago Pardo, experto en cuestiones fiscales, y Ulpiano Ayala, economista académico que se había encargado durante la campaña de coordinar el tema laboral y de seguridad social. Rudolph Hommes no pudo viajar, pues la víspera de partir fue nombrado ministro de Hacienda. Días después César Gaviria anunció la reforma pensional en su discurso de posesión del mando.
En los primeros meses del nuevo gobierno, la atención se concentró en poner en marcha las demás reformas estructurales y en particular las relacionadas con el comercio exterior, en lo que se conoció como la apertura de la economía colombiana.
Una de las primeras reformas complementarias a la apertura que se tramitó en el Congreso fue la reforma laboral. Aquí también las exposiciones de José Piñera y el entusiasmo de los convertidos por sus ideas fueron decisivos para convencer y motivar a los ponentes de esta reforma, dos jóvenes senadores muy prestantes, de que el paso siguiente era la reforma de la seguridad social y de que era un tema que debían impulsar a nivel político.
El debate de la reforma pensional en Colombia fue arduo y prolongado. Se extendió desde principios de 1992 y sólo se aprobó en diciembre de 1993. Fueron muchas las instancias de discusión a nivel técnico, político y académico. Aquí vale la pena destacar el papel que jugó el presidente Gaviria, quien participó activamente en el debate técnico y fue decisivo en las negociaciones a nivel político.
El gobierno propuso al Congreso una sustitución completa del régimen público por el de capitalización individual, al estilo chileno, pero ésta no fue aceptada. Se llegó finalmente a una transacción política que dio como resultado un sistema híbrido en el que conviven y compiten dos regímenes, uno administrado por el anterior monopolio estatal y el otro por administradoras privadas de fondos de pensiones. El primero se mantiene como un régimen de prima media con prestación definida, mientras que el segundo es un régimen de capitalización individual. La negociación política implicó un desequilibrio entre las condiciones de competencia de los dos sistemas, favoreciendo a los afiliados al sistema público, a costa de incrementos permanentes en la deuda pensional. Dicha negociación también obligó a excluir de la reforma a tres grupos que gozaban de sistemas pensionales extraordinariamente generosos, como son el magisterio, la empresa estatal de petróleos Ecopetrol y las Fuerzas Armadas.
Un objetivo que se tuvo siempre claro a lo largo de la negociación política fue el de lograr las mínimas condiciones necesarias para consolidar el sistema privado con el fin de que la reforma, si bien parcial, fuera irreversible. Hoy podemos decir que eso se ha logrado y cualquier reforma girará en torno a la presencia de este sistema. Después de dos años de operación, el sistema de fondos privados está funcionando satisfactoriamente, habiéndose logrado ya una afiliación de 1,8 millones de personas a las AFP colombianas.
Hoy encontramos que son cada vez más los países de Latinoamérica que han reformado sus sistemas pensionales hacia sistemas de capitalización individual. Cada país ha ido diseñando y adaptando el modelo original chileno según sus condiciones económicas y políticas. Estoy convencido de que estas reformas son pasos indispensables para generar las condiciones necesarias para el desarrollo de largo plazo de nuestros pueblos.
Este post fue publicado originalmente en el blog Libremente, del centro de estudios públicos ElCato.org.