Hasta el viernes, los representantes cafeteros se reúnen en Bogotá en su congreso anual número 87. El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, dio algunos adelantos sobre cómo funcionará la cuenta sectorial para amortiguar épocas de bajos precios.
Con la agronomía, productividad y calidad en el centro de la discusión del futuro del sector en la próxima década, arrancó este miércoles, en Bogotá, la edición 87 del Congreso Nacional de Cafeteros. El encuentro se extenderá hasta el próximo viernes.
Los representantes de los productores del grano se reúnen en medio de una coyuntura de precios más favorable que la de hace un año, cuando la carga interna de café se estaba pagando por debajo de los $700.000 (US$199,4), lejos del nivel que cubre los costos de producción.
Hoy, con un dólar alrededor de los $3.500, un precio en la bolsa de Nueva York en US$1,23 y un diferencial cercano a los 30 centavos de dólar por libra, internamente la carga de café de 125 kilos se está pagando a más de $1 millón (US$285).
Por esto, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, durante su intervención afirmó sentirse más “tranquilo” que hace un año y reconoció que hoy los cafeteros pueden reunirse a hablar de cómo aumentar la calidad del grano y ya no de cómo sobrevivir. Lo anterior, con la conciencia de que, en volumen, Colombia no está en capacidad de competir con países productores como Brasil o Vietnam.
Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, por su parte, recordó, sin embargo, que la pregunta de los productores sigue siendo “hasta cuándo”, en referencia a la incertidumbre por la volatilidad de factores determinantes en el bienestar del sector, como la tasa de cambio y el precio en la bolsa.
Por eso, dijo, el llamado es a seguir discutiendo y apostando por mejorar la calidad del café que se produce y se vende. Así, según Vélez, la “conversación ya no pasaría por el nivel de la bolsa o el dólar sino por el puntaje que tenga en calidad. Los cafés (de alta calidad) están llamados a estar por fuera de la negociación de cualquier commodity, como pasa en la bolsa”.
Vélez anticipó que, a noviembre, la producción cafetera superó los 14 millones de sacos y llegó a 14,3 millones, por lo que añadió que de nuevo la caficultura será motor de la economía colombiana.
Fondo de estabilización. Para hacer frente a la volatilidades que afectan al sector, una de las mayores expectativas de los cafeteros durante años ha sido el fondo de estabilización de precios, que en 2019 finalmente fue creado por ley, en el Plan Nacional de Desarrollo.
En el Congreso Cafetero, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, explicó que está pendiente la firma del contrato de administración de este fondo, que estaría a cargo de la Federación. Esa firma estaría lista a finales de este año, de manera que empiece a operar en 2020.
También recordó que hay recursos listos para poner a andar el fondo, más de $180.000 millones (US$51,2 millones), provenientes de recursos que quedaron disponibles del apoyo al precio del café asignado el año pasado durante la crisis y recursos de este año. Asimismo, recordó que gobernadores y alcaldes de regiones cafeteras pueden aportar recursos de regalías para esta cuenta.
A las inquietudes sobre cómo será la alimentación anual de este fondo, para darle continuidad, explicó que las condiciones del contrato y los mecanismos y parámetros de funcionamiento de la cuenta siguen en desarrollo. Fue enfático en que el fondo no será para “regalar plata”, sino para ahorrar en “tiempos buenos” para poder disponer de esos recursos en “tiempos malos”.
Se espera que en el Congreso Cafetero haga presencia el presidente de la República, Iván Duque, en cuya intervención daría más detalles sobre el futuro del fondo de estabilización de precios.
La primera jornada del congreso gremial se desarrolla con normalidad mientras en diferentes ciudades y municipios del país transcurre una nueva jornada de paro nacional.
