El senador Ernesto Agazzi planteó la posibilidad de crear el tributo específico para este producto. Al igual que con otros productos, la medida incorporaría medidas de educación respecto al consumo saludable.
Con los cigarrillos y los autos de alta cilindrada pasó lo mismo. La intención fue desestimular su consumo con medidas que, además de educar, afecten directamente al bolsillo.
Por eso algunos legisladores coinciden en la idea de aplicar un nuevo impuesto: esta vez, a las papas chips y productos del estilo. Además hay posturas favorables para regular la publicidad de “snacks”.
“Tal vez haya que ponerle un impuesto a ese tipo de productos para hacer un fondo que ayude a la alimentación saludable de los jóvenes. Quizá haya que pensar en un desestímulo a la venta de estos productos en toda la sociedad”, dijo el senador Ernesto Agazzi (MPP) en la última reunión de la comisión de Salud del Senado, en referencia concreta a las papas chips de las cuales venía hablando.
La comisión analizaba el proyecto presentado por el diputado Javier García (Alianza Nacional), que promueve la alimentación saludable en centros de enseñanza y ya tiene media sanción de la cámara baja. Luego de la exposición del diputado, y un breve debate sobre la forma de implementar la alimentación sana para que ningún niño ni adolescente quede por fuera, Agazzi expuso su postura, que luego fue acompañada por otros. “Reconozco que esto es algo delicado porque en cierta forma afecta la libertad de oferta y demanda, pero, lamentablemente, muchas veces los sectores de menores ingresos consumen estas porquerías porque son más baratas. Tal vez deberíamos pensar en el control de la oferta de una manera un poco más global y no solo en relación a las cantinas”, agregó, según consta en la versión taquigráfica de la reunión. Cree que si se controla la oferta en los centros educativos y después se venden en otros lados, lo que se hará es “bueno, pero insuficiente”. Además, pidió que se estimule el consumo de agua potable ante el de refrescos.
El senador Alfredo Solari (Vamos Uruguay) abonó la teoría de Agazzi sobre que la calidad de la alimentación de las familias más pobres es peor por lo barato de sus ingredientes. Por eso se mostró favorable a que se pueda “estar pensando en algún tipo de sanción impositiva o del aumento del precio de los alimentos menos saludables”.
Publicidad. Agazzi planteó su preocupación sobre “qué hacer con la publicidad” de estos alimentos, porque se desestimulará su consumo en la escuela y luego los niños “pasan sentados frente al televisor dos o tres horas y les meten por todos lados que les va a ir mejor si consumen esas cosas”. Sugirió involucrar a padres y maestros para replicar en el seno familiar lo que se aprende en los centros.
El proyecto de García prohíbe la publicidad en los centros educativos de los productos que no estén incluidos en el listado de alimentos saludables que deberá elaborar el Ministerio de Salud Pública para desestimular su consumo. También estarán prohibidos los saleros visibles y se pretende incorporar, entre otros, alimentos aptos para celíacos. El representante de la División Salud de la Intendencia de Montevideo, Pablo Anzalone, dijo que generalmente en las escuelas no hay publicidad de alimentos, pero que “está bien que no se permita”. Recordó que la IMM lleva adelante en conjunto con la Administración de los Servicios de Salud del Estado el programa “Merienda saludable” y que en las escuelas que participan el objetivo se cumplió. Legisladores de todos los partidos destacaron el proyecto y señalaron la necesidad de realizar campañas de difusión para educar a la población además de prohibir.