El nuevo título de la petrolera fija su objetivo en inversores minoristas que han superado por completo las expectativas. Además incluye un bono que arroja una rentabilidad del 19% anual.
Sala de inversión. Desde que Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) anunciara su proyecto de inversión en hidrocarburos, los planes se han seguido ejecutando. La compañía de petróleos argentina, al mando de Miguel Galuccio, emitió Obligaciones Negociables (ON) por 50 millones de pesos (US$10 millones) este 11 de diciembre. Y como reporta este análisis, lo hace con posibilidad de ampliación de hasta 150 millones de pesos (US$30 millones).
La novedad del nuevo título es que fija su objetivo en inversores minoristas que han superado por completo las expectativas, principalmente. Todo lo cual incluye un bono que arroja una rentabilidad del 19% anual y un volumen de inversión de 180 millones de pesos (US$36 millones).
A pesar de esta sobresuscripción, los ahorristas pueden continuar invirtiendo en los bonos de YPF hasta este viernes, fecha de cierre de la licitación. El monto inicial para ingresar a la ON es de 1.000 pesos argentinos, con un máximo de 250 mil de la misma moneda.
Con la tasa Badlar en 13,73% (tasa anual para plazos fijos a 30 días superiores a 1.000.000 de pesos), parecería una alternativa tentadora para aquellos inversores que buscan una renta antes que sofisticación en los instrumentos.
Para los inversionistas interesados, las condiciones no son para nada complejas para ingresar a esta emisión: simplemente deberán poseer alguna cuenta en las entidades colocadoras locales: Banco Galicia, Provincia, de Crédito y Securitización, Hipotecario, Macro, Santander Río, BBVA Francés, Nación Bursátil y Credicoop.
En este último tiempo, YPF ha tenido serios problemas para financiarse, por lo que esto ha llevado al Gobierno de Cristina Fernández a acudir a los fondos de jubilación (ANSES) o a utilizar la nueva medida que obliga a las aseguradoras a invertir en este tipo de sectores. En ese sentido, el periódico económico argentino El Cronista había publicado el 13 de septiembre pasado:
“Si bien el músculo para sostener la primera emisión de deuda de la YPF estatizada lo puso la ANSES, en el sector financiero nadie quiso correr el riesgo de no salir en la foto. La petrolera tomó deuda por AR$ 1.500 millones, dos tercios de ellos aportados por el ente previsional y el resto por más de mil inversores entre los que se cuentan aseguradoras, fondos comunes de inversión y particulares.
Tal vez, el lado postivo es que Carlos Bulgheroni, principal accionista del holding Bridas y de Pan American Energy. El CEO adelantó que su firma llevará a cabo una inversión multimillonaria, en conjunto con YPF, para explotar nuevos pozos de hidrocarburos. Si bien la cifra no fue esclarecida en el momento del anuncio, el empresario le comentó a El Cronista que la cifra superaría los 500 millones de dólares.
YPF: estatización y el fallo del juez Griesa. Desde el momento de la estatización, el 16 de abril, la acción de YPF lleva una baja acumulada de 34%, aunque se encuentra 13% al alza respecto al mínimo anual de 66,5 pesos argentinos.
Tampoco hay que olvidar que, por cuestiones burocráticas, el mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del planeta, quedó como poseedor de alrededor del 8% de la compañía cuando la petrolera había tocado piso. Cabe recordar que Slim había sido unos de los capitalistas del Grupo Eskenazi cuando éste quedó en dominio del 25% de la compañía.
En principio, la idea era que el holding fuera pagando con los dividendos de la compañía. Luego de la expropiación de YPF a la española Repsol, el desembolso de utilidades quedó anulado, y Eskenazi no cumplió con su pago a Slim y a los bancos que lo habían financiado en su momento. Como en el contrato había una cláusula que le permitía a los acreedores ejecutar las acciones en caso de impago, Slim aplicó la misma y se quedo con el 8% de la compañía. Luego, el magnate azteca sostuvo: “siempre quise entrar a YPF pero a un precio barato y ahora es el momento exacto”.
En el último tiempo otro factor que influyó no sólo en la performance de YPF, sino en toda la Bolsa de la Argentina, fue el conflicto con los fondos buitre y las idas y vueltas con el juez de Nueva York Thomas Griesa.
Los bonos y las acciones comenzaron a caer abte el temor de que Argentina cayera nuevamente en default por un impago del Cupón PBI. Sin embargo, cuando la Corte de Apelaciones acató el pedido de “No Innovar” –obligaba a Argentina a depositar los US$1.330 millones litigados hasta que se resolviera el juicio-, los títulos argentinos pegaron un salto agresivo.
Si el fallo del juez Griesa hubiese sido definitorio, la caída en los bonos soberanos habría generado un efecto contagio en los corporativos, y en este caso YPF no iba a ser la excepción.