A pesar de no alcanzar una capacidad productiva de 50%, el segundo semestre de 2016 finaliza en positivo gracias a la producción de Venalum y Bauxilum.
Emen. El sector aluminio está comenzando una remontada de los niveles productivos apalancados en Bauxilum y Venalum, aunque todavía el proceso de recuperación total abarcaría por lo menos cuatro años. A juicio de los presidentes de las empresas estatales del aluminio, el sector podría convertirse en la primera alternativa no petrolera del país.
Luis Jiménez, presidente de Venalum, relató que desde el mes de septiembre de 2015, fecha cuando asumió las riendas de la reductora, la capacidad operatividad alcanzaba solo 20%, con 181 celdas electrolíticas en capacidad de producir. “En 15 meses, hemos recuperado 122 celdas, para alcanzar 303 en el mes de diciembre”, explicó Jiménez.
La recuperación de la capacidad productiva pasó de 6.800 toneladas mensuales de aluminio primario en agosto de 2015 a 13.000 toneladas al cierre del año. Esto significa que los niveles productivos han aumentado 90% en un año y medio. A pesar de ello, la capacidad de la empresa se encuentra en 33,48%.
En los patios de almacenamiento se observan 10.000 toneladas de aluminio, 7.000 en lingotes de 22 kilos y otras 3.000 toneladas para la exportación. “En diciembre, aspiramos producir 13.000 toneladas de aluminio primario.
El 40% será dirigido al mercado nacional y 60% para la exportación. Esto representa US$12 millones mensuales para la empresa, que son dirigidos para la compra de materia prima, cumplir con nuestros compromisos laborales y apalancar el desarrollo productivo de Bauxilum y Alcasa”, subrayó el presidente de la empresa estatal.
Venalum presenta una utilidad de 6.800 millones de bolívares, que ha servido para adquirir 22 montacargas de un plan de compra de 40.
Jiménez resaltó que tiene proyectado alcanzar las 600 celdas electrolíticas dentro de su capacidad operativa en 2017, lo que generaría una producción de 25.000 toneladas mensuales de aluminio primario.
“En 2018 estaríamos en 800 celdas y 900 celdas en 2019”, aseguró el titular de la empresa estatal.
Comentó que al recuperar la totalidad de la capacidad productiva se enfocarán en la instalación de las celdas B-350 de tecnología venezolana, y en la culminación del proyecto de laminación, que transformará 25% de la producción de la empresa reductora.
La directiva de la empresa convocó a Inveval, Inaf, Equipetrol e Indorca, para fijar alianzas para la sustitución de importaciones de piezas y componentes mecánicos. “Hemos ahorrado un total de US$3 millones con la adquisición de materiales para la recuperación de equipos”, manifestó Jiménez.
Recuperar la producción de alúmina. El proceso productivo del aluminio inicia con la extracción de bauxita para su transformación en alúmina, materia prima para las empresas reductoras como Venalum.
Leslie Turmero, presidente de Bauxilum, dijo que el encadenamiento productivo del sector ha sido fundamental para la recuperación de los niveles productivos de alúmina. “Gracias a las exportaciones realizada desde Venalum, hemos llegado a producir 1.300 toneladas de alúmina diarias”, acotó.
A comienzos del mes de diciembre, la estatal alcanzó las 303.000 toneladas de alúmina, y espera terminar el año en 330.000 toneladas. La capacidad operativa está en 16,5% en la actualidad, por lo que el plan de recuperación progresiva, según Turmero, será de cuatro años.
Afirmó que podrían finalizar en 500 toneladas de alúmina en 2017, esto por la reactivación del calcinador 45-1 en el mes de diciembre.
En los últimos cuatro meses, la estatal ha realizado 2.800 adaptaciones y recuperado 26 motores industriales, que ha generado un ahorro de US$52.000.
En proceso de transición. Los niveles de productividad de Alcasa son escasos y su recuperación depende de los ingresos en divisas de Venalum. Por ello, la política del Ministerio de Industrias Básicas es convertir a la reductora en transformadora. “Se encuentra en su etapa final la construcción de un laminador con capacidad de 170.000 toneladas/año para transformar el aluminio primario.
Estaría listo en junio del año que viene, y sería el segundo con más capacidad en Latinoamérica”, resaltó Ángel Marcano, presidente de Alcasa.
Esperan que el sector aluminio sea la segunda actividad económica que genere mayores ingresos en divisas después de la fuente petrolera.
En cuanto al contrato colectivo único del sector aluminio, Marcano aclaró que las discusiones finalizaron, y que en los próximos días será homologado. “El contrato lo tiene el ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, para su análisis de factibilidad financiera y administrativa. Serán beneficiados casi 13.000 trabajadores”.
Transformar el coque petrolero. Juan Méndez, presidente de Carbonorca, señaló que han logrado demostrar que el coque venezolano puede ser utilizado para la producción de aluminio primario. La calcinación de coque verde permitirá combatir el mercado especulativo del combustible que le compra a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) el coque verde a US$30 y luego lo revende ya calcinado a US$300, explicó Méndez.
“Realizamos una prueba con 40.000 toneladas que nos suministró Pdvsa, y los resultados fueron positivos. En dos años podemos finalizar con el proyecto”, acotó.
La empresa reactivó 16 secciones de hornos que permitió elevar la capacidad productiva en 28% de ánodos de carbón para Venalum y Alcasa. “Tenemos perspectivas para alcanzar el año que viene 98% de la capacidad productiva”, subrayó Méndez.
Carbonorca tiene una capacidad instalada de 140.000 toneladas de ánodos verdes al año y de 194.800 toneladas de ánodos cocidos por año, destinados a los mercados nacionales e internacionales. “El año que viene podemos empezar a exportar el excedente productivo”, recalcó.