En marzo, la entidad se aseguró su primer contrato de reparto de productos para gas esquisto para que eso le permita ser un gran beneficiario de un auge del esquisto que ha transformado el mercado energético de EE.UU.
Pekín. Royal Dutch Shell planea invertir al menos US$1.000 millones al año para explotar recursos potencialmente amplios de gas de esquisto, como parte de una agresiva estrategia para expandirse en el principal mercado energético del mundo, dijo el máximo ejecutivo de la empresa en China.
En marzo, Shell se aseguró su primer contrato de reparto de productos para gas esquisto con la esperanza de que eso le permita ser un gran beneficiario de un auge del esquisto que ha transformado el mercado energético de Estados Unidos.
Consultado sobre si la firma seguía comprometida con un plan para invertir US$1.000 millones anuales en gas esquisto en China en los próximos años, Lim Haw Kuang -principal ejecutivo de Shell en el país asiático- dijo en una entrevista: "Sí, sí y sí".
"Si hubiera un ajuste para esa promesa, sólo podría ser una revisión hacia arriba", agregó Lim, oriundo de Malasia y veterano con 34 años en Shell.
Se estima que China tiene una de las reservas de gas no convencional más grandes del mundo. El gas se extrae de rocas a través del sistema de "fractura hidráulica", un proceso muy desarrollado en los últimos años en América del Norte.
Shell también busca construir un complejo petroquímico y de refinería de US$12.600 millones en el este de China, un proyecto que podría convertirse en la inversión extranjera más grande del país de Asia.
La empresa de origen anglo-holandesa es uno de los inversores más importantes del sector energético de China, pero afronta una fuerte competencia.
Exxon Mobil, BP, Total y Chevron Corp también están intentando tener una porción mayor del mercado chino, donde el uso de gas natural podría triplicarse esta década y el crecimiento en la demanda de petróleo implica más de un tercio del total a nivel mundial.
Shell se asoció a China National Petroleum Corp -el grupo más importante del país en el sector de energía- tanto en el negocio del gas de esquisto como en el proyecto de refinería de Taizhou.
"Es una alianza entre firmas fuertes. Eso va a ayudar a controlar el costo", señaló Lim, haciendo referencia a la sociedad con CNPC en la provincia de Sichuan, donde Shell perforó 11 pozos el año pasado, más que cualquier otra firma internacional.
Shell espera impulsar la experiencia operativa y tecnológica que ha obtenido desarrollando gas de esquisto en Norteamérica, mientras CNPC cuenta con el área más grande de petróleo y gas del país.
CNPC, a través de PetroChina, produce alrededor del 60 por ciento del petróleo crudo y cerca de tres cuartos de su gas natural.
Shell es un importante proveedor de gas natural líquido para China.
Lim, de 58 años y presidente ejecutivo de Shell China desde el 2005, dijo que una inversión exitosa en la nación asiática exigía la presencia de un socio estratégico a largo plazo.
Shell ha concretado alianzas con empresas petroleras chinas fuera del país de Asia, en Australia, Canadá, Qatar y Africa Occidental. Además, ha asumido un enfoque diferente en la venta minorista de combustible en China, alineándose con empresas regionales independientes de los locales PetroChina y Sinopec Corp.
Shell podría afrontar un examen más complicado al invertir en el sector de refinado en China, donde hay dudas sobre la rentabilidad debido a los estrictos controles estatales y los temas ambientales se han convertido en una cuestión importante.